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¿Podemos entender el cerebro de un asesino?

Todo el mundo nace con la capacidad de ser asesino, la gente está capacitada para ejercer la violencia.

Imagen por Nick Scott vía.

Quien no se haya enganchado con una serie policíaca nunca en su vida que tire la primera piedra. La sangre es morbosa, y las ganas de resolver un asesinato sin ser un experto es el arpón que cautiva a cualquiera. ¿No les ha pasado que se anticipan a los acontecimientos y saben perfectamente quién será la próxima víctima del atroz homicida? Después de tantas horas de vicio con la serie policíaca danesa Bron: el puente había llegado a pensar que los países nórdicos eran los que se llevaban la palma por lo que asesinatos se refiere. Pero todos sabemos que la realidad siempre supera la ficción, por muy trillada que está la frasecita.

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Para entender todo esto mejor, decidí preguntarle a Antonio Andrés Pueyo, experto en psicología forense y criminal, cuyo grupo de trabajo analiza la psicología de los detenidos y los presos para determinar ante el juez su grado de responsabilidad y ayudar a prever si se trata de una persona lo suficientemente peligrosa para que le sea dictaminada prisión preventiva.

VICE: Revisando el historial de algunos de los criminales más famosos de la historia encontramos características similares en su conducta. Casi todos los asesinos tienen patologías mentales que les hacen comportarse de forma distinta a lo "normal". ¿Es una persona con un trastorno mental más propensa a convertirse en asesina?
Antonio Andrés Pueyo: Tener un trastorno mental no implica ser más peligroso que alguien que no lo tenga. El alcohol y las drogas combinadas con algún trastorno pueden convertir a alguien en un perfil potencial capaz de asesinar. Una persona con un trastorno narcisista de la personalidad no es para nada más peligrosa que alguien que no lo tenga, pero si esta persona tiene además una desviación de la sexualidad y toma drogas es una mezcla de factores que puede estar detrás de delitos muy graves.


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Todo el mundo nace con la capacidad de ser asesino, la gente está capacitada para ejercer la violencia, pero también estamos capacitados para controlarla, regularla y buscar mejores soluciones. Muchas veces las conductas violentas están asociadas a una forma inadecuada de resolver conflictos. Hay algo o alguien que para ellos es un problema y lo resuelven matando.

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Si todos podríamos llegar a ser criminales ¿Existe alguna clave que permita saber cuando alguien se puede convertir en asesino?
Existen factores de riesgo que hacen que una persona se pueda comportar de forma violenta y hay claves que permiten interpretar si una persona es peligrosa o no lo es. Los jueces, cuando tienen que juzgar a una persona no saben ni su historia personal ni lo que han vivido, por lo que no pueden saber lo que puede pasar por sus cabezas. Es por eso que nos llaman a nosotros, los psicólogos.

Un violador, por ejemplo, no puede entender que ninguna mujer se puede negar a tener relaciones sexuales con él. Por lo tanto si ella no cede él piensa que tiene el derecho de obligarla. Es un prejuicio que está detrás de muchos delincuentes violentos sexuales. El hecho de que muchos de ellos ataquen a prostitutas se debe a que son personas extremadamente vulnerables y muchos de sus clientes las desprecian por ejercer la prostitución.

En el mundo de la pedofilia se ha detectado que chicos que fueron abusados cuando eran pequeños se convierten en abusadores, o en los maltratadores de pareja que cuando eran niños veían en su casa como su padre maltrataba a su madre son elementos que hacen que una historia sea más probable pero no son la causa de la conducta violenta. Hay casos en los que en cambio es al revés, son hombres que fueron maltratados de niños los que se convierten en maltratadores.

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La pregunta del juez es '¿Si le suelto ahora qué riesgo hay que lo vuelva a hacer?' Nosotros estudiamos a esta persona, el tipo de delito, las condiciones en las que vive, los escenarios en los que estará y le decimos al juez el riesgo que creemos que habrá

¿Qué le pasa por la cabeza de un asesino cuando mata? Pongamos por ejemplo en un caso de violencia de género. ¿Si alguna vez ha llegado a amar a esa mujer por qué la asesina cruelmente?
Los feminicidios van muy asociados a cuando la mujer abandona al hombre. A este hombre le pasa por la cabeza que no hay otra solución para controlar a su pareja que retenerla. No quiere que su pareja se vaya con otro. Entonces empieza a pensar cómo la puede retener. Si ve que la mujer se quiere ir y huye de él cree que la única solución para ejercer el control sobre ella es matándola, así el asesino sabe que no se irá con otro hombre. Hay personas que son un monstruo en casa y que sus compañeros de trabajo pensarían incluso que son buenas personas.

A parte de los perfiles que ya hemos comentado, ¿que otro tipo de asesinos existen?
Hay personas que se creen capaces de decidir sobre la vida o la muerte de otros. Son los llamados comúnmente "ángeles de la muerte": Se creen con el derecho de matar a alguien, muchas veces en una consideración de misericordia. Consideran que es mejor que las personas estén muertas a que sufran. La mayoría de los "ángeles de la muerte" son conscientes de lo que hacen, pero tienen unas creencias aberrantes.

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Existe otro grupo de delincuentes que consideran que la violencia es adecuada. Son los terroristas, los radicales. Personas que si gobernasen no serían violentos, pero consideran que la finalidad justifica los medios. Entre los terroristas, y los que entran en un banco a robar con una pistola hay diferencias importantes, pero estos últimos consideran que como los bancos han robado al resto de la población ellos tienen derecho a ejercer una especie de venganza al estilo Robin Hood.

Los que cometen actos violentos contra la familia no son los típicos delincuentes clásicos que consumen drogas y residen en barrios marginales. Son personas que dentro de la unidad familiar consideran que tienen unos derechos y que los otros deben obedecer. Utilizan la violencia para lo que ellos creen que es poner orden (harás lo que yo te diga, no irás aquí, me obedecerás siempre…). Menospreciar, humillar, controlar… todo esto forma parte de su violencia.

Los enfermos mentales son un gran grupo que a veces se comportan de manera violenta y como están enfermos no son imputables.

Cuando les llega un caso del juzgado y tienen que determinar si esa persona en concreto volverá o no a delinquir antes de que se juzgue, ¿cómo hacen para determinar si tiene o no que ir a prisión preventiva?
Tenemos una serie de protocolos donde prevemos el riesgo. Hace unos días nos llegó un caso de un chico, estudiante de la universidad de 22 años que estaba en la prisión acusado de obligar a niños de entre 10 y 11 años a cometer actos de naturaleza sexual.

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La policía lo detuvo a través de su sistema de control y porque los padres de esos niños denunciaron. El juez le condenará a una pena larga de prisión, porque lo ha hecho repetidas veces. Pero este chico no puede ingresar a prisión hasta dentro de cuatro años, cuando se celebre el juicio.

La pregunta que hace el juez es: "¿Si lo suelto ahora qué riesgo hay que lo vuelva a hacer?" Nosotros estudiamos a esta persona, el tipo de delito, las condiciones en las que vive, los escenarios en los que estará y le decimos al juez el riesgo que creemos que habrá. El juez lo valora y decide si lo mantienen en prisión de forma cautelar o si tiene que volver a la sociedad.

En casos de feminicidios, si hay criminales que cometen actos violentos contra una misma mujer, ella ha denunciado, y al final el maltratador acaba con ella… ¿por qué no le han detenido antes de que esto pase?
Porque en la mayoría de los casos no acaba en feminicidio. Hay muchísimas amenazas, muchos hombres dicen que lo harán, pero solo un pequeño porcentaje de ellos lo acaban por hacer.


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Por suerte cada vez menos estos actos acaban con la muerte de la mujer. Es muy difícil de prever. Hay indicadores (como el hecho de que haya podido idear, fabular y planificar) o la obcecación (deja de ir a trabajar, no atiende a los hijos) que pueden indicar que habría intenciones de cometer un crimen.

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La obcecación es extremadamente peligrosa, porque es una idea fija, dominando sus pensamientos. Te dicen "Yo la tenía que matar" y cuando les dices está mal matar a alguien, te dicen "ya lo sé". Cuando les preguntas "¿ya sabes que te costará muchos años de prisión?" y te responden "ya lo sé", y entonces les preguntas "¿por qué lo hiciste?" y te contestan "porque mi vida era imposible con ella viva".

En violencia contra las mujeres, cuando hay más riesgo que un hombre mate es cuando tiene la intención de suicidarse

Hace unos meses hablamos con un psicólogo experto en suicidios y nos dijo que hay indicios que nos pueden llevar a pensar que una persona se quiere suicidar. ¿Pasa lo mismo con los criminales? ¿Hay algún rasgo que se pueda prever en el caso de una persona que va a cometer un crimen?
Hay asesinos muy distintos. Por ejemplo si un chico entra a robar en una panadería (un caso que pasó aquí hace siete u ocho años), la cajera se resiste, él tiene síndrome de abstinencia, la cajera le dice que no le dará el dinero y tiene un cuchillo de cocina, le corta la femoral y la mata. Eso es un asesinato, pero no es el mismo tipo de asesino que aquel que planifica durante meses un crimen.

Algunos asesinatos son más previsibles que otros, por ejemplo el caso de la panadería sería menos previsible que otro pero aún así el chico iba con una arma, por lo que algún indicio podemos decir que había.

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Los rasgos más importantes se pueden detectar cuando hay un conocimiento más profundo de la persona: las ideas homicidas junto con las ideas de suicidio son factores cruciales.

Por ejemplo en violencia contra las mujeres, cuando hay más riesgo que un hombre mate es cuando tiene la intención de suicidarse. En su cabeza este asesino piensa cómo lo hará, y qué hará después de matar a la mujer. Cuando ya sabe el arma, tiene el día pensado y cómo lo hará es una gran alarma. Es muy urgente intervenir, porque está madurando una idea y está a punto de llevarla a cabo. No es lo mismo en una crisis emocional decir: "me tiraré por la ventana", que planificar cómo lo harás y cómo lo harás cuando te quieras suicidar.

¿Cómo se encienden estas alarmas que te hacen pensar que alguien matará a otra persona inminentemente?
La información viene de terceras personas. Por ejemplo en la prisión hay gente que está encerrada por un intento de asesinato a su mujer, que explica a otros presos "esta vez no me salió bien, pero ahora ya sé cómo lo haré".


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Cuando hablamos de violencia contra la mujer muchas veces son las mismas mujeres las que dan la alarma. Si el hombre les ha hablado de suicidio pues es un motivo para permanecer alerta. Si no habla de esto, no tiene armas, no hay antecedentes, pues existiría peligro pero en menor grado. Siempre es una estimación que depende de la información que tengas. A veces le puedes entrevistar, a veces la información viene de segundos, de las madres, de los vecinos.

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Es más frecuente el caso de mujeres que matan a sus hijos, hay un buen grupo, especialmente si los hijos son pequeños, y ellas tienen trastornos depresivos

Una vez ha cometido el asesinato, hay el juicio y él mismo dice ser el culpable pero no tiene remordimientos y reconoce que lo volvería a hacer… En casos como éste, ¿la prisión sirve de algo?
La prisión sirve, siempre y cuando se cumplan dos condiciones: Siempre que el riesgo de estas personas de comportarse violentamente sea muy elevado y la otra condición es que no se deje al prisionero allí como si estuviese en un almacén.

En prisión hay de todo, pero en grandes números, las prisiones humanitarias suelen tener un efecto positivo en gran parte de la población penitenciaria. Entre otras cosas porque restauran su salud, muchos no tienen dónde ir y allí tienen un entorno.

Dentro de la prisión hay muchos programas y si les das el tratamiento adecuado tienes mucho que ganar. Si te facilitan un tratamiento muy bueno para dejar de fumar, pero el fumador es inconsciente y hace lo que quiere, el tratamiento será bueno pero a él no le servirá de nada. Dentro de las prisiones se cambian los hábitos y las actitudes. No es blanco o negro y en cada caso es distinto.

Hay personas que han salido de la prisión y están agradecidos porque les ha permitido cambiar de vida.

¿Cómo tiene que ser la reinserción social después de la prisión?
Pues tiene que haber un compromiso social de todos los agentes implicados. Un chico que ha entrado joven en prisión, ha estado siete años y cuando sale tiene 32 años, si no tiene una familia mínimamente estructurada, si no tiene trabajo ni sitio donde dormir, tiene las mismas amistades que antes, puede que vuelva a recaer.

Si en cambio tiene un trabajo o una familia que le apoye ya es otra cosa. La sociedad se tiene que comprometer a reintegrar a estas personas. La ley está hecha para que el primer paso sea la prisión, pero después tiene que ser toda la sociedad… porque si no encuentra trabajo, si no tiene a nadie a quién acudir y está rechazado por la sociedad habrá que encontrar un equilibrio para que no vuelvan a delinquir.