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Christie Wilcox: He amado a los animales de todas las especies desde que tengo memoria. Era la niña que encontrabas persiguiendo serpientes o tocando a las medusas en la playa. Las especies que para algunos son aterradoras, yo las encontraba fascinantes. Pero puedo decir que mi obsesión con los animales venenosos floreció hasta que tenía que pensar sobre qué escribir mi tesis. Después de eso comencé a investigar sobre el pez león y me enamoré del veneno y de los animales que lo contienen, y quería saber todo lo que se puede sobre ellos.
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Sabemos que nuestra relación con los animales venenosos data de miles de años atrás. Están representados en nuestros antiguos trabajos de arte y aparecen como héroes o villanos en nuestros mitos y leyendas. Sin embargo hay evidencia de que nuestra relación con estas criaturas va más atrás, en los orígenes de la especie humana; quizás está ligada con los primates. Las serpientes, en particular, son inmediatamente reconocidas para los humanos y especies parecidas. Podemos ver una en una imagen y tener miedo sin si quiera saber bien qué estamos viendo. Los niños pequeños reaccionan a las serpientes con terror cuando ni si quiera sus padres les han enseñado eso, lo que sugiere que nuestro miedo a las víboras es innato; está en nuestro ADN desde hace miles de años.¿Cuándo comenzaron los científicos a catalogar e investigar criaturas venenosas?
Tenemos registros de animales venenosos tan antiguos que van hasta que la historia se empezó a registrar. Muchos naturalistas famosos, doctores y filósofos saben y hablaban de ellos y de lo peligrosos que son. Puedes encontrar información de especies como mantarrayas, serpientes y arañas en los escritos de Aristóteles, Platón y Plinio. Cuando la ciencia se convirtió en formal (la palabra científico no existía hasta 1830), lo mismo pasó con los estudios de los animales venenosos. Los efectos de los venenos y los métodos para tratarlos pueden encontrarse en textos muy viejos de medicina. Hoy en día, tan sólo hemos investigado la superficie del inmenso banco de información que estos animales representan. La mayoría de los textos se han enfocado en venenos accesibles y fáciles de encontrar y no a la gran mayoría de especies venenosas que existen.
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Cuando Greg Laden hizo la reseña del libro para ScienceBlogs, escribió lo que yo considero como la mejor crítica que puede haber. Dijo que aprendió algo nuevo en cada página y pienso que este libro toma los textos científicos del veneno, a los que los científicos tienen acceso, y los traduce y presenta al lector para que pueda entenderles sin mayor problema y no sea tan complicado encontrarlos.Mientras investigabas, ¿descubriste alguna historia rara o inesperada?
La más inesperada fue cuando me enteré que hay personas que utilizan el veneno para recreación; argumentan que se drogan mejor con eso que con la heroína. En los textos de medicina, hay muchos estudios que describen que hay personas que pagan para recibir mordidas de especies muy venenosas, como cobras, para drogarse. Los casos son pocos pero me impresionó que existiera alguno.¿Crees que en el futuro los humanos experimenten con drogas que contengan veneno?
No hay duda alguna que nuestra especie tiene una constante preocupación en las sustancias que alteran la mente. Así que no es sorprendente que las personas ya hayan experimentado con algo que piensen les va a ayudar a drogarse, y los venenos no son la excepción. Creo que el factor de riesgo, la dificultad de obtenerlo y mantener a los animales que lo producen ha prevenido hasta ahora que se haga mal uso y se convierta en algo popular entre la gente. Los casos de los que utilizan el veneno para recreación se encuentran en lugares que tienen historia cultural con las especies, como el caso de India. Personalmente, yo no me arriesgaría a recibir una mordida de una cobra, aunque sea la droga más fuerte, increíble y pura de la Tierra.
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Hay muchísimas ideas erróneas acerca de los venenos. La mayoría están relacionadas con la manera de tratar las mordidas o picaduras. Por ejemplo, probablemente has escuchado que debes hacer pipí sobre una picadura de medusa, pero es un mal consejo. La orina puede hacer que las células se vuelvan más potentes y sea aun más doloroso. Lo que debes hacer es rociarte vinagre, porque inhibe el dolor. Quizás también te han dicho que debes succionar el veneno de una mordida ¡Claro que no! No eres capaz de sacar todo el veneno de la zona así que intentarlo es sólo una pérdida de tiempo. En lugar de eso deberías enfocarte en llevar a la víctima a un hospital.
Hay muchas razones para desarrollar veneno. Algunas especies utilizan sus potentes químicos para inmovilizar a su presa; de otra forma no podrían atraparla. Hay otras que utilizan sus mezclas tóxicas para alejar a los posibles depredadores. Los ornitorrincos usan su veneno en batallas contra las hembras. Así que el porqué varía mucho. Sin embargo se puede llegar a una conclusión: el veneno ha ayudado a las especies para sobrevivir y reproducirse mejor que los animales que no lo tienen. Cuando una generación comienza el camino de crear veneno, la selección natural perfecciona la mezcla de toxinas y crea una potente y efectiva. El cómo llegan a ese camino sigue siendo un misterio.
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Hay dos formas en las que un animal puede ser inmune por naturaleza o resistente a un tipo particular de veneno. Ya sea que alteraron sus propios cuerpos para que las toxinas no funcionen, o producen alguna clase de componentes en su sangre. Las mangostas son ejemplo de la segunda forma: son esencialmente inmunes al veneno de la cobra porque tienen mutaciones en sus canales que atacan a las toxinas letales de la cobra. Otros animales, como las zarigüeyas, producen proteínas que hacen a las toxinas inservibles. Estos compuestos son excitantes para los científicos ya que se pueden modificar para tratar mordeduras de serpiente en personas.Para agregar algo más a la innata inmunidad, muchos animales se vuelven resistentes a los venenos en la misma forma que las vacunas nos hacen fuertes ante enfermedades, mediante la producción de anticuerpos específicos. Si dosis de veneno que no son letales se introducen en repetidas ocasiones, con el tiempo el sistema inmune se adapta y podrá crear anticuerpos que tendrán como objetivo atacar las toxinas venenosas y de esta forma las removerán de la sangre. Así es como los científicos hacen los antídotos que tratan a los peores venenos. Ellos inyectan pequeñas cantidades de veneno en animales como un caballo u oveja en repetidas ocasiones, extraen la sangre y preparan los anticuerpos para las inyecciones humanas. No es un proceso perfecto; algunas toxinas son terriblemente buenas activando el sistema inmune mientras que otras son tan tóxicas que es imposible que los anticuerpos inyectados lleguen al sitio a tiempo.
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Los venenos son únicas y fascinantes adaptaciones. Hay cientos de miles de especies venenosas regadas por las diversas ramas del árbol de la vida, desde algunos de los más antiguos invertebrados, a insectos, reptiles, mamíferos e incluso algunas de las especies más familiares (como los primates). Muchos de estos linajes venenosos desarrollaron sus mezclas tóxicas independientemente así que si estudiamos a esos grupos y las toxinas que contienen, podemos comprender cómo surgen las adaptaciones.También podemos entender mejor los límites de la selección natural observando las clases de moléculas que se utilizan para objetivos malos, como convertirlos en armas biológicas. Finalmente, en muchos linajes venenosos hay animales que ya no lo son porque perdieron su toxicidad, como la serpiente marina, quien perdió sus habilidades venenosas. Para realmente conocer más de la evolución, tenemos que conocer cómo y por qué pierden sus rasgos, además de cómo y por qué los obtienen. Con estudiar estas especies que ya no muerden o pican, podemos obtener una imagen más completa de la misteriosa naturaleza de la evolución y selección natural.
Apenas empezamos a investigar cómo las toxinas venenosas pueden ayudarnos en la medicina. Cada animal venenoso tiene una única mezcla que está echa de miles de componentes, de los cuales muchos tienen uso farmacológico en nuestro cuerpo. Hasta ahora, hay seis medicamentos derivados de veneno que son avalados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) y hay muchas que están todavía a prueba y ensayos clínicos. Las posibilidades son infinitas; hay componentes que parece que pueden atacar enfermedades graves como diabetes, Alzheimer y otras no tanto, como la disfunción eréctil.Eso es lo que hemos encontrado con relativamente pocas especies cuyos venenos ya están catalogados. Hay muchísimas más cuyos venenos nunca se han estudiado y de quienes a lo mejor se haría el siguiente medicamento exitoso. Si no conservamos la biodiversidad y dejamos que se destruya el hábitat, que incremente la contaminación y que el cambio climático elimine a estos animales del planeta, entonces perderemos recursos bioquímicos invaluables que no podremos remplazar.