“Lucho y muero por mi pueblo”: Oxchuc, la comunidad que busca expulsar a los partidos políticos
La casa de esta familia fue quemada por un supuesto grupo paramilitar financiado por María Gloria Sánchez durante el ataque del 24 de enero de 2018. Foto por Rafael Castillo. 

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La Guía VICE Para las elecciones 2018

“Lucho y muero por mi pueblo”: Oxchuc, la comunidad que busca expulsar a los partidos políticos

“No habrá urnas este primero de julio”.

Artículo publicado por VICE México.

“Escuché los tiros, venían disparando por todas partes”, me cuenta Bonifacio López sentado en el patio de su casa. “Ahí es donde me tocó también”, dice con voz pausada y me muestra las cicatrices que dejaron cuatro balas en su cuerpo.

El 24 de enero de 2018, un grupo armado atacó la comunidad de Oxchuc, en los Altos de Chiapas, para ejercer presión política en contra de sus pobladores, quienes buscan expulsar a los partidos políticos y regirse por el sistema de usos y costumbres. Quemaron casas y dispararon, dejando un resultado de más de diez personas heridas y tres asesinadas. Bonifacio, un joven de la comunidad, recibió cuatro balazos: el primero en el abdomen, uno más en la espalda, otro en el pie y el que lo dejó inconsciente, en la cabeza.

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Días después del ataque, Oxchuc llamó la atención de algunos medios nacionales, pero el problema no era nuevo.

La comunidad de Oxchuc durante una votación a mano alzada donde decidieron expulsar a los partidos políticos de su municipio y regirse por usos y costumbres. Foto por Rafael Castillo.

Oxchuc es un municipio tzeltal que se encuentra a una hora de San Cristóbal de las Casas, en los altos de Chiapas, y cuenta con poco más de 40 mil habitantes. El ataque armado en contra de sus pobladores es resultado de un conflicto político que sostienen desde 2015, cuando María Gloria Sánchez resultó electa como presidente municipal por segunda ocasión. Ella es acusada de financiar grupos paramilitares —posibles responsables del ataque— y de mantener un gobierno autoritario y familiar que se ha rotado la administración de la alcaldía municipal durante más de diez años, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

En 2016, un grupo de pobladores inconformes con la presidenta municipal electa quemaron el Palacio Municipal y la obligaron a retirarse de ahí con su equipo de trabajo. María Gloria y su cabildo rentaron una casa cercana como oficina provisional, pero los mismos pobladores prendieron fuego también a ese lugar, obligándola a ella y a su equipo a irse de Oxchuc.

Después de su expulsión, la Comisión Permanente de Paz y Justicia de Oxchuc, integrada por habitantes del pueblo, asumieron el gobierno y nombraron, a través de una votación a mano alzada, a su propio presidente municipal, dejando fuera de la comunidad a María Gloria. Desde ese momento, el pueblo contó con dos gobiernos: el de-facto, uno indígena regido por los usos y costumbres del pueblo; y otro electoral, el reconocido por las autoridades mexicanas.

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En 2017 la situación entre Oxchuc y los pueblos aledaños, supuestos simpatizantes del gobierno de María Gloria, se tensó. Según pobladores de Oxchuc, el conflicto se dividió en dos bandos: los que están con la Comisión Permanente de Paz y Justicia de Oxchuc, que son quienes buscan gobernarse por el sistema de usos y costumbres y sacar al sistema partidista, y los pueblos aledaños, quienes, se dice, apoyan a María Gloria y han sido beneficiados por su gobierno con dinero, tinacos, viviendas y láminas (usadas como techos para las viviendas).

Bonifacio López, una de las personas que resultaron heridas durante el ataque del 24 de enero de 2018. Foto por Alejandro Mendoza.

Esta tensión resultó en amenazas y ocasionó que la gente de Oxchuc montara puntos de revisión en las entradas del pueblo para poder identificar a quienes entraban y salían del lugar. Aunque Bonifacio López no forma parte de la Comisión Permanente de Paz y Justicia de Oxchuc, apoyaba haciendo guardias en las casetas instaladas. El 24 de enero de 2018, mientras hacía su guardia, escuchó los disparos que venían desde las montañas, bajando desde la comunidad de Piedra Escrita, cuyos habitantes son supuestos simpatizantes de María Gloria.

En uno de los videos del ataque, se ve a Bonifacio acostado sobre la parte trasera de una camioneta con una herida en la cabeza. Son los minutos posteriores al momento en que fue herido e iba en camino a un hospital. “No te preocupes, compa”, le dice uno de los chicos que lo acompaña. Bonifacio, con el cráneo reventado y la cabeza llena de sangre, dice: “Lucho por mi pueblo, muero por mi pueblo”. Los jóvenes que lo acompañan se desesperan y le gritan al conductor: “¡Métele pata, güey, está grave!”

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En marzo de 2018, un mes después del ataque, platico con Bonifacio en el patio de su casa, a unas calles del centro de Oxchuc. Me cuenta que aún tiene dos de las cuatro balas en el cuerpo porque no pudieron sacárselas: una en la espalda y otra en el pie, que no le permite caminar. Las pesadillas comenzaron después de haber sido herido y lo despiertan en la noche. Después de contarme lo que pasó ese día, me dice: “La responsable es la María Gloria, contrató gente para venir a matar al pueblo”.

María Gloria Sánchez, antigua presidenta municipal de Oxchuc.

“Quemaron nuestras casas por no apoyar ni asistir a sus luchas”, me cuenta una mujer entre lágrimas mientras me muestra un video desde su celular donde se ve una vivienda en llamas. Platiqué con ella en Chaonil, localidad que pertenece al municipio de Oxchuc y se encuentra a 20 minutos de la cabecera municipal.

El 24 de enero de 2018, día del ataque, algunos miembros de la comunidad quemaron su casa —y la de otras personas— por haber participado o haber sido beneficiarias del gobierno de María Gloria, cuenta. Como resultado, más de 100 personas, supuestas partidarias de este gobierno, fueron desplazadas de la comunidad. “Quedó [hecho] polvo, no tengo a dónde ir porque si vuelvo, nos amenazan de muerte”, asegura.

De acuerdo con esta versión del día del ataque, un grupo encapuchado y armado de Oxchuc, parte de la Comisión Permanente de Paz y Justicia, atacó una comunidad cercana por no apoyarlos. Esta comunidad repelió el ataque y por eso la gente de Oxchuc resultó herida y asesinada.

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Durante los días que estuvimos en Chiapas, sólo encontramos a cinco personas que sostuvieran esta versión. Por ello decidimos buscar a María Gloria Sánchez y tras dos reuniones fallidas —la primera en la Ciudad de México y la segunda en San Cristóbal—, por fin pudimos platicar con ella en un parque de la capital del país.

Funeral de Ovidio López en Oxchuc, una de las personas asesinadas durante el ataque del 24 de enero de 2018. Foto por Rafael Castillo.

Para el momento en que me reuní con María Gloria, tenía una carpeta de investigación en su contra, no podía entrar a la cabecera municipal, y había sido destituida de su cargo y desaforada. Además, enfrenta acusaciones graves en su contra: compra de votos, financiar grupos paramilitares y atentar contra la comunidad. “Eso es totalmente falso”, dice y asegura que está siendo utilizada como chivo expiatorio y lo que buscan es meterla a la cárcel con acusaciones falsas.

“Mis delitos es atentado contra la paz, contra el estado y atentado de homicidio”, me cuenta, “¿Pero cómo? Si el atentado fue contra nosotros porque nos quemaron todo, y ahora resulta que yo soy la que está atentando”, señala.

El domingo 18 de febrero de 2018, el Congreso del Estado tomó protesta y entregó el nombramiento al presidente municipal que la Comisión de Paz Permanente y la mayoría de la comunidad de Oxchuc eligieron a través de una votación a mano alzada. El lunes 19 de febrero se liberó una orden de aprehensión en contra de María Gloria Sánchez y su cabildo.

—¿Eso significa que en este momento, legalmente, eres una prófuga?—, le pregunto.

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—Digamos que no lo soy porque es injusticia lo que ellos están haciendo.

Gabriel Méndez, abogado comunitario de Oxchuc, herido durante el ataque del 24 de enero de 2018.

Gabriel Méndez es uno de los pobladores que resultó herido durante el ataque a Oxchuc del 24 de enero de 2018. Se cree que es una de las personas que el supuesto grupo paramilitar quería matar por ser el abogado comunitario de Oxchuc. Él ha estado trabajando y asesorando a su comunidad para hacer la transición hacia el sistema de usos y costumbres y actualmente se encuentra bajo un sistema de protección pues se cree, todavía lo quieren matar.

“Buscamos reivindicar nuestros derechos ancestrales porque los partidos políticos pretenden ganar las elecciones para poder llegar al poder político y económico”, me dice Gabriel mientras tomamos café en un lugar de la Ciudad de México. Para él, y gran parte de la comunidad, el sistema partidista no funciona. “Es mucho más mejor nuestra organización y nuestra forma de convivencia en la colectividad, que los intereses partidistas”.

La comunidad de Oxchuc hizo una solicitud y esperan a que se haga un dictamen antropológico que determine si realmente son comunidad indígena, con precedentes ancestrales, en la que existían usos y costumbres, y si son rescatables.

Este primero de julio de 2018 hay elecciones presidenciales y el panorama en Oxchuc aún es incierto. “Hay una determinación bajo acta asamblea que no se permitirán las elecciones federales”, asegura Gabriel, “al hablar de 'ya no más partidos políticos', por lógica, no habrá urnas”.

@soyalemendoza