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Tiroteos, agua sucia y Zika: ni Kelly Slater quiere surfear en Brasil

La World Surf League llega descafeinada a Río de Janeiro: muchos surfistas han declinado ir porque, a pocos meses de los Juegos Olímpicos, Brasil no parece capaz de asegurar la salud y la seguridad de los atletas.
Ivan Serpa & @yuneskhader/@altasproducoes

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Todos los años, el Championship Tour de la World Surf League cuenta con 11 paradas que recorren todo el mundo entre marzo y diciembre. Hay tres en Australia y una en distintas latitudes: Brasil, Fiyi, Sudáfrica, Tahití, Estados Unidos, Francia, Portugal y, para acabar, Hawái.

En la mayoría de los casos, los destinos ofrecen olas de primera categoría y un telón de fondo espectacular para la promoción de los mejores surfistas del mundo. El Oi Rio Pro en Brasil no es una excepción… aunque este año las cosas se han puesto feas incluso antes de empezar.

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¿Por qué? Bueno, antes que nada, Río de Janeiro siempre ha contado con un aura de especulación a su alrededor. En Brasil hay cientos de olas fenomenales, pero los distintos spots alrededor de la ciudad carioca no siempre responden a las exigencias de la crème de la crème del surf mundial.

La contaminación del agua ha sido una preocupación en cada evento de la WSL en Río de Janeiro. Foto de Thiago Diz, WSL

Evidentemente, la elección de la WSL responde a otros motivos que compensan la calidad media de las olas: la ciudad está invirtiendo mucho dinero en el deporte —los Juegos Olímpicos tienen mucho que ver—, el surf atrae a mucha gente en Brasil —los dos últimos campeones del mundo de la especialidad, Gabriel Medina y Adriano De Souza, son brasileños—, los medios de comunicación responden a la cita… y, por supuesto, los patrocinadores rocían al circuito con una suculenta cantidad de billetes.

Dado el panorama económico y político de Brasil, no solo es la calidad de las olas lo que genera preguntas en Río: la limpieza del agua, un rompecabezas también para los JJOO, ha provocado muchas críticas. Después, claro, está la masificación de los eventos, los tiroteos… y el virus Zika.

El año pasado varios surfistas llegaron a enfermar después del evento carioca: "El agua apestaba y tenía un color café muy desagradable. Todo el mundo estaba intentando surfear, pero a la vez hacía un esfuerzo extra para mantener las cabezas fuera del agua sucia", asegura a VICE Sports un surfista profesional que ha preferido mantener el anonimato.

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"Sin embargo, la competición de Río es muy atractiva. El año pasado hubo muchos aficionados en las playas durante el evento; fue increíble. Son apasionados del surf, y sería ideal que tomaran consciencia de lo que sucede en los océanos y pudieran contribuir a la solución del problema", añade.

Los mejores picos en Brasil no están en Río de Janeiro, pero el negocio es el negocio. Foto de Ivan Serpa, WSL

La calidad del agua parece haber mejorado un poco en la presente edición del evento, pero sigue siendo un problema sin resolver. Por si no había suficiente con esto, el virus Zika está en su apogeo y se ha convertido en un asunto primordial para el Comité Olímpico Internacional en los últimos meses.

Dave Prodan, vicepresidente de comunicaciones de la WSL, contestó a varias preguntas de VICE Sports antes del Rio Pro vía correo electrónico. "La WSL ha hablado con sus atletas sobre el virus del Zika y el evento de Brasil. Nosotros seguimos controlando todas las actualizaciones de las organizaciones deportivas y de salud sobre el tema e informamos a nuestros deportistas. El evento sigue en pie, y tenemos muchas ganas de celebrarlocomo siempre", explicó sobre los riesgos que supone el Zika para la organización.

En Río, la afición no podrá ver a todos los pesos pesados del surf mundial: Joel Parkinson, Kelly Slater, Taj Burrow y Mick Fanning se dieron de baja del evento. El motivo principal, aunque nadie lo ha expresado en voz alta, es que no querían viajar a la otra punta del mundo para lidiar con olas mediocres, contaminación y enfermedades.

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Los competidores podrán evitar a las multitudes gracias a una pasarela que les dejará directamente en el océano. Foto de Thiago Diz, WSL

Sus ausencia en el evento también podría guardar relación con el exceso de entusiasmo de algunos aficionados brasileños. En las playas de Río se acumula más gente que en cualquier otro evento del circuito profesional de surf el resto del año: la presión es tan brutal que el año pasado, sin ir más lejos, Slater tuvo que disfrazarse para poder salir del hotel. Este año, la WSL ha resuelto el problema colocando una pasarela que aleja a los surfistas de la afición.

Por si fuera poco, el spot programado por la organización, ubicado en Postinho, fue arrasado por la marea tras una violenta tormenta una semana antes de la competición, un hecho que recuerda los trágicos problemas de infraestructura del país de cara a los Juegos Olímpicos.

"El surf es único porque además de lidiar con los desafíos de la vida cotidiana, lidia con cosas como las que están sucediendo en Río", explicó Megan Grant, director general de la WSL. Las palabras de Grant, sin embargo, no podían prever que un día antes del inicio de las mangas varios surfistas presenciarían en primera persona otro de los problemas que martirizan la ciudad y el país.

"Primero pensamos que eran petardos, pero después alguien gritó que era una pistola y todos echamos a correr", relató el surfista estadounidense Conner Coffin a la revista Stab Mag. "Vimos a un tipo intentando escapar del tirador en una gasolinera, logró subirse a una moto pero estaba sangrando. Fue una situación bastante jodida y después nos dijeron que el tipo acabó tumbado en la calle…"

Entre los surfistas que fueron testigos del tiroteo se encontraban la vigente campeona del mundo Carissa Moore, Stephanie Gilmore, Keanu Asing y Dusty Payne. El año pasado, el surfista Ricardo dos Santos fue tiroteado delante de su casa en Florianópolis (Santa Catarina) cuando se disponía a ir a la playa.

Hace unos años, el francés Michael Bourez fue secuestrado a punta de pistola cerca de su casa en Praia do Guarda, pero logró escapar del vehículo de los asaltantes en un semáforo. Sin duda, estas anécdotas muestran las dificultades que complican la situación de Brasil, que no ha cumplido mucho de los objetivos de salubridad y seguridad exigidos por la organización de los Juegos Olímpicos.

El Oi Rio Pro ha mantenido su calendario y todavía se está disputando a pesar de la incomodidad de muchos de los surfistas. El único motivo por el que la WSL mantiene el evento es comercial, ya que a día de hoy Brasil sigue siendo un desastre —más allá de la situación social y política— a la hora de organizar eventos deportivos.