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Guyana asegura que Venezuela está situando a sus tropas en la frontera de la discordia

Venezuela ha vuelto a reivindicar que es el propietario legal de Guyana, su pequeño país vecino, donde se ha descubierto una enorme reserva petrolífera. El ejecutivo venezolano asegura que tanto sus tropas como su artillería militar han sido...
Imagen por Matt Campbell/EPA
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David Granger, el flamante presidente de Guyana, acude a su primera cumbre anual de los líderes mundiales con un gran desafío por delante. Su país vecino, Venezuela, ha vuelto a reivindicar como suyas dos quintas partes de la pequeña nación sudamericana. Y asegura estar alineando a sus tropas a lo largo de la frontera.

"Venezuela ha destinado cohetes, vehículos blindados y lanchas patrulleras por el río que traza la línea divisoria entre ambos territorios. El gobierno de Maduro ha aumentado su presencia en la zona", aseguró Granger a VICE News en una entrevista. "Tenemos que garantizar que Guyana sea un lugar seguro, un destino pacífico".

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Venezuela ha reclamado la soberanía de Guyana de manera intermitente a lo largo del último siglo. Ahora, de nuevo, el ejecutivo de Nicolás Maduro ha vuelto a situar al país vecino como primera prioridad política de su agenda.

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En 1899, un tribunal de arbitraje parisino concedió la región a la entonces Guayana Británica, para escarnio de Venezuela y Estado Unidos, ávidos de apartar al Reino Unido del hemisferio Occidental. En 1962, cuatro años antes de la independencia de la Guayana, Venezuela declaró la decisión nula y la invalidó. El descubrimiento de petróleo en las aguas de Esequibo despertó el súbito interés de los venezolanos que llevaban décadas ignorando a sus vecinos.

Granger describió el hallazgo de petróleo mar adentro, una reserva que podría empezar a dar frutos en cinco años, como "un punto de inflexión" en la historia del castigado país. A fin de cuentas, Venezuela es el tercer estado más pobre de Sudamérica. Su riqueza está basada en la producción de arroz y en la extracción de bauxita, oro y de otros minerales — la mayoría de los cuales proceden de Esequibo —, que son los que soportan anualmente en el ajustadísimo presupuesto anual del país. Gran parte de la economía de la Guyana sigue siendo suministrada por el boyante comercio del petróleo venezolano, un bien fuertemente subvencionado.

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"Nuestro plan sería seguir invitando a las inversiones foráneas. Nos interesa especialmente que se exploten nuestros recursos minerales. Y nos convendría generar un fondo de inversión soberano para asegurarnos de que el dinero no se despilfarra ", afirmó Granger.

Sin embargo, mientras Venezuela siga con su batalla legal y con su campaña retórica para hacerse con el preciado líquido de Esequibo, todos esos planes seguirán estando en el aire. Granger dice que le preocupa que a los inversores les asuste la intervención militar de Caracas. "Estamos asistiendo a la enésima provocación en lo que va de siglo. Es un patrón inquietante que se repite".

Esta semana, tras el presunto despliegue de las tropas venezolanas en la frontera, el ejército de Guyana hizo una demostración de fuerza en la capital Georgetown y en otros lugares del país. "No se trataba de un intento por promover. un enfrentamiento militar. Se trata puramente de medidas cautelares de protección para garantizar que Venezuela no traspase nuestro territorio", señaló Granger.

"Tenemos los medios necesarios para detectar cualquier intromisión" añadió "Yo no puedo afirmar o no que Venezuela esté planeando una intervención miitar".

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El viernes el ministro de Asuntos Exteriores aseguró haber invitado a Granger para promover una reunión bilateral en Nueva York.

"Adoramos y respetamos a la gente de la República Cooperativa de Guyana", proclamó Maduro. Acto seguido añadió que "Venezuela ha sido el país que más ha ayudado a Guyana desde tiempos de la Guayana Británica.

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Granger declaró a VICE News que no tenía previsto reunirse con el presidente venezolano cara a cara durante trayecto a Nueva York. Sin embargo, declaró estar abierto a cerrar a celebrar un encuentro orquestado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon. Un portavoz de la oficina de Ban declaró a VICE News que los dos líderes se encontrarán el domingo por la noche frente al secretario general.

Preguntado por si deseaba que Ban exigiera a Venezuela que abandonara su país, Granger aseguró que: "yo lo diría en términos más drásticos".

"El secretario general conoce su papel y ya le hemos preguntado", añadió. Ya ha mandado una delegación a Guyana para evaluar la situación. Esperamos que el informe corrobore que la zona que Venezuela reivindica está ocupada por Guyana desde hace 300 años. Y que así seguirá siendo".

Venezuela insiste que la disputa — que Guyana considera resuelta desde hace tiempo — debería de ser abordada por un mediador de la ONU. Granger ha asegurado también que el Tribunal de Justicia de La Haya debería de tomar cartas en el asunto.

Guyana también tiene su respectivo pedazo de tierra que revindicar. En 1966, el año de la independencia de Guyana, Venezuela se hizo con la isla de Ankoko, que recorre la frontera que separa a ambos países. El país venezolano nunca devolvió las tierras.

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"Venezuela está, de hecho, ocupando parte del territorio de Guyana ilegalmente", aseguró Granger. "Que quieran o no extender esa ocupación ilegal y expandir su territorio ocupado es otro asunto. Ahora mismo, tal sería lo peor que podría pasar".

La disputa entre Venezuela es, a muchos niveles, una distracción para Granger. Este compareció el viernes ante la Asamblea General de Naciones Unidas y relató cuáles son sus planes de desarrollo para los próximos 15 años. Su gobierno de coalición, una formación de seis partidos, gobierna precariamente. A fin de cuentas, ganó su carrera electoral por la mínima. Su oposición, el Partido Progresista del Pueblo, cuenta con el apoyo mayoritario de los ciudadanos indo guayaníes. Estos son descendientes los trabajadores que Gran Bretaña destinó a la colonia en su día, donde se les obligó a trabajar. Después de impulsar una plataforma por la inclusión de aquellos, Granger, que es historiador y antiguo general, asegura que otro de sus objetivos consistiría en devolver a su patria a todos los ciudadanos que forman la enorme diáspora del país. Durante décadas los habitantes de Guyana se vieron obligados a migrar, algo que hicieron, sobre todo, rumbo a Estados Unidos y Reino Unido.

"Siempre he dicho que Guayana es un país dividido en dos. La mitad vive en el norte de América y la otra en el Sur", ha dicho.

Sigue a Samuel Oakford en Twitter: @samueloakford