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La prótesis y los tacones de Frida Kahlo en una serie de íntimas fotografías

Las fotos que Ischiuchi Miyako hizo de la artista se exponen en la galería Michael Hoppen de Londres.
Frida por Ishiuchi #34, 2012-2015, © Ishiuchi Miyako. Cortesía de la galería Michael Hoppen

Cuando Frida Kahlo murió en 1954, Diego Rivera transformó el baño de “The Blue House”, su excéntrica vivienda en Ciudad de México, en un santuario para su amada esposa. Llenó la pequeña habitación de fragmentos materiales de la turbulenta vida de Kahlo y, tras su propia muerte, pidió que este rincón especial permaneciera cerrado hasta que pasaran 15 años tras su fallecimiento. Rivera nos dejó solo tres años después que su mujer, pero tuvieron que pasar otros 50 hasta que, en el 2004, los administradores de la casa, ahora bautizada como Museo de Frida Kahlo, finalmente abrieran las puertas que escondían el pequeño homenaje creado por Rivera y la célebre fotógrafa Ishiuchi Miyako se dispusiera a catalogar y fosilizar la memoria de Kahlo con su Nikon de 35mm.

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Antes de empezar su serie de fotos Frida, la información que tenía la fotógrafa sobre la vida, arte y tragedia de la artista era escasa, pues se había dedicado casi exclusivamente a explorar la historia cultural de su propio país a lo largo de su galardonada carrera. Sin embargo, rápidamente aprendió a conocer y amar a la artista mientras iba avanzando por las 300 prendas del armario de ensueño de Kahlo, tan decididamente tradicionales como descaradamente excéntricas. La serie de Ischiuchi recoge desde el retrato de sus gafas de ojo de gato hasta sus largos vestidos de tehuana, perfectos para esconder un cuerpo atacado por la polio cuando era joven, y comunica, según explica la nota de prensa “una ternura inherente a una mujer que revisa las posesiones íntimas de otra”.

Frida significa tanto una desviación del trabajo corriente de Ischiuchi Miyako como una progresión conceptual natural”, añade esta nota. “Al separarse de la temática japonesa de sus series anteriores, la obra reverla la obsesión continua de Miyako con las huellas que dejamos atrás como individuos y como sociedad”. En cada una de las fotografías, Ischiuchi dispone el objeto de tal forma que revele del mejor modo su uso, significado, color o diseño. Así, la pierna ortopédica de Kahlo parece que va a empezar a caminar y el desgaste irregular de sus racones ilustra sus dolorosos andares. En su conjunto, las sencillas imágenes exponen la visión particular de ambas artistas.

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Frida se puede ver en la galería londinense Michael Hoppen hasta el 7 de julio. A continuación te ofrecemos algunas de las fotografías de esta serie:

Frida por Ishiuchi #50, 2012-2015, © Ishiuchi Miyako. Cortesía de la galería Michael Hoppen 

Frida por Ishiuchi #86, 2012-2015, © Ishiuchi Miyako. Cortesía de la galería Michael Hoppen 

Traducción de Rosa Gregori.

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