Los mejores 10 clubes electrónicos colombianos

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Música

Los mejores 10 clubes electrónicos colombianos

Aquí es donde artistas, público, colectivos y promotores se miden el aceite cada fin de semana.

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Este artículo se publicó originalmente en THUMP Colombia.

Clubes: los santuarios a los que asistimos religiosamente cada fin de semana, como el católico que va a la iglesia a rezar por sus pecados. Y nosotros también vamos por algo parecido, buscando una catarsis, una purga que nos expíe todo lo malo que se nos pegó durante la semana.

Pero más allá de eso, los clubes son la extensión física de eso que llamamos escena electrónica. Es donde artistas, público, colectivos y promotores se miden el aceite cada fin de semana. Es donde hacemos nombre, donde pasamos muchas de nuestras noches, donde levantamos y hacemos amigos, donde sucede la magia. Por eso era más que necesario hacer un listado de los clubes que en este último año han estado trabajando duro. En total 10 clubes, varias ciudades, diferentes espacios, residentes y líneas musicales que han contribuido de una u otra manera al crecimiento y la manutención de nuestro panorama electrónico nacional.

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Foto vía Facebook La Central.

La Central es un pequeño club que hasta hace unos meses estaba metido en el hotel Aristi, un lugar que en sus años de gloria, durante los 60s y 70s, alojó a personalidades de la época como Celia Cruz y Pelé. El sitio mismo se define como un "tertuliadero donde se reúnen los curiosos y conocedores de la música", pero más que un tertuliadero, La Central es un espacio donde la gente se reúne a bailar con sonidos electrónicos estilizados. La onda de este pequeño club es variada, pero siempre ha obedecido una línea llena de sonidos electrónicos, volviéndolo un destino fijo para los amantes de estos géneros en Cali que este año han podido vivir a artistas como Scuba, Julio Victoria o Memek. Si bien el Hotel Aristi y otros inmuebles icónicos de Cali están sufriendo polémicas reformas, la gente de La Central continuó algunas de sus fiesta en Mikasa, un bar con una propuesta diferente y alternativa de música, arte y cultura, también en la Sucursal del Cielo.

9. Salón Amador

Foto vía Facebook Salón Amador.

"Un rincón bohemio y clandestino donde los sibaritas de aquel entonces celebraban excéntricamente sin desdén", así se autodenomina Salón Amador, uno de los sitios más reconocidos actualmente para ir a bailar música electrónica en Medellín. Sibarita traduce alguien que le gusta el lujo y el ocio, y así se vende este club-bar ubicado en el Poblado, un pequeño sitio muy decorado y ambientado de una manera bonita, estiluda, que pretende dotar de cierto status a quien asiste. Con un booth pequeño y mensajes claros dentro del sitio, como "prohibido hablar de política", Salón Amador le ha regalado noches memorables en estos más de dos años al público paisa, con artistas como Matías Aguayo, Paul Ritch, Scuba y George Fitzgerald. Música tremenda es el lema de este lugar, y aunque no tienen una línea musical muy clara, sí han llenado de música al público electrónico de Medellín.

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Foto vía Facebook Elíptica.

Tras 14 años de difusión de música electrónica y la visita de más de 50 artistas internacionales, Elíptica se erige como uno de los epicentros de la cultura club y dance en la ciudad de Cali. Gracias al trabajo de los propietarios y los organizadores, no solo se han visto en el booth nombres como Adam Beyer, Richie Hawtin, Joel Mull, Xpansul, Truncate, Cari Lekebush, Radio Slave y Speedy J, sino que ha sido uno de los focos que más ha fomentado y hecho crecer el público amante del techno en Cali, género en el que se basa el club, y que suena hasta que salga el sol en esta ciudad.

7. Calle 9 + 1

Foto vía Facebook Calle 9+1.

Ubicado en la mitad de todo el movimiento nocturno del Parque Lleras, Calle 9+1 lleva más de tres años ofreciéndole al público una opción de fiesta electrónica y alternativa en medio de todo el bochinche crossover de esta zona de Medellín. Con la pista de baile como protagonista, ambientada cada fin de semana por DJs en su mayoría locales y con su lema "recargado, destilado y fermentado", este sitio junto a Salón Amador y Mansion Club se han vuelto los tres grandes promotores de los géneros electrónicos en la ciudad, cada uno a su modo. Gracias a esta pequeña casona con alma de club, hemos disfrutado DJs como Jus Ed, Ben Klock o Massiande.

6. Octava

Foto vía Facebook Cinema.

Después de 20 años de haber sido con Cinema una de las casas de la escena electrónica bogotana, los creadores de este mítico club decidieron crear un club heredero, Octava, que en pleno corazón de Chapinero lleva más de un año ostentando el título de tener uno de los mejores sistemas de sonido del país. A eso sumémosle residentes con décadas de experiencia, un horario extendido y una asistencia concurrida cada fin de semana con público de todo tipo. El club también le ha apostado al talento local y emergente, siendo esta una postura valiosa y saludable para la escena de nuestra región. Además, gracias a Octava hemos podido disfrutar a gente como Danny Daze o Burnski.

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Foto vía Facebook Mansion Club.

Mansion Club ha estado presente en el circuito electrónico paisa por casi seis años. Ubicado en pleno corazón de la zona rosa del Poblado, el club ha tenido un cambio bastante notable con respecto a sus primeros años, paulatinamente convirtiéndose en un punto estratégico para las nuevas propuestas que a diario emergen del Valle de Aburrá. A lo largo de los últimos meses, Mansión se ha posicionado como un club referente dentro del escenario electrónico nacional, recibiendo constantemente a varios de los nombres más relevantes dentro del circuito global: Ben UFO, Radio Slave, Function, Eduardo de la Calle, entre otros. Pero su principal virtud, sin lugar a dudas, ha sido el inexorable apoyo al talento gestado en Medellín, ayudando a impulsar propuestas locales.

4. Video Club

Foto vía Facebook Video Club.

Apenas lleva unos pocos meses abierto y ya se ha convertido en uno de nuestros clubes favoritos en Bogotá. Desde la entrada, su diseño arquitectónico, su decoración medio desmantelada, brutalista y su sistema de sonido enteramente hecho de Funktion One, dan la sensación de que este club, en pleno Chapinero, nos va a ofrecer una experiencia seria. A pesar de tener uno de los precios de entrada más elevados de Bogotá y quizá del país, muchas noches han sido increíbles, principalmente gracias a su curaduría musical, que nos ha sorprendido varias veces. Gracias al club hemos podido disfrutar a gente como Legowelt, Veronica Vasika, Mick Wills, Jus-Ed y Moon B, nombres que en Colombia quizá no sean muy reconocidos, pero que en el mundo tienen un prestigio tremendo. En conclusión, Video Club es una propuesta refrescante, revitalizadora, en medio de tanta contienda de house y techno genérico dentro de la escena electrónica nacional.

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Foto vía Facebook Latora.

Ubicado en la 40 con 8 y fundada en 2009, la gama musical de este club se estira desde los ritmos caribeños, hasta sonidos más universales como el house y el techno. Siempre lleno, siempre de buen ambiente, Latora 4 Brazos tuvo momentos memorables en este año que llevamos, como cuando pudimos presenciar al gran Atom TM después de su presentación en Rock al Parque, o a la psicodelia peruana de Dengue Dengue Dengue, hace tan solo unos meses. Un sitio que conjuga cada fin de semana géneros, parches y pasos de baile bien variados en su distribución, todo iluminado con esa tenue luz rojiza y verde tan característica de LaTora. Quizá lo más valioso de este club, es que se arriesga en la curaduría, llevando nombres que ningún otro club del país se atrevería a bookear.

2. Baum

Foto vía Facebook Baum.

En solo tres años Baum ha logrado catalogarse como uno de los clubes más importantes del continente. Es imposible poner en duda que la reciente escena electrónica capitalina tuvo un antes y un después de este lugar, y que a punta de una curaduría de corte technero, un sitio donde la fiesta se acaba hasta bien entrada la mañana, y un lugar con capacidad para cerca de mil personas, Baum ha logrado reunir y concentrar todos esos seguidores de este género que andaban desperdigados por la ciudad, muchos de los cuales se volvieron legión y asisten religiosamente al club cada fin de semana. Con este club ha sido posible ver artistas que hace un par de años ni hubiéramos imaginado: Ben Klock, Marcel Dettmann, Matrixxman, Steve Rachmad y próximamente Roman Flügel, son algunos de los nombres que han visitado el lugar y que han forjado un público muy interesado en el mercado technero internacional. Además, este año hicieron una ampliación para que los ravers pudieran bailar sin tanto hacinamiento, y también han comenzado procesos con temáticas diferentes como noches con extended sets de algunos DJs locales. Con dos festivales y fiestas con unos line ups consistentes cada fin de semana, el auge de Baum parece no tener fin.

1. Garden Underground

Foto: David Monroy.

¿Les ha tocado ver que en medio de su sesión un artista se quiebre en lágrimas? Pues esto pasa en Garden Underground Club, o el "antro", como lo llaman de cariño sus fieles feligreses de la ciudad de Pereira. Pasan también otras cosas que probablemente en ningún otro club del continente suceden, como por ejemplo que sus ravers hagan fila para entrar al club desde las 2 o 3 de la tarde, que esos mismos que hacen fila desde temprano, puedan pagar el módico cover con monedas, o que artistas de primera línea como Oscar Mulero, hagan concesiones de todo tipo para poder tocar allí, en el pequeño "antro" al que no le caben más de 120 personas. Si bien Garden abre sus puertas de manera esporádica –justo ahora están en la búsqueda de un nuevo lugar–, recientemente han llevado nombres vitales en la esfera techno: Polar Inertia, Svreca, W.I.R.E., Zadig o SHXCXCHCXSH, y el mismo Mulero –que considera a este club su favorito para tocar en el mundo–. El último ritual fue con Birth of Frequency, a quien le salieron lágrimas en medio de su presentación. Sin embargo, no importa quién toque, pues cada artista que sale de las cuatro paredes de Garden se expresa con un agradecimiento desbordado hacia este club, fenómeno que a veces, solo podemos ver en un par de lugares en la tierra, como Berghain en Berlín, o Bassiani en Tbilisi. Aunque no les gusta mencionar estas palabras, la comunidad de Garden sin duda ha hecho del techno y del underground su religión, su iglesia. La curaduría musical, pero sobre todo la vibra del público y la conexión que genera el artista con el sitio y los asistentes, hacen que Garden sea, a nuestro criterio, el mejor club de este país. Una declaración clara de que a veces se necesita es pasión y no siempre una inversión económica gigante para que la verdadera magia suceda.