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Un hombre publicó en 4Chan imágenes de la mujer a la que asesinó

"Resulta que estrangular a alguien hasta la muerte es mucho más difícil de lo que parece en las películas. Amber luchó con todas sus fuerzas", publicó Kalac junto a las escalofriantes imágenes.

El autor de la carta "From Hell" (Desde el Infierno), que afirmaba ser el mismo Jack el Destripador, dirigió su nota en 1888 a un detective. "Le envío la mitad del riñón que extraje de una mujer y que he conservado para usted, la otra parte la freí y me la comí", escribió. Y, en efecto, George Lusk del Comité de Vigilancia de Whitechapel recibió la carta acompañada de un trozo de carne, precisamente de un riñón humano conservado en etanol, según determinaron los médicos.

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El martes pasado aparecieron algunas imágenes espantosas en el pozo de interacción cibernética que responde al nombre de ​4Chan, mostrando el cuerpo sin vida de una mujer que fue estrangulada. Más tarde fue identificada como Amber Lynn Schraw (también conocida como Amber Lynn Coplin), de 30 años y madre de cuatro hijos. El responsable de subir las imágenes a 4Chan, identificado como David Kalac, de 33 años de edad, fue arrestado como principal sospechoso del asesinato de Schraaw la mañana del jueves en Portland, Oregon.

"Resulta que estrangular a alguien hasta la muerte es mucho más difícil de lo que parece en las películas. Amber luchó con todas sus fuerzas", publicó Kalac junto a las escalofriantes imágenes. "Su hijo volverá pronto de la escuela. La encontrará y entonces llamará a la policía. Solo quería compartir las fotos antes de que me encuentren", escribió el asesino.

Por su parte, el presunto Destripador, cerró su misiva Desde el Infierno, reproduciendo el mítico "Atrápame si puedes". La carta de Jack el Destripador nunca fue verificada y el supuesto asesino nunca fue capturado. Sin embargo, Kalac sí fue detenido y puesto en prisión preventiva. Ambos casos, separados por un intervalo de más de 125 años, poco tienen en común; Kalac presuntamente asesinó a su pareja y compartió públicamente las espeluznantes pruebas del delito. Los dos crímenes implican a presuntos autores de asesinatos atroces, que usan medios de comunicación de la época para alardear de sus mórbidas conquistas, desde el infierno o desde 4Chan.

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El foro de internet 4Chan jugó un papel importante en la despreciable filtración masiva de fotos de celebridades desnudas, conocida como "The Fappening" y calificada, con razón, como un delito sexual por una de sus víctimas, la actriz Jennifer Lawrence. 4Chan es un sitio web que permite publicar fotos y comentarios de forma anónima y con escaso control sobre el contenido que suben los usuarios al mismo. Al margen de su inicial carácter inofensivo, este sitio web ya ha sido utilizado en el pasado para la publicación de pornografía infantil y de violentas amenazas de muerte. Desde groseras hasta aterradoras provocaciones encuentran un hogar en su foro de mensajes y su escasa moderación.

Pero el trágico final de Schraw no es exclusivo de la era de Internet. La rapidez con la que las imágenes de su cadáver estuvieron disponibles en todo el mundo, publicándose en la red sólo media hora antes de que su cuerpo fuera descubierto en su departamento, por su parte, sí es un hecho indudablemente único de la actual era tecnológica. Pero el verdadero horror de su asesinato reside en el acto, no en su anuncio. Y en este caso no podemos culpar a 4Chan.

En este punto podría ser útil recordar la críti​ca del dualismo digital, del teórico de medios sociales, Nathan Jurgenson. Es decir, el ciberespacio no es una realidad separada o añadida al espacio palpable de carne y hueso, vivimos nuestras vidas del todo inmersos tanto en la realidad online como offline. Y por más que ciudades concretas se hayan convertido en centros para la malicia y el asesinato, también lo son las comunidades online. Si 4Chan merece o no ser censurado por permitir la proliferación de contenido horrible, eso pertenece a un debate que precede a internet. ¿Hasta qué punto las evidencias de la brutalidad humana, especialmente cuando son visualmente gráficas, deberían estar disponibles para el consumo público?

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Este es un debate complicado que no se cerrará con el asesinato de Schraw, de la misma manera que la cuestión de censurar o permitir las escalofriantes imágenes de decapitaciones del Estado Islámico no se resolverá a corto plazo. No estamos simplemente pidiendo qué rol deben jugar los medios en la representación o la censura del horror. Estamos pidiendo qué tipo de cosas deben quedar fuera de las partes online de nuestras entrecruzadas realidades en la red y fuera de ella. No obstante, debido a que estas son partes integrales de la vida misma, la depravación por ende se acaba manifestando en ellas.

Se han conocido casos de asesinos en la red en un sentido aún más directo que Kalac, asesinos que han utilizado específicamente la tecnología de la comunicación y las redes sociales para encontrar, contactar y perseguir a sus víctimas. Kalac no es un asesino de 4Chan como Philip Markoff lo fue de Craigslist (Markoff dio con sus víctimas a través de esta web, cuya sección de "servicios eróticos" fue retirada a partir de ese momento). En lugar de ello, Kalac utilizó 4Chan como el autor de la carta Desde el Infierno utilizó el Royal Mail: como una herramienta para comunicar su espantoso contenido.

Sigue a Natasha Lennard en Twitter: @natash​alennard

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