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videojuegos

‘Los Sims’ me convirtieron en un sociópata virtual

Lo jugaba para crear todo el caos que se pudiera. La violencia que encuentras en él es mucho más oscura que la que encuentras en Manhunt o en Grand Theft Auto.

La primera vez que jugué a Los Sims fue en el 2000, tras haber jugado varios juegos de SimCity, creados por el mismo estudio de desarrollo. Era la continuación natural. Nunca fui tan bueno en los juegos de joystick y era pésimo en los juegos de disparar; mis habilidades motoras neuronales simplemente no eran compatibles con un control. Usar el mouse para tomar una decisión era mucho más fácil. Tuve consolas cuando era más joven, pero era pésimo en casi todos los juegos. Nunca, pero nunca he completado un juego de computadora, pero sí los he jugado bastante.

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Sin embargo, Los Sims no es un juego que debas completar. No hay manera de que falles, y mientras más juegues, mejor te vuelves. En Los Sims todo es como en la vida real, entonces, ¿por qué lo juzgas? ¿En qué te basas para decir si te está yendo bien o mal? En este aspecto, es como Championship Manager, otro juego que comencé a jugar en esos tiempos, cuando tenía como 13 años. Recuerdo lo que me decía mi hermana de Championship Manager: "No lo entiendo. Te la pasas sentado viendo esas estúpidas hojas de cálculo por horas". Tenía toda la razón.

Tanto Los Sims como Championship Manager son juegos que sé que han sido difíciles de comprender para muchas personas. Mi mamá solía venir cuando estaba jugando Los Sims y me preguntaba qué hacía; yo trataba de explicarle que había creado una vida nueva. Ella decía: "No sales con tus amigos ni vas a visitar a tu tía por estar haciendo una vida en la computadora?" Pensaba que estaba loco.

Jugar Los Sims por primera vez probablemente fue mi primera manera de alejarme del resto del mundo. La computadora estaba en el rincón de la sala, pero yo siempre me ponía audífonos y escuchaba Pantera y Alice in Chains mientras jugaba y cliqueaba para crear todas estas fabulosas vidas. El juego era lo que tú quisieras que fuera. Obviamente no es tan violento como los juegos de pistolas, pero aún así yo lo usaba como una válvula de escape.

Podías causar terror a los pequeños Sims. Realmente yo nunca jugué el juego para "tener éxito". Yo no era un jugador lleno de aspiraciones que quisiera tener la mejor tarjeta de crédito, el mejor trabajo o la mejor novia. Yo lo jugaba para crear todo el caos que se pudiera. La violencia que encuentras en él es mucho más oscura que la que encuentras en Manhunt o en Grand Theft Auto. En esos juegos se trata de ira sin sentido. En ellos no clavas un fierro en la cabeza de alguien para luego llamar a la esposa de esa persona, invitarla a tu casa y empezar a besarla frente al otro tipo. Pero eso sí pasaba cuando yo jugaba Los Sims

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Mis amigos solían venir a mi casa y jugábamos juntos. Encontrábamos maneras creativas de matar gente. Sé que esto me hace sonar como una especie de adolescente sociópata, pero sé que muchos de mis amigos jugaban Los Sims de manera similar. Pero, antes de hacer algo, nosotros creábamos a todos nuestros amigos, nuestros amigos reales, pero dentro del juego. Tenías que hacerlo. Yo hacía versiones virtuales de mis amigos que se besaban entre sí. Se los enseñaba y les decía: "Miren lo que están haciendo". A ellos no les gustaba para nada.

Yo tenía una especie de novia cuando tenía 13, así que la puse en el juego e hice que se mudara conmigo. Yo era un adulto en Los Sims, así que mi mamá no me podía decir nada. "Ni modo, mamá, soy adulto y mi novia se va a mudar conmigo". Se mudaría a mi pequeña casa en internet; bueno, ni siquiera en internet, sólo en la computadora en el rincón de la sala. En la vida real, mi novia y yo cortamos unas semanas después, así que mi amigo Mickey y yo hicimos un plan.

Podías pausar el juego para colocar paredes en el modo de construcción, y cuando lo hacías, todos los personajes se detenían. En otras palabras, podías construir paredes alrededor de la gente. Construimos paredes alrededor de ella, por lo que comenzó a hacerse del baño durante los dos días que estuvo atrapada. Instalamos un librero y una fogata, y fue entonces cuando murió. Los Sims era realmente un juego creativo… para los sádicos. Mi amigo creó a mi novia en su juego después de que ella me cortó y la mudó a su casa. Eso no estuvo nada cool.

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Pero Mickey hizo algo mucho peor que el asesinato de mi ex novia. Logró invitar a la esposa de una familia que vivía en su vecindario y lo hacía con ella; tengo que enfatizar que esto ocurrió sólo en el juego. Creó una relación entre ellos y estuvieron viviendo en el pecado durante algunos meses Sim. Luego decidió matarla: "Ya me aburrí de esto". Así que construyó paredes alrededor de ella y vio cómo se deterioraba poco a poco. Después, cuando ella murió, invitó a su esposo y le hizo lo mismo. Después, el maldito enfermo invitó al hijo de la pareja y lo llevó a la parte trasera. El hijo vio las tumbas de sus padres, las cuales aparecían cuando un personaje moría, y empezó a llorar. Luego Mickey le hizo lo mismo al hijo.

Los Sims me enseñaron bastante. Aprendí que si te casas con alguien, definitivamente vas a embarazarla la primera vez que duermas con ella. Me enseñó que la vida doméstica de un hombre divorciado es muy parecida a la de un niño de 13 años: todo está en el mismo cuarto y el resto del lugar es una tierra de desechos.

El juego también te daba una sensación falsa de la realidad, ya que en el juego las personas —los vecinos— simplemente llegaban de la nada a tu casa a cada rato. Los vecinos iban a tu casa diario. Si llegaran tres vecinos a la casa de mis padres, mi papá se saldría a fumar un puro.

Nunca tuve la atención suficiente para jugar Los Sims por bastante tiempo a pesar de lo inmersivo que era; en realidad a mí me gustaba para crear destrucción. Digo, las verdaderas razones para jugar videojuegos son o para simular un juego de fútbol o para crear alboroto. En realidad sólo se trataba de encontrar maneras crueles de chingarse a la gente. Los Sims me enseñaron que si invitas a alguien a nadar a tu alberca y le quitas la escalera, morirán. Extrañamente no había castigos para este tipo de acciones. Esto me hace sonar como alguna especie de psicópata, pero cuando eres un chico de trece años de sangre oscura, todo lo que pasa por tu puberta cabeza son chicas y caos.

En realidad nunca hablé mucho de Los Sims en la escuela, o de cualquier otro juego. Realmente éramos bastante machos. Ésa es una de las cosas más interesantes de jugar juegos de computadora cuando tienes 13 o 14 y estás en una escuela para puros niños, la dicotomía: la persona que va a casa a jugar videojuegos pero es un bravucón en la escuela. Vas a casa a jugar Pokémon y está bien. Pero bajo ninguna circunstancia puedes contárselo a alguien de la escuela. Parecerías como niño de primero de secundaria —cuando estás en segundo— si estuvieras hablando de Pokémon: "¿Por qué carajos juegas eso, pequeño imbécil?" Cuando en realidad tú también amas a Pikachu.

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