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FIGHTLAND

Matt Brown y su terrible fin de semana en Brasil

Todo comenzó con un par de dedos medios.

Ilustración por Grimoire

Los Romanos tenían un nombre para la señal que haces cuando extiendes tu dedo medio: digitus impudicus, o dedo impúdico. Para cuando le quitaron la señal a los griegos y la agregaron a su léxico no verbal, ya era una señal de burla e insulto, probablemente por su parecido con un pene erecto.

"El gesto se volvió tan horrible que Augusto César vetó a un actor de Italia por mostrarle el dedo a un miembro de la audiencia que se burló de la presentación del actor", escribió el profesor Ira P. Robbins. Un par de siglos después, persiste el poder del dedo medio para ofender. Cuando lo apuntas a un público, no te sorprendas si te has ganado un par de enemigos.

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Y como lo aprendió el peso wélter de UFC, Matt Brown, no te sorprendas su un par de dedos medios te dan un fin de semana memorable en Brasil. Programado para enfrentar a Demian Maia en UFC 198, el viaje de Brown a Curitiba comenzó felizmente. La pelea Brown vs. Maia ocupaba el lugar estelar de las peleas preliminares, voto de confianza de que su pelea sería lo suficientemente buena como para convencer a los espectadores de continuar viendo el evento y de comprar la transmisión. En la cartelera Brasil contra el mundo y que reportó un estimado de 45 mil espectadores en al audiencia, la pelea que presentaba Sao Paulo contra Ohio estuvo llena de cantos "uh vai morrer".

El problema empezó el viernes en el pesaje. Browne subió al escenario mientras todos en la Arena da Baixada lo abucheaban. Hizo gestos y se burló de la hostilidad del público, mostrándoles el dedo medio y quitándose los pantalones. Subió a la báscula dando la espalda hacia el público. Después de registrar 171 libras, mostró los dos dedos medios hacia el cielo, enfureciendo aún más a sus antagonistas y pareciéndose a aquel actor romano. El presidente de UFC, Dana White —el Augusto César de esta historia— no estaba encantado con la situación.

Cuando llegó el día de la pelea y Brown caminó del vestidor a la jaula, tuvo que enfrentar a las mismas personas a las que les mostró el dedo un día antes. Salió del túnel con la capucha de su sudadera puesta y escoltado por oficiales de seguridad, escabulléndose entre mares de dedos medios. Un fan lo golpeó desde las gradas. Luego otro. Un tercero lo jaló por la capucha, y Brown dio la vuelta y lanzó una derecha.

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Asaltar a un peleador cuando él o ella camina entre el público es una mala jugada. Tu única responsabilidad como espectador es no dejar que tus tendencias trogloditas se vuelvan peligrosas. ¿Hacer sombra de manera horrible en tu lugar? Bueno, pagaste un boleto y un par de cervezas caras, entonces es tu derecho. ¿Robarte una gorra? Un poco menos tolerable. Pero alcanzar a un peleador y golpearlo antes de que suba a la jaula a hacer su trabajo, incluso a uno que te mostró el dedo ya es pasarse de la raya. Es una lógica como la que se hace presente en los mítines de Donald Trump. Es una acción merecedora de castigo.

De cualquier manera, una vez que comenzó la pelea contra Maia las cosas se pusieron peores para Brown. Fue una pelea impresionantemente dispareja: Maia atrapó a Brown por la espalda una y otra vez amenazando con estrangulaciones y haciendo notar la diferencia entre el jiu-jitsu de Demian Maia y el de todos los demás. Fuera de los pocos momentos de ofensiva en el tercer round, Brown estaba actuando en automático. Sucumbió ante una estrangulación en los últimos treinta segundos de la pelea, fue la tercera derrota de Brown en tres años y la quinta victoria consecutiva de Maia.

El caos ni siquiera paró la mañana del domingo. Según Guillherme Cruz de MMA Fighting, Rodrigo Botti —exentrenador de Brown que acusó al peleador de asalto el año pasado— supuestamente atacó a Brown en el lobby de su hotel, huyó, se peleó con un amigo de Brown y presentó cargos en su contra.

Es el tipo de fin de semana que los demás querríamos olvidar, pero Brown se lo tomó ala ligera. En una publicación en Facebook, que podríamos considerar sarcástica si la hubiera escrito cualquier otro peleador, Brown escribió, "Me gustaría mandar un agradecimiento especial a los fans brasileños por mostrar tanta pasión por su país y por sus peleadores. En verdad disfruté la experiencia". Después de regresar a casa agregó: "Finalmente regresé a los Estados Unidos sano y salvo. No estaba seguro de que eso sucedería pero aquí estoy".

También cambió su foto de perfil: