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Esto es lo que pensamos de los nuevos botones de Facebook

Los dos primeros países que ya pueden probar las nuevas reacciones son Irlanda y España.

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Que se pare el mundo, Facebook finalmente ha dado ese paso. Después de que durante años toda la comunidad de internet (ni yo sé a qué me estoy refiriendo) le estuviera pidiendo a Mark Zuckerberg que implementara el botón de "No me gusta" a la interfaz de la red social, ayer salieron a la luz los nuevos seis botones que servirán para reaccionar ante un contenido publicado. La cosa va así, cuando a Mark le pides que te folle, el tipo lo entiende raro y te folla seis veces. Queremos un botón tío, "Bien, bien, seis botones. OK". Así funcionan las cosas en la mente de un genio.

¿Pero de qué botones estamos hablando? Los nuevos caballeros que cabalgaran y salvaguardaran las llanuras de Facebook son el "Me encanta", el "Me divierte", el "Me alegra", el "Me asombra", el "Me entristece" y, finalmente, el siempre esperado "Me enoja". Estas nuevas opciones solamente las podrán probar los españoles y los irlandeses, los únicos países a los que se les ha implementado esta opción. Supongo que antes de liarla quieren probar con los usuarios más borrachos y tontos para ver si la cosa puede descontrolarse y terminar matando a alguien. Somos el extremo, la peor opción, el campo de minas menos transitable del mundo. Si a nosotros nos va bien, al resto del mundo le irá de maravilla.

Con estos nuevos seis botones por fin seremos capaces de mostrar sentimientos reales a nuestros amigos de Facebook y, lo que es mejor, ya no se sucederán esas situaciones en las que parecerá que te encanta que hayan muerto 13 niños en un atentado en Toledo, cuando realmente querías decir que te gustaba mucho el artículo crítico que había escrito tu colega.

La implementación de estas nuevas reacciones puede resultar, en un principio, un buen invento pero a los pocos minutos descubrirás que son una auténtica pesadilla. Con el tiempo, el botón de "Me gusta" perdió su propio significado, su valor se devaluó por completo y pasó a ser una forma de decir "vale, lo he visto". Contenido y continente se separaron para generar una idea etérea. Un "Me gusta" se podía leer de muchas formas, no era nada concreto: "Está guays", "Leído", "Apoyo esta mierda", "Eres muy guapa", "Le estoy dando a me gusta a todas tus fotos porque estoy completamente loco", etcétera. Era un abanico infinito donde el usuario que lo leía podía interpretar lo que quisiera. Con las nuevas reacciones nos vemos obligados a posicionarnos ante un contenido y esto hace que tengamos que pararnos un momento a pensar. Y no nos engañemos, nadie entra en Facebook para pensar. Antes, navegar por esta red social significaba hacerse una rondeta totalmente mecánica, casi sin criterio, donde lo que primaba era bajar el scroll bien rápido y hacer todos los clics posibles. No hacía falta ni pensar. Era un ritmo hipnótico en el que entrabas en un nuevo estado mental. Ahora la conciencia invadirá nuestra experiencia en la red social, tener que decidir qué icono escoger —para que nuestros amigos vean claramente qué pensamos de un contenido— nos generará un estrés antes inimaginable. Antes éramos Usain Bolt, ahora somos el jodido Pistorius entre rejas.

Supongo que con el tiempo devaluemos el valor de estos nuevos seis iconos y cada uno de ellos ofrecerá un nuevo marco infinito de nuevas relecturas. Cosa que hará que cada uno de estos seis botones tenga seis otros botones donde poder escoger más opciones, y así hasta el infinito. Y luego, cuando necesitemos todo esto para poder vivir, los muy cabrones monetizarán nuestros sentimientos. Joder Mark, podrías haberte limitado a poner un simple "No me gusta", que es lo que todo el mundo te estaba pidiendo.