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El COI concede, provisionalmente, el reconocimiento olímpico al muay thai

La ultraviolenta piedra angular de las artes marciales mixtas se acerca a nada del reconocimiento internacional.
Photo by Diego Azubel/EPA

Días después que los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro concluyeran con un espectáculo extravagante de luces y rayos láser, disfraces coloridos y música de samba el 21 de agosto, la resaca se hizo presente en la televisora encargada de transmitir el evento, NBC. Los niveles de audiencia durante los mejores horarios habían caído 17 por ciento comparado con los niveles de hace cuatro años, cuando los Olímpicos se realizaron en Londres, y el índice de televidentes entre 18 y 45 años, el grupo demográfico más codiciado por los anunciantes, se había ido en picada con un 25 por ciento en comparación con el 2012. Fue una pesadilla para la televisora, la cual pagó 12 mil millones de dólares para tener los derechos de transmisión hasta el 2032, aunque un tanto prevista por el CEO de NBC Universal, Steve Burke. Durante una conferencia en junio, Burke dijo: "Mi predicción es que los millennials estuvieron en su burbuja de Facebook o Snapchat, y cuando los Olímpicos se disputaron no les pusieron atención". En otras palabras, dejemos de prestar atención a la quejumbrosa cobertura de NBC o a su extraña decisión de no transmitir en vivo eventos destacados de la competición; culpemos a los niños y a sus dispositivos por los bajos niveles de audiencia.

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Pero la esperanza nunca muere, en especial cuando se trata de publicidad, y los funcionarios de los Olímpicos ya se encuentran trabajando para encontrar una forma de atraer a ese grupo de jóvenes. A principios de año, el Comité Olímpico Internacional votó para incluir cinco nuevos deportes en los JJ.OO. de Tokio 2020 diseñados para atraer a personas de entre 18 y 45 años, entre ellos skateboarding, surf, y escalada deportiva. "Juntos, los cinco deportes forman una combinación innovadora de disciplinas en ascenso y enfocadas a la juventud. Son deportes populares en Japón y que aportarán al legado de los Olímpicos de Tokio", dijo en ese entonces el Presidente del COI, Thomas Bach. "Queremos llevar el deporte a la juventud. Con tantas opciones que los jóvenes tienen ahora, no podemos esperar más tiempo a que se acerquen automáticamente a nosotros".

El día de ayer, la Junta Ejecutiva del COI dio un paso más allá, luego de votar para reconocer provisionalmente al muay thai y la animación con porristas como deportes olímpicos. El período del reconocimiento provisional tiene una duración de tres años, durante el cual los ejecutivos del comité pueden votar para reconocer completamente a estos deportes y, de esta manera, otorgarles la libertad de aplicar para ser incluidos en los Juegos Olímpicos.

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El muy thai, "nuestro" muay thai, el Arte de las Ocho Extremidades, el elemento fundacional de las artes marciales mixtas sine qua non de la revolución atlética más importante del Siglo XXI, podría ser incluido muy pronto en los Olímpicos de verano junto con el salto de longitud y los 100 metros planos, los 50 metros mariposa y nado sincronizado, gimnasia rítmica y, sí, incluso la animación con porristas —básicamente al lado de todos aquellos deportes que tus padres adoran exactamente durante dos semanas cada cuatro años y que después olvidan—.

Es una idea extraña, y nos obliga a preguntarnos si el COI sabe en lo que se está metiendo. Después de todo, por toda su condición atlética y elegancia, se podría decir que el muay thai es el arte marcial más brutal no soñada por los ejecutivos rusos de la televisión. Las rutinarias patadas a las piernas dejan a los competidores casi sin poder pararse. Las patadas al cuerpo destruyen riñones e hígados por la severidad de los impactos. Los codos cortan la piel y derraman sangre. Y después tenemos los rodillazos a la cabeza del oponente que quedó atrapado en el agarre: en ocasiones, este tipo de momentos pueden ser demasiado incluso para un amante experimentado del muay thai. ¿Qué pasará la primera vez que un fanático olímpico de ocasión, criado con rutinas de gimnasia o técnicas de equitación o de taekwondo sea testigo de un nocaut por una patada a la cabeza o rodillazos repetitivos? Los jadeos sorpresivos serán escuchados, los niños se irán corriendo a sus habitaciones, se harán innumerables llamadas telefónicas, se organizarán protestas y boicots, se escribirán columnas editoriales, y el horror en general se sentirá en todos los rincones. ¡Los encargados de la publicidad se desmayarán!

Así que por más emocionante que sería ver el muay thai en los Juegos Olímpicos, simplemente no me la creo. El COI o NBC se echarán para atrás por el horror provocado de la primera nariz rota (y ni mencionar los primer informes de noticias sobre peleadores de 8 años que viven en la pobreza en Tailandia) y cancelarán su decisión o diluirán este deporte con reglas y regulaciones y agentes civilizadores para hacer del muay thai un deporte digerible que pronto perderá su esencia: una forma de arte mortal más reducida a la delicadeza de la ceremonia de la hora del té.

Pero está bien. Incluso si el muay thai nunca llegar a ser un deporte olímpico, los niños y niñas seguirán teniendo al surf y skateboarding y a la escalda deportiva para distraerlos de sus perfiles de Facebook durante un par de semanas cada cuatro veranos. Es verdad, el muay thai probablemente sea demasiado horroroso para ellos y sus padres y abuelos, pero de todas maneras seguirían estando más cómodos con el frenesí nacionalista aburguesado rompecuellos de las porristas.