FC Roman Decin, el equipo gitano que nadie quiere en la liga checa

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racismo en el fútbol checo

FC Roman Decin, el equipo gitano que nadie quiere en la liga checa

Formado por un entrenador y jugadores gitanos, el FC Roma Decin soporta la lluvia de ofensas e insultos raciales antigitanos casi siempre que le toca jugar.

"No soy racista", exclama insolentemente una mujer mientras anima al equipo local. "Pero creo que la gente debería ser blanca".

Sus amigas ríen a carcajadas y el grupo de seguidores cercanos mueven la cabeza en aprobación. Uno de los jugadores que se encuentra fuera del campo irrumpe con el mismo insulto. "¡Vete a trabajar!" grita, provocando a los "malditos gitanos", antes de soltar la sutil frase "¡Les vamos a echar a Hitler!".

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Es un día corriente para el FC Roman Decin, un equipo checo de fútbol que juega en la tercera división. Dirigido por un entrenador gitano y formado en su mayoría por jugadores gitanos, el grupo tiene que soportar insultos raciales anti-gitanos casi todas las semanas.

Es decir, asumiendo que los contrarios se presenten a jugar.

Durante la temporada 2014-2015, varios equipos se negaron a jugar contra ellos; prefirieron regalar puntos y pagar una multa a la liga en lugar de asistir a un recinto que siempre crea "problemas". El inusual y curioso dato de todo esto —explorado más a fondo en el documental FC Roma— es que este equipo casi llega a ganar el título de liga porque los demás no se presentaban a jugar. A pesar de haber ganado solo un partido, el FC Roman Decin era cuarto en diciembre, e inesperadamente al borde del ascenso. Desafortunadamente, el cuento de hadas similar al del Leicester City no pudo concretarse.

Este alarmante episodio sacó a la luz el racismo que yacía bajo la superficie de la liga checa. El equipo —un grupo de jóvenes que en su mayoría sólo busca pasarlo bien jugando al fútbol— se presenta en el documental como la víctima del sistema que parece querer desintegrarlo.

"¿En qué otro lugar del mundo la gente se niega a jugar con otro equipo? se pregunta Pavel Horvath, el exasperado entrenador del club, después de la llamada recibida para comunicarle que otro equipo se echa para atrás. "Prefieren pagar 50 libras de multa a darnos la mano", añade Pat, el honesto y fornido guardameta.

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Los entrenadores de algunos equipos argumentan que el problema no es la raza, sino el incidente que se desató en 2011 cuando el club —en ese entonces llamado FC Decin— estuvo involucrado en una riña después de un partido en la que el árbitro recibió un golpe en la cara. Este tipo de comportamiento violento, dicen, es lo que provoca que los equipos eviten visitar la casa del FC Roma Decin.

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¿Pero hasta qué punto sirve como excusa? No nos imaginamos al Athletic negándose a viajar a Anoeta porque en el partido anterior se pelearon.

"El racismo es un problema en la República Checa", opina Rozalie Kohoutova, quien dirigió la película FC Roma junto con Tomas Bojar. "Aunque a veces es algo discreto, puede llegar a ser muy peligroso. La mayoría de la gente dice, 'No somos racistas, simplemente no nos caen bien los gitanos'. No quieren vivir cerca de ellos o que sus hijos vayan a la misma escuela…Pero ni siquiera saben por qué lo dicen".

La segregación entre "gitanos" y "gadjos" no está limitada a un campo de fútbol.

Según una encuesta de 2013 realizada por la agencia STEM, el 69 por ciento de los ciudadanos checos describieron su relación con los gitanos como negativa. ¿Por qué más de dos tercios de la población opina lo mismo?

Pat (sentado en la silla) es el portero del FC Roma Decin

Tal vez la mejor respuesta la resume el compañero de trabajo de Pat. Una mañana mientras conduce su camioneta, Pat le pregunta por qué las personas se oponen tanto a la comunidad gitana. Su compañero hace una pausa, piensa la pregunta, y sentencia, "todo lo que hacen es robarnos y golpearnos".

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Esta actitud, por más alarmante que parezca, no es una postura aislada. Ni se confía en la comunidad gitana ni tampoco les agrada. El estreno de la cinta, prevista para que se proyectara en una de las pantallas del estadio del Bohemians 1905, se canceló tras amenazas de aficionados de extrema derecha de otros clubes de Praga.

"Los checos están educados para ser racistas", dice Pat a su amigo. "Cuando nacen los envuelven en una sábana con un estampado de la suástica".

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Sin embargo, el documental enfatiza que los "gadjos" son tan responsables de la segregación como los "gitanos" de perpetrarla. Por ejemplo, antes de los partidos, los jugadores del FC Roman Decin gritan, "¡Gitanos, gitanos!" como si se tratara de un cántico tribal de guerra, y sus comentarios antes y después de los partidos reflejan una clara mentalidad de "nosotros contra ellos".

¿Qué futuro le espera al club gitano? ¿Podrá la población checa promulgarse algún día en contra del racismo?

"Es muy difícil", dice Kohoutova. "Los gitanos atraen el descontento de la gente, aunque es probablemente natural temerle a lo que no conocemos. Recientemente, ese papel le corresponde a los refugiados, y por lo tanto la población gitana está bajo la sombra de los 'musulmanes extremistas y violentos que vienen a desvirtuar los valores europeos'".

"Somos los últimos en la escala social", dice Pavel.

Pero inmediatamente Pat le corrige, "¡Ni siquiera eso!" porque, según él, los musulmanes los han "desplazado".