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Música

Por qué la música triste te hace feliz

Es una verdad más vieja que el tiempo, a la miseria le gusta la compañía.

Las canciones tristes son las mejores. Lo más terriblemente, intensamente deprimido que esté el artista cuando compuso la canción, mejor, si me preguntan. Y no soy la única. A la gente generalmente le gusta la música triste tanto como odian estar tristes, lo cual nos deja una sola conclusión: la música triste no necesariamente nos pone tristes.

Los musicólogos, han estado estudiando esa paradoja durante años, y las recientes investigaciones confirman la sospecha de los expertos de que la música triste evoca tantas emociones placenteras como negativas. Los resultados, recientemente publicados en el periódico Frontiers in Psychology, encontraron que las canciones conjuraron todo un rango de emociones complejas, incluyendo las positivas.

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La investigación respalda cada vez más lo que la mayoría de los amantes de la música ya sabía: que generalmente nos sentimos perfectamente bien, incluso perfectamente bien, cuando escuchamos música triste. ¿Por qué? Porque es arte, no la vida real.

Los sentimientos evocados por las obras de arte no son emociones directas del mundo real, sino estéticas, encontró el estudio. Existe una diferencia entre las emociones percibidas y las que sentimos en realidad. Sabemos, lógicamente, que una canción lenta, suave y llena de acordes menores es triste, pero eso no significa que lo sintamos.

Esto explica por qué la mayoría de los fans no se sumen en un pozo de tristeza cuando escuchan un álbum de Elliot Smith. Pero existe otro axioma acerca de la música triste, que también puede hacer que la gente se sienta mejor cuando están tristes.

Los investigadores notaron este fenómeno también. Encontraron que experimentar la tristeza a través del arte – a la gente también le gusta mucho las películas tristes, las obras teatrales tristes, y las novelas tristes – pueden sentir placer porque es un lugar seguro para expresar sus emociones. El artista es el que tiene el corazón roto, no el escucha. El escucha sólo simpatiza, sintiéndolo de forma indirecta a través de la música.

"La emoción experimentada por la música no tiene peligro o daño directo al contrario de la emoción experimentada en la vida diaria", escribieron los investigadores. "Si sufrimos una emoción desagradable causada por la vida diaria, la música triste podría ser útil para aliviar la emoción negativa".

Han notado que esto no siempre es verdad. A veces las canciones conjuran una memoria personal que activa la creación de un mal sentimiento real, como un amor perdido o una muerte – como cualquiera que se haya encontrado repentinamente en llanto sobre una letra en particular que conozca bien.

Pero eso puede ser algo positivo, también. Las canciones tristes pueden ser una forma de expresar tu propia negatividad, en vez de reprimirla. ( O bebértela). ¿No nos hemos recuperado todos de un rompimiento al encontrar una canción que refleje la experiencia de tocarla en repeat? Resulta que no es una locura; es científicamente razonable.

Estudios previos de por qué la gente ama la música triste encontraron que puede evocar sentimientos positivos, como la nostalgia y paz, especialmente cuando la gente tiene empatía – "quienes tienen una sensibilidad alta a las experiencias de los demás".

La razón para nuestro interminable amor a las canciones tristes podría recaer en un axioma más viejo que el tiempo: a la miseria le encanta la compañía.