Disfruté de una compleja relacion con la Corea del Norte de Kim Jong-il. Pasé un buen de tiempo ahí, y durante todo ese tiempo la pasaba cabrón, pero todo se desvanecia cada que me echaban del único antro de Pyongyang, o cuando me tuvieron detenido por twittear bromas sobre el Gran Líder.Siempre estaré agradecido con los guardias norcoreanos que juraron defender al Reino Ermitaño de viles personajes como yo, y por haber decidido liberarme después de horas de tratar de convencerme que podía morir si no les decía la verdad. Éste incidente me hizo acreedor a estar en la lista negra de ese país, pero pude tomar fotos durante todo el trayecto. Esperemos que Kim Jong-un aguante mejor las bromas que su padre (Hey Kim, ¡estás bien pinche gordo!), pero por ahora, aquí algunas fotos que logré contrabandear fuera de Corea del Norte.
Publicidad