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Cultură

¿Por qué los hombres gays no pueden donar sangre en Colombia?

Actualmente no puede donar sangre un hombre que haya tenido sexo con otro hombre en los últimos 15 años.

Encontrar un lugar en el cual donar sangre en el centro de Bogotá no fue difícil. Aunque nunca he donado sangre, me dirigí confiado hacia el puesto de donación. Tenía la enorme sospecha, por no decir certeza, de que iba a salir de ahí exactamente con la misma sangre que entré.

Iba con un propósito: averiguar si podía donar sangre siendo gay.

Apenas entré al lugar me recibió una mujer y de primerazo me preguntó si era mayor de edad, que lo soy, si peso más de 50 kilos, que los peso, y si había donado sangre antes, que no lo había hecho. Me senté y me pasaron un largo formulario. Pidieron que lo llenara a conciencia, que dijera la verdad y que no me preocupara porque era absolutamente confidencial.

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Si nunca ha donado sangre, puede encontrar las preguntas que le harían en esta guía orientadora del Instituto Nacional de Salud. Si no quiere leerla, se la resumo: le piden sus datos personales, le preguntan si ha donado antes y si ha tenido problemas con la donación, le preguntan por su estado de salud, si tiene o ha tenido enfermedades (desde Sida hasta trastornos mentales), si se ha hecho cirugías últimamente (desde procedimientos dentales hasta trasplantes de órganos), le piden que confiese si ha perdido peso inexplicablemente o si suda mucho por las noches y le preguntan si se ha puesto vacunas en el último año, entre otras cosas por ese estilo.

Luego viene una sección para identificar factores de riesgo. Con otras palabras le preguntan más o menos lo siguiente. ¿Ha recibido plata o drogas a cambio de sexo? ¿Se ha ido de putas? ¿Usted o su pareja han estado en la cárcel durante el último año? ¿Ha cambiado de pareja sexual en los últimos seis meses? ¿Consume marihuana, cocaína, heroína, basuco o cualquier alucinógeno? ¿Se ha contagiado de enfermedades de transmisión sexual? ¿Se ha tatuado o perforado en el último año? ¿Ha tenido accidentes de riesgo biológico? ¿En los últimos meses ha viajado a zonas donde haya paludismo, dengue, leishmaniasis o fiebre amarilla?

Finalmente, lo que me interesaba: "¿ha tenido relaciones sexuales con personas del mismo sexo?" Mentí. Dije que sí.

Un par de días atrás, el doctor Juan Gabriel Cubillos, coordinador nacional de la Red de Bancos de Sangre, me había explicado parte del asunto por correo. Me aclaró que "más que una lista de excepciones, existen criterios de elegibilidad de un donante de sangre que buscan conocer antecedentes médicos, factores y conductas de los donantes que puedan poner en riesgo su propia salud y sobre todo la del paciente receptor". Dijo también que "la orientación sexual no es un criterio de exclusión para donar sangre".

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Lo que hay, según su respuesta, es una necesidad de los bancos de sangre para identificar conductas que pueden aumentar el riesgo de tener enfermedades de transmisión sanguínea. De acuerdo a la normatividad legal, me dijo, el criterio de elegibilidad es si ha tenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.

No es exactamente lo mismo que ser gay pero quizás se parece demasiado.

La donación de sangre en Colombia se rige por una resolución de hace veinte años. Allí, en la lista de conductas riesgosas, hay una categoría para el VIH/Sida que explica hay que diferir a los pacientes (es decir, para impedirle donar) que cumplan alguna de las siguientes características: evidencia clínica o por laboratorio de la infección, drogadicción, enfermedades venéreas en el último año, víctimas de violación en el último año, relaciones homosexuales masculinas en los últimos 15 años y relaciones sexuales con personas que cumplan alguno de los puntos anteriores.

La guía del Instituto Nacional de Salud y el doctor Cubillos me dieron a entender que la exclusión no es para parejas del mismo sexo sino para hombres que tengan relaciones homosexuales. O para mujeres que tengan sexo con hombres que hayan tenido sexo gay. Esto dice el texto: "los hombres que tienen sexo con hombres deben ser diferidos permanentemente. En el caso de las mujeres el riesgo no es significativo como en los hombres, sin embargo, se debe indagar sobre sus prácticas sexuales o de grupo y de acuerdo con sus respuestas, el médico del banco de sangre toma la decisión de aceptar o diferir a la donante potencial".

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En 2012, a raíz de una tutela instaurada por un hombre homosexual que no pudo donar, la Corte Constitucional profirió una sentencia que le pide al Ministerio de Salud "eliminar los criterios de selección de donantes basados en la orientación sexual como criterio de calificación de riesgo de enfermedades infecciosas como el VIH, y en consecuencia, encamine la regulación concretamente a indagar sobre las prácticas o conductas sexuales riesgosas".

Alejandro Lanz, de la ONG Parces, me dijo que "el problema es que la sentencia de la Corte lo dice y lo prohíbe, pero la práctica médica en los lugares donde se recolecta sangre es seguir haciendo la pregunta". La pregunta, de nuevo: "¿ha tenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo?". Lanz cree que seguir preguntando eso "reproduce el prejuicio de que las personas con orientaciones sexuales diversas son portadoras de VIH".

Cuando intenté donar sangre diciendo que tenía sexo con hombres, llené el formulario y pasé a una entrevista, que es el siguiente filtro para ver si se puede donar. El médico revisó el formulario que yo había llenado y me hizo varias preguntas. Me preguntó por mis viajes a lugares con dengue, paludismo y leishmaniasis. Me preguntó detalles sobre qué drogas había consumido en el último año. Y me preguntó por mi vida sexual.

Le contesté con otra pregunta: ¿ese es un criterio para descartarme como donante?. Sí, dijo, y agregó que no era el único. Le insistí: ¿por qué? Esas son las reglas. Seguí: ¿y es que por ser gay soy más propenso a tener enfermedades de transmisión sexual? Eso dice la ciencia. Nosotros nos basamos en criterios técnicos y científicos. Una más: ¿y por qué otros países levantaron ese criterio de la lista? Porque las cifras dicen que en Colombia es alto el porcentaje de incidencia de VIH en los homosexuales. Y la última: ¿por qué no se cumple lo que dijo la Corte en la sentencia de 2012? Para esa no tuve respuesta.

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Hice parte del 16% de potenciales donantes que, según el Instituto Nacional de Salud, no resultan aptos.

El doctor Mauricio Beltrán, director de Redes en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud, me explicó por teléfono que para él "no se trata, como lo quieren hacer ver algunos, de discriminación contra cierto tipo de personas". Le pregunté cuál era el argumento, entonces, para mantener la orientación sexual como un criterio de selección. "Para nosotros no se trata de que las personas sean homosexuales. Tratamos de evitar conductas de riesgo. Lo mismo que con las personas que viven sobre la Sierra Nevada, por hepatitis. Descartamos lo que está demostrado: que en ciertas poblaciones la incidencia de VIH o hepatitis es más alta. Ese es el asunto".

El doctor Cubillos me había explicado lo mismo con algunos datos, cuando le pregunté por qué otros países sí dejaban donar a esta población. "Los determinantes en las decisiones son la incidencia de una enfermedad (la cantidad de personas que tengan una enfermedad en la población general) y el tipo de donantes de sangre que tengan. Donde se ha aceptado la donación de personas de la comunidad LGTBI son naciones donde las tasas de donación habitual sobrepasan el 35% y la incidencia para el VIH oscila entre 2 y 4 casos de cada 100 mil, frente a Colombia donde la incidencia para VIH está cerca de 73 casos por cada 100 mil donaciones".

Para Colombia Diversa, según un documento que sacaron en 2012 sobre el tema, ese argumento es falaz. Dicen que, aunque las cifras prueben que hay mayor incidencia de VIH en hombres homosexuales, "esto no puede conducir a prohibir la donación de sangre por parte de ese grupo". ¿Por qué? Porque lo relevante no es la orientación sexual sino los comportamientos de riesgo. O sea lo mismo que había dicho la Corte: que el criterio de exclusión deberían ser únicamente las conductas de riesgo: tener sexo sin protección, cambiar frecuentemente de pareja sexual, hacer orgías, prostituirse o tener sexo con prostitutas.

El mismo documento cita un comunicado de la Cruz Roja Americana, donde se recomendó que "se prohibiera hacer donaciones a HSH (hombres que tienen sexo con hombres) durante un año después de un encuentro sexual sin protección o casual, de igual forma que a los heterosexuales".

Ese argumento podría resolver la disputa. El doctor Beltrán me había dicho que, justamente, el Ministerio de Salud está próximo a expedir una resolución que actualiza el tema y dice que se evalúen esas conductas en periodo de un año. Según Beltrán, "ese es el tiempo promedio que tiene que ver con la probabilidad de infección".

El Insitituto Nacional de Salud insiste siempre en sus en campañas de donación que lo ideal sería que existieran 40 donantes por cada mil personas en Colombia al año, pero la cifra apenas llega a 16 por cada mil. Puede ser que el cambio de criterio que se viene con la nueva resolución sirva para recortar ese déficit.