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Música

The Atom ™ Theory: en la mente cosmológica de Uwe Schmidt

Hablamos de historia, sociología, artes y música con uno de los artistas más visionarios que ha tenido la electrónica moderna.

La teoría del Big Bang afirma que el universo estaba en un estado de muy alta densidad y luego se expandió, lo que llevaría a la formación de partículas subatómicas y más tarde simples átomos. Si han tenido la oportunidad de presenciar en vivo una presentación de Atom ™, o inclusive intercambiar un par de palabras con Uwe Schmidt, podrán notar que el alemán tiene su propio universo, mundos llenos de teorías y conocimientos que sobresalen al terreno mundano que nos rodea. Un erudito puro, alguien que por más de treinta años ha estado presente en el ruedo electrónico global, siempre reinventándose y alcanzando esa próxima escala a la cual pocos saben llegar.

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Polifacético, ambíguo, humanista, visionario, tal vez le podríamos asignar tantas etiquetas como el número de sus alias. Lo que sí es claro es que detrás de la mirada robótica de Atom ™, o el cha-cha-cha del Señor Coconut, se encuentra un alemán cordial y bastante amable, un completo enamorado de Chile y un agradecido por todo lo que Suramérica le ha brindado. Tuvimos la oportunidad de conversar con Uwe Schmidt aprovechando su paso por Colombia, de la cual asegura fue una gran influencia para lo que el destino le depararía.

Siendo un protagonista en el escenario electrónico a través de los años, ¿crees que aún hay espacio para innovar en la música? Hay algunos que aseguran que ya todo está hecho.

En general soy una persona positiva. Y dentro de lo que llamaría la decadencia de la industria musical, y quizás decadencia de la cultura en general, siempre veo el nacimiento de algo. Sé que en la escena electrónica hoy en día hay una especie de depresión, parece que está todo hecho, ya que el pasado que hemos generado ha tomado un tamaño muy grande, pero al mismo tiempo veo un interés en romper eso, un interés por progresar. La misma sociedad desea progresar, y para mí eso es muy inspirador.

¿Todavía piensas que la música debe ser llamada sonido propiamente?

Personalmente, he dejado el tema de los géneros muy atrás. Para mí los géneros son una manera de orientarse en la historia, son coordenadas útiles que representan colecciones de ideas. Pero como artista, no busco que me definan a través de un género, por eso si tengo que hablar de música, prefiero buscar otro adjetivo que no esté ligado a géneros. A veces bromeo y tiro adjetivos e ideas, pero el tener que categorizar música no me resulta interesante.

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Ahora que hablas de géneros, muchos te consideran un referente dentro del universo glitch y minimalista. El techno inclusive en los últimos años ha tomado una tendencia bastante abstracta. ¿Piensas que el camino ha sido el correcto? ¿La evolución ha sido positiva?

El techno mismo me dejó de interesar en algún momento, mitad de los noventa tal vez. Ahí me había dedicado a otras cosas, como Señor Coconut y proyectos más diversos, pero recién hace unos siete años atrás, volví a mirar qué pasaba en el techno, y por primera vez en estos veinte años sentí que había pasado algo interesante. El progreso ha sido chico, pero uniforme. De nuevo comencé a tocar en clubes, a producir discos más techno, y de paso encuentro que el techno siempre ha perseguido una sola idea. Si miramos hacía atrás y compilamos todos los tracks de techno que existen en el mundo, vendría casi siendo un solo track, una sola idea. Y eso me comenzó a fascinar bastante en los últimos años.

El Acid Revolution muchos lo consideran como la perfecta exploración del lado psicodélico del house. ¿Hay algo específico en el house que te llame la atención hoy en día? ¿Algo que consideres innovador?

Difícil poner en palabras lo que me gusta, pero que creo que se ha sofisticado más. Llámalo acid o house, ha tomado formas mucho más sintetizadas, simples, que por ejemplo durante los noventa. Esa época fue más opulenta, barroco, había mucho de todo. Y el llamado minimalismo del 2000, no me pareció nada minimalista, no me gustó mucho. Por eso el techno al haber retomado esa fuerza, esa suciedad y oscuridad, un conjunto de cosas que no eran los parámetros de los noventa, toda esa vuelta que dio es lo que me atrae. Hoy en día voy a festivales y escucho otros artistas, y escucho muchas cosas que me gustan, mucho más que quince años atrás.

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¿Cómo le explicamos a una persona que no está de lleno en la electrónica que tienes más de 20 alias?

Jeje, es muy simple. Para mí los alias nacen como manera de estructurar ciertas ideas que tengo. Por ejemplo, si una idea puede tener humor o no, si puede ser agresiva o no… Todos son parámetros que uno maneja, simples sensaciones. Cuando ya siento que tienen un tamaño suficientemente grande para que sea una canción o un álbum, en algún momento le doy un nombre. Son todos procesos muy artísticos, sueltos de alguna manera. Hace quince años dejé de utilizar esta metodología, en algún momento me aburrí, así que decidí solamente utilizar uno o dos nombres, básicamente Atom ™.

Foto vía.

En tiempos tan sobreexpuestos socialmente hablando como los de hoy en día, ¿piensas que esto en verdad beneficia al artista?

Entiendo lo que puede ser el beneficio, pero es difícil definirlo para cada uno. Ayer por ejemplo, veía la entrevista de RBMA a Haruomi Hosono de Yellow Magic Orchestra, y durante sus cuarenta años de carrera también ha tenido muchos cambios de estilo, varios grupos y proyectos, pero sobre todo varió en lo estético, y curiosamente le preguntaron lo mismo, si lo consideraba útil o aconsejaría a otros artistas a hacerlo, y dijo que básicamente lo que siempre le interesó más –lo cual encuentro muy a fin a su explicación– es disfrutar lo que se está haciendo. Encerrarse en una idea, hacer un estilo de música, con un nombre, con un marketing, puede llegar a ser muy claustrofóbico, reinventarse puede llegar a ser muy difícil. Obviamente es complejo manejar muchos alias, manejar música diferente; quizá en lo práctico no es la mejor opción, pero como dijo Haruomi en su entrevista, rozando un poco con lo egocéntrico, uno mismo vive su música, y eso para mí es primordial.

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¿Hay algún AKA que hace mucho no utilices, pero todavía le tienes un aprecio especial?

Diría que le tengo gran aprecio a todos, por el simple hecho que son todos puntos en mi línea de tiempo. Los puedo relacionar con buenos momentos, malos momentos, cada uno con su propio sabor. Tal vez por eso no tengo diferencias, todos vendrían siendo como páginas del libro de tu vida.

Podríamos decir que Raster-Noton es tu casa hoy en día, pero el año pasado sacaste un disco en The Bunker New York. ¿Qué tienes en cuenta para elegir otro sello?

Hace veinte años atrás, existían muchos más sellos, se podía sacar música fácilmente y, en muchas ocasiones, sin haber tenido contacto alguno con los sellos. Eran relaciones muy frías, básicamente alguien que no conoces escucha tu música, te envía un correo o un fax, firmas un contrato y sacas un disco. Eventualmente puede funcionar o no, por eso en algún punto de los 2000 comencé a tener control de mi catálogo. Fue el primer paso para decir: ''No necesito más sellos, lo hago yo''. Hoy en día cuando me llegan ofertas para trabajar con sellos, si no conozco la persona, normalmente no me interesa. Por eso los sellos que mencionas –Raster-Noton y The Bunker–, son gente que conozco, buenas personas con las cuales comparto lo que están haciendo.

Justamente la semana pasada pude hablar con alguien ligado a The Bunker, me dijo que los mejores kickdrums que han sonado allí han sido los de Atom ™. ¿Hay lugares que sacan lo mejor de un artista?

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En general, no me gusta dar conciertos mediocres. Siempre vengo con el mayor interés en que sea una buena experiencia, tanto para el público como para mí, pero a veces te encuentras con personas que no lo ven así, y ahí comienzas una lucha, una pelea contra la situación. En el caso del Bunker, hemos trabajado juntos muchas veces, conozco sus gustos, a la mayoría de personas que trabajan allí. Obviamente todo esto inspira más que tocar en un evento frío. Cuando generas una confianza, pasa a ser mucho más que un simple trabajo.

¿Cómo ve Uwe Schmidt el clubbing en la actualidad?

Por un lado, por primera vez en mucho tiempo han aparecido sistemas de sonido con una calidad suficientemente buena, aptos para reproducir música electrónica. Para mí es una novedad, ya que si miro los PA de los noventa, eran terribles. Eran sistemas de rock o disco. Esto cambió mucho en los últimos diez años, y en verdad es un gran paso, ya que puedes escuchar la música como verdaderamente estaba pensada desde la producción. Me inspira mucho poder tocar mi música en un lugar con un buen sonido. Por otra parte, pienso que la música electrónica se ha sofisticado un poco. Hay eventos muy comerciales y aburridos, casi como mecánicos.

¿Hay algún artista con el que quisieras trabajar hoy en día?

Trabajo con muchos artistas siempre, la mayoría siendo poco conocidos. Me gusta trabajar con gente con quien tenga un feeling, que por el lado artístico haya un intercambio que resulte en un proceso creativo. Muchas veces cuando piensan en posibles colaboraciones, la mayoría resulta en ideas estáticas. Quiero trabajar con gente que no haga lo mismo que yo, y viceversa; me gusta mucho poder cambiar la perspectiva de alguien.

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Muchos hemos disfrutado de tus colaboraciones con Tobias, ¿es ese un ejemplo de proceso creativo?

Siempre trabajamos juntos. Con Tobias me conozco desde 1988, y comenzamos a tocar música juntos desde el 90, 91. Siempre hemos trabajado más haciendo performance en vivo que en el estudio, lo cual para los dos es algo especial. Hemos tocado shows de seis horas o más, y todas son improvisadas, solo nos juntamos y apretamos play. Creo que con nadie más ocurriría algo así.

Foto: Lora Grigorova.

¿Crees que las artes en general viven una crisis de creatividad?

Sí, estoy de acuerdo. Encuentro que el planeta en si está un poco en esa crisis. Quisiera ver que lo que consideramos arte o música, incluso lo que consideramos historia, se volvieran elementos no repetibles del pasado. Estamos entrando en otro nivel de conciencia, donde el concepto de historia no tiene sentido. ¿De dónde tendría que provenir la creatividad en el arte? Si no logramos ser creativos, con todas las herramientas actuales que tenemos a disposición, pienso que ya sería un tema más de situaciones sistémicas. La explotación del arte con lo económico también puede ser la causa para esta saturación.

¿Qué opinas de la música electrónica suramericana por estos días?

Me es difícil hablar de Suramérica en general, son muchos países distintos, escenas distintas, con realidades e historias distintas. Realmente no puedo decirte lo que está pasando en Argentina, Brasil, etc; son todas escenas muy separadas, lo cual es muy lamentable. Colombia, por ejemplo, he visto que históricamente ha tenido cambios, culturalmente la sociedad se está abriendo a la música electrónica. Hasta ahora no he visto una utilización correcta de las herramientas electrónicas desde Suramérica, siempre están vinculadas a un lenguaje bastante europeo o norteamericano. Pienso que se debería abrir un poco este marco sociológico, y no buscar siempre vincular un sonido con algún lugar.

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¿Escuchas otros estilos de música suramericana? ¿Cumbia, salsa, reggaetón?

Mi primera influencia en la música latina era una copia de un cassette que me dio un amigo en Frankfurt en 1990, contenía cumbias colombianas clásicas. Fue lo primero que me impactó, y me sigue gustando la cumbia por varias razones. Cuando viajo por Suramérica, los estilos que mencionas casi que me 'asaltan' en lugares públicos. Antes de que se pusiera tan popular, me gustaba mucho el reggaetón, cuando era más abierto de estilo y no estaba tan lacerado, hace unos diez años atrás.

¿Por qué sigues viviendo en Chile? ¿Qué tiene Chile que no tenga otro lugar en el mundo?

Queda lejos (risas). Ultimamente viajo mucho por Europa y Estados Unidos, disfruto el 'nerviosismo' de esos lugares, su rica densidad, pero no me gustan para trabajar ni para crear ideas. Por eso estoy acá.

***

Si se perdieron su presentación en Rock al Parque, tranquilos, este viernes Atom ™ estará de nuevo presentándose en Bogotá. Gracias a la fiesta ¡Goza con el láser!, el parche de extravagancia electrónica tropical que en su tercera edición regresa a Latora 4 Brazos, tendremos la oportunidad de ver a este genio alemán presentando su nuevo show Ground Loop, un live set de ácido enfocado a encender el dancefloor. Para cerrar la noche, DJ Karim presentará su Berbere Tour, un set electrónico de sonidos y beats frescos provenientes de África y Medio Oriente, además de mostrar un adelanto de su tercer álbum.

Para más información pueden ingresar directamente a la página de ¡Goza con el láser!