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¿Las personas que tuvieron alguna adicción pueden beber alcohol?

Examinamos el concepto: "una vez adicto, siempre adicto".
David Paul Morris/Bloomberg vía Getty Images

Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos. Leer en inglés.

En medio del derroche de alabanzas y admiración por Anthony Bourdain después de su aparente suicidio en Francia el 8 de junio, algunos miembros de la comunidad de recuperación de adicciones se enfocaron en sus "demonios" e hicieron escarnio de su habito de beber en los programas que lo hicieron famoso.

La poetisa y biógrafa Mary Karr, mejor conocida por sus hermosos libros acerca de su propio alcoholismo, llegó incluso a decir que el suicido del chef se debió a un alcoholismo no tratado, y responsabilizó a Bourdain por no estar 100% sobrio. Bourdain tuvo una desagradable carrera como heroinómano y cocainómano en sus primeros 20 años, acerca de la que era un libro abierto, y a la cual atribuía su propensión a apoyar a los desafortunados, y a responder compasivamente ante sufrimiento y la injusticia en todo el mundo.

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Karr, por otro lado, parece ver a la adicción como el motivo de la muerte de Bourdain. "Verlo beber en la pantalla fue como ver un accidente automovilístico en cámara lenta", escribió en Twitter. "Se veía desesperado por cada trago que bebía. Después de un rato, ya no podía seguir viéndolo". Los tuits de Karr incentivaron a sus fanáticos, muchos de los cuales parecen haber mantenido su abstinencia a través de grupos de autoayuda como Alcohólicos Anónimos, a especular sobre las causas del suicidio de Bourdain: Si Bourdain hubiera estado sobrio como nosotros, todavía estaría vivo. Karr tuiteó, "… se habría podido evitar si la gente no le hubiera dado un pase libre para ser alcohólico sólo porque 'se curo' de su adicción a la heroína".

Sí, vimos a Bourdain beber durante sus episodios, y de vez en cuando usar cannabis, como pasó en Uruguay y Amsterdam, donde disfrutó de la laxitud de las leyes. Durante un Reddit AMA de 2013, Bourdain se refiere a sí mismo como un “caso MUY inusual”, reconociendo que muchas veces la gente tiene que renunciar a todo —incluido el alcohol—, para volver a poner en orden su vida. En lugar de renunciar a todo, eligió encontrar su propio camino.

Después de leer tales descripciones críticas e implacables, como llamar burlonamente a Bourdain un "borracho" y un "drogadicto", me pregunté si Karr y los demás vieron los mismos programas que el resto de nosotros. Durante el episodio de 2016 Parts Unknown, cuando Bourdain brindó con cerveza con el entonces presidente Barack Obama en Hanoi, Vietnam, ¿dónde estaba este adicto "desesperado"? ¿Dónde estaba el "accidente automovilístico" que le causaba repulsión a Karr hasta el punto de tener que cubrirse los ojos?

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Haciendo a un lado que las pruebas toxicológicas para drogas y alcohol no se han dado a conocer al público, y que el fiscal francés local a cargo del caso de Bourdain dijo que no hay indicios de que estuviera bebiendo en el hotel en los días previos a su muerte, el comentario de Karr contradice todo lo que hemos aprendido en los últimos años sobre cómo se desarrollan la adicción y la recuperación a lo largo de la vida.

El tema encapsula un debate mucho más amplio entre la vieja y la nueva escuela. Describiría a la vieja escuela como constituida por esencialistas, como Karr, para quienes el diagnóstico del trastorno por consumo de sustancias (adicción) es una parte esencial de la propia identidad: una identidad que ayuda a la autoconservación porque: ¿recuerdas lo que sucedió la última vez que bebiste? ¿Por qué apostar? Demonizar lo que casi te mata te mantendrá alejado de ello.

Además, Karr tuiteó que la adicción es "siempre progresiva y fatal", lo cual es fundamental para el marco esencialista, que se basa en gran medida en la tradición de la abstinencia a través de los 12 pasos, la cual domina la industria estadounidense de los tratamientos no regulados. De ese pensamiento brotan frases como "una vez adicto, siempre adicto". La adicción no es una enfermedad, sino una identidad fija y estática que funciona como escudo protector contra el uso de sustancias.

El grupo de la vieja escuela también cree en lo que se conoce como "adicción cruzada". Piensan que debido a que Bourdain tenía una adicción a la heroína en sus veintes, se expuso al riesgo de una nueva adicción al beber alcohol. Para los esencialistas, la muerte de Bourdain confirma un pronóstico sombrío: "La única alternativa a AA son las cárceles, los centros de rehabilitación o la muerte", según el "Gran Libro" de Alcohólicos Anónimos.

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Kenneth Blum, quien acuñó el concepto de "síndrome de déficit de recompensa" durante una investigación que correlacionó por primera vez el alelo A1 con la dopamina en casos de alcoholismo severo, me dice que alguien con poca dopamina corre el riesgo de desarrollar una adicción cruzada. "El hecho de que [pudieras] convertirte en alcohólico en un futuro, después de interesarte en la cocaína y la heroína a una edad más temprana, no me sorprende para nada", dice Blum, quien actualmente es profesor adjunto en Western University Health Sciences en Pomona, California. Agrega también: "Es bien sabido que las personas pasan de una adicción a otra a lo largo de sus vidas".

En tanto que la nueva escuela dice no tan rápido. Yo llamo a este grupo contextualistas, porque prescinden de tales absolutos y reconocen que un complejo grupo de variables entran en juego en el uso compulsivo de las drogas, y que de ninguna manera son permanentes. Reconocen que los seres humanos son criaturas dinámicas capaces de transformarse y madurar a partir de sus adicciones pasadas.

En lugar de anécdotas clínicas y sabiduría convencional recopilada en reuniones de AA, el pensamiento contextualista está respaldado por encuestas gigantescas con muestras representativas a nivel nacional, como esta del Recovery Research Institute ubicado en el Hospital General de Massachusetts, que encontró que aproximadamente la mitad de las personas se recupera naturalmente (remisión espontánea) sin ningún tratamiento formal, y sin autoayuda informal como AA.

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La tasa de "recuperación sin asistencia" es aún mayor cuando se trata del consumo de alcohol. Alrededor del 75 por ciento de las personas que se recuperan de la dependencia del alcohol lo hacen sin ayuda, incluido el tratamiento o el grupo AA, según una encuesta de 2009 del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo. Esto puede resultar sorprendente para los esencialistas como Karr, pero, de hecho, aproximadamente la mitad de las personas que cumplen con los criterios del "trastorno por consumo de alcohol" vuelven a beber en forma controlada, según la encuesta.

Ciertamente, no tengo conocimiento de que Bourdain alguna vez haya afirmado haber moderado su consumo de heroína y cocaína. Pero, los esencialistas argumentarían que desarrolló una adicción cruzada al alcohol. Respetuosamente me rehusaré a especular sobre los patrones en la forma de beber de Bourdain, pero en general, hay mucha evidencia de que las personas pueden volver a beber de manera prudente después de dejar una adicción a las drogas, especialmente una que ocurrió muy temprano en sus vidas.

Ian McLoone, jefe de terapia de la clínica basada en la evidencia Alltyr Clinic en St. Paul, Minnesota, dice que la adicción cruzada es un mito. Señala un estudio de 2014 publicado en JAMA Psychiatry,

donde los investigadores de la Universidad de Columbia determinaron que el fenómeno es un "mito clínico". Dice: "El mito de la adicción cruzada se basa en la idea de que alguien con personalidad adictiva es claramente más propenso que cualquier otra persona no adicta/alcohólica a ser adicto a algo: heroína, cannabis, ejercicio, comida, etc. Pero lo que sabemos por la evidencia es que esto simplemente no se sostiene bajo el escrutinio científico".

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"Es como si, tan pronto como alguien es marcado con la letra escarlata H [de heroína], nunca más será visto a través de ninguna otra lente que no sea le de un 'drogadicto' en camino a su próxima recaída", dice McLoone.

Ese mismo estudio de JAMA también descubrió que una adicción grave en los primeros años de la vida puede convertirse en un factor protector contra el desarrollo de una segunda adicción a una edad más avanzada; es justo la conclusión opuesta a la teoría de la dopamina de Blum. Durante el Reddit AMA de Bourdain, dijo algo así como: "Tal vez debido a que [sic] mis experiencias fueron tan terribles al final, nunca he tenido la tentación de recaer".

Pero aunque toda la ciencia y las encuestas del mundo demuestren que las personas que experimentan una adicción a temprana edad no están condenadas al olvido es poco probable que logren convencer a alguien como Karr. Porque este debate se reduce a un asunto de identidad.

Sólo el 46 por ciento de las personas que superaron su adicción se consideran en recuperación, según la misma encuesta realizada por el Instituto de Investigación de Recuperación del Hospital Masschusetts General. Por supuesto, esto puede ser resultado del estigma: admitir abiertamente que estás en recuperación podría dañar tu carrera. La gente puede juzgarte porque, después de todo, consumir drogas es un delito, y ser adicto significa ser un criminal. Pero, Bourdain realmente no se identificaba como alguien en recuperación porque, bueno, realmente no era bienvenido en ese grupo ya que también bebía y fumaba marihuana.

Debido a que Bourdain seguía bebiendo y fumando después de dejar la heroína con metadona y la cocaína sólo haciendo uso de su voluntad, él se llamó a sí mismo un "caso MUY inusual". Pero, al ver la investigación citada en este artículo, es claro que en realidad no es tan inusual. De hecho, hay una división de 50/50 entre quienes se comprometen con la abstinencia y se identifican como personas en recuperación, y aquellos que encuentran su propio camino sin llegar a la abstinencia. Pero debido a que los medios de comunicación por lo regular sensacionalizan la adicción, destacando los casos más severos, y presentando la abstinencia absoluta como la forma moralmente aceptable de recuperación, es que el otro grupo parece tan inusual.

Bourdain fue un héroe para muchos de nosotros por varias razones. Para mí, él era mi antihéroe de la recuperación. Al igual que él, tuve una desagradable adicción a la heroína en mi adolescencia y principios de mis 20. Cumplí los 23 estando en tratamiento, y después de unos años de abstinencia total, decidí que eso no era para mí. Hace tres o cuatro años, me encontraba en un bar sueco en el barrio Andersonville de Chicago, sentado junto a mi pareja, y juntos nos tomamos un glögg, un vino caliente que me pareció absolutamente repugnante. Bromeamos hasta el día de hoy acerca de cómo "recaí" gracias al glögg. Fue ahí donde terminó mi abstinencia. Hoy disfruto de beber un gin-tonic en la cena y aprendí que el mundo tiene mucho que enseñarme.