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Italia
En 2002, Italia se corría de gusto con la llegada del euro, seguramente porque nuestra moneda siempre ha sido muy débil comparada con la de los otros países. Los italianos esperábamos hallar una especie de redención en ese vínculo económico con nuestros vecinos.Recuerdo muy claramente que a mi abuela le aterraba la llegada del euro, la idea de tener que cambiar por completo su concepto de la economía. Por suerte, Berlusconi se tomó un momento para calcular cuánto le costaría en euros una de sus fiestas bunga-bunga y nos envió a todos un "euroconversor" supercutre. Recuerdo que mi abuela estuvo trasteando con él un rato y luego lo guardó en un cajón con el mismo cuidado con el que se guardaría una antigua reliquia. Creo que la pobre estaba convencida de que aquel trasto le salvaría la vida el día menos pensado.El gobierno también creó un anuncio muy extraño en el que aparecían tres abueletes riéndose y pasándoselo en grande mientras discutían sobre la cotización del euro. Creo que lo que intentaban transmitir era: "Si estos ancianos son capaces de entenderlo, tú también puedes".Personalmente, creo que el euro le ha venido bien a Italia. Mucha gente lo considera el causante de nuestra situación económica actual, pero la culpa de eso la tiene la crisis. Sin el euro, las cosas podrían haber ido mucho peor. Mattia Salvia
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