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GOLDMAN SACHS es una Mierda

Desde que la economía americana se hundió hace dos años, la mayoría de los medios de comunicación han tendido a minimizar la responsabilidad de las instituciones financieras. Matt Taibbi es redactor en Rolling Stone y ha escrito una de las críticas más...

Desde que la economía americana se hundió hace dos años, la mayoría de los medios de comunicación han tendido a minimizar la responsabilidad de las instituciones financieras. Matt Taibbi es redactor en Rolling Stone y ha escrito una de las críticas más virulentas contra los instigadores de la crisis. Su mensaje ha despertado la cólera de los indignados, los oprimidos, y los arruinados.

Sus reportajes y sus textos a menudo rebasan los límites. En su discurso abiertamente subjetivo, a los culpables les llueven hostias. Sin embargo, sus textos se han convertido en una referencia sobre el tema de la traición de Wall Street gracias a su estilo claro, conciso y riguroso.

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En su último artículo, Matt Taibbi analiza el informe Levin, una guía de 650 páginas para aprender a robar el dinero de los ciudadanos inocentes y que también explica cómo funcionaba Goldman Sachs antes del 2008. El informe lo publicó el senador de Michigan, Carl Levin.

El estilo afilado y agresivo de Taibbi es todo lo contrario a su personalidad, discreta y agradable. Tomamos un café con él en el barrio de Midtown, en Manhattan.

Vice: Se te conoce por tus bellas metáforas. ¿Nos jodió bien Goldman Sachs?

Matt Taibbi: Tengo que sentarme y analizar la pregunta. En todo caso, sí que era para ellos un placer cotidiano.

En tu análisis sobre la crisis financiera ¿por qué decidiste atacar a Goldman Sachs?

Tras las elecciones presidenciales de 2008, mis amigos de Rolling Stone y yo decidimos hacer un reportaje sobre la crisis financiera. De hecho, escribí algo sobre la operación de rescate de la aseguradora AIG. Las personas con las que hablé solían hacer la siguiente declaración: “En Goldman Sachs son todos gilipollas…”. Visto tiempo después, comprendí que Goldman fue el origen de esta catástrofe financiera. Por ejemplo, facilitaron la especulación con las materias primas bajando los precios de los impuestos. Goldman Sachs proponía acciones en Internet, préstamos a largo plazo, etc. estaban metidos en todo. Así que decidimos hablar de ellos. Vimos que era una buena idea utilizar un banco como símbolo de la degeneración de Wall Street. Además, si destacábamos su actitud arrogante, estábamos seguros de que nos saldría un artículo interesante.

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¿Para vosotros son los principales culpables de esta crisis?

Hacen las mejores inversiones. Políticamente hablando son los más ricos y los más influyentes. Antes de la crisis, contábamos con cinco grandes bancos de inversiones: Goldman Sachs, Morgan Stanley, Bear Stearns, Lehman Brothers y Merrill Lynch. Tres de ellos ya no existen. Sólo quedan Goldman Sachs y Morgan Stanley. Todos sabemos que Goldman es el principal culpable. Entendemos porqué el antiguo jefe de Morgan Stanley fue nombrado Ministro de finanzas dos veces seguidas [Robert Rubin y Hank Paulson].

¿Era ilegal lo que hacían?

Absolutamente, totalmente ilegal. Y si lees el informe Levin (evidentemente Goldman Sachs no está para nada de acuerdo con lo que dice) las empresas están obligadas a informar a sus clientes si se topan con dificultades financieras. No tienen derecho a dar información falsa. Leyendo ese informe, se comprende que Goldman Sachs nunca dejó de mentir a sus clientes. Hacían creer a sus clientes, por ejemplo, que habían “comprado” bienes en la calle. La verdad era que ya poseían aquellos bienes. Podríamos compararles con los concesionarios de coches. A grandes rasgos, tenían un lote de coches con los frenos defectuosos. Consiguieron revenderlos haciendo creer que acababan de comprárselos a otro fabricante. Eso se llama estafa, una auténtica mentira. Y conozco un montón de ejemplos similares. Los clientes perdieron muchísimos millones de dólares. En el informe hay pruebas suficientes para enviar a todos esos tíos al tribunal.

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¿Por qué no se les responsabilizó?

Existen muchísimas teorías al respecto. Goldman Sachs es una empresa muy poderosa que recibe el apoyo de los políticos. Mantienen a nivel financiero todas las campañas presidenciales desde hace más de diez años. Una buena parte de los miembros del grupo Sachs forman parte del gobierno. El número dos de las finanzas es un tío de Goldman Sachs. Además, hay que decir que los procuradores están acojonados. Se sabe que probablemente hay cinco agencias de control financiero que no hicieron su trabajo. Los organismos de control bancario como la Oficina de Supervisión de Ahorros, la Oficina del Control de la Moneda, la Fed, la SEC y el Ministerio de Justicia deberían haber controlado todo aquello. Pero no lo hicieron, así que todo degeneró forzosamente.

Un auténtico caos. ¿Quién es entonces el verdadero responsable?

Los bancos llevan haciendo esto diez años. Como no los controlaba nadie, el sistema se derrumbó progresivamente y con firmeza. El sector de las finanzas sufrió cambios enormes. Se instauró progresivamente un sistema de autorregulación. Tal vez te resulte raro, pero todo el mundo tiene parte de responsabilidad. Esa es la particularidad de todas las crisis financieras. No se trata de robar millones de dólares a un millón de personas, sino más bien de rascarle 30 céntimos a cada individuo.

Tengo la impresión de que formas parte de esos raros periodistas que se interesan durante mucho tiempo y desde muy cerca por esta historia.

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Muchos periodistas financieros han trabajado en bancos de inversión o en las finanzas para saber más.

Querían conocer los entresijos del mercado.

Exactamente, querían conocer la realidad detrás de todo aquello. Les pasa como a los periodistas de política. Si revelas demasiados secretos, nunca más te invitarán, así que es más difícil dar con la información. Además, la crisis económica es muy compleja y muy difícil de comprender. Por consiguiente, los productores y los redactores suelen ser reticentes ante la idea de hacer un artículo sobre este tema. No conozco muchas revistas que escriban 10 páginas sobre las CDO (obligación adosada a los activos). Muchas agencias de prensa temen las recaídas financieras que puedan provocar sus declaraciones. Resulta menos arriesgado hablar de cosas más “consensuadas”.

¿Crees que el oficio del periodismo se ha vuelto muy superficial?

Absolutamente. El periodista moderno debe ante todo escribir titulares grandes, breves y ostentosos.

Sólo buscan el sensacionalismo.

Exactamente. Les basta con rebuscar en lo que otros han hecho ya. No les merece la pena quebrarse la cabeza porque lo más importante es hacer todo el dinero posible con la publicidad. Mi trabajo consiste en hacer todo lo contrario. Trabajo en el mismo reportaje dos meses y escribo un artículo de 10 páginas. Después del mío, el tema Goldman Sachs no es una simple historia con la que hacer dinero. La apuesta era sobre todo política. Así funciona todo en Estados Unidos. Han encontrado una forma discreta de mezclar los negocios con la política. Por desgracia, existe una barrera inmensa que separa a las personas ordinarias de las influyentes. Un periodista debe franquear dicha barrera. Pero se necesita espacio y tiempo, y por desgracia hoy en día es muy difícil encontrarlo.

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Eres el periodista de moda actualmente en Rolling Stone. ¿Te ha permitido hacer mejores personajes, o te ha perjudicado?

Debo todo mi éxito a la popularidad de Rolling Stone, como Michael Hastings y otros tantos. Los políticos desean a toda costa hacerse notar, cosa que nos da ventaja a nosotros. Sus declaraciones llaman la atención del público y gracias a ello mucha gente se ha interesado por el artículo.

Cuando empezaste a cubrir las recaídas de la crisis económica, ¿ya estabas familiarizado con el tema?

Lo cierto es que no lo conocía para nada. Tenía algún conocimiento respecto al sector económico. Lo único que conocía es que se parecía mucho a los negocios de corrupción rusa sobre los que había escrito unos cuantos reportajes para The Exile en 1990. El asunto Goldman concernía a determinado sector de actividad estrechamente ligado al gobierno, así que, aunque no tuviese ningún conocimiento sobre dicho tema, la historia me era vagamente familiar.

En tu último libro, Griftopia: Bubble Machines, Vampire Squids and the Long Con That Is Breaking America, haces alusión a Ayn Rand. Su teoría sobre la desregulación financiera se ha reutilizado muchas veces tras la salida del libro. ¿Son sus ideas tan brillantes como su capacidad para la escritura?

Para nada. Intenté leer El manantial y no logré terminarlo. No entendí nada. Si te soy sincero, no es un libro muy divertido. Pero las personas que afirman sus ideas sostienen que pueden aplicarse a la perfección al mundo de hoy. Es muy raro. Extrañamente, Estados Unidos siempre se disculpa por los ricos y los poderosos.

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También hablas de Alan Greenspan en el capítulo titulado “The Biggest Asshole in the Universe”. Era el líder de la Fed cuando el gobierno empezó a desarrollar el sistema la desregulación. ¿Mantienes esa opinión?

Los hay peores… Osama Bin Laden, por ejemplo. Pero después de todo lo que ocurrió, terminó diciendo: “Puede que me haya equivocado”. Ahora ha pedido perdón públicamente. No le importa si tuvo razón o estaba equivocado. Pedir perdón en los medios le ha devuelto cierta credibilidad. Resulta fácil manipular la opinión pública cuando se está tan arriba. Dicen todo con total confianza, hacen todo el ruido posible a su alrededor. Las consecuencias siempre las temen demasiado tarde.

Rolling Stone aún es en la actualidad ante todo una revista sobre música. ¿Te ha costado mucho publicar tus artículos?

En absoluto. Trabajo sobre todo con el redactor jefe adjunto Eric Bates, el redactor jefe Will Dana y el jefe de la sección política Jann Wienner. La gente no se da cuenta de que la mayoría de mis artículos son fruto de un trabajo colectivo. De principio a fin, intercambiamos ideas, y a veces ni si quiera son las mías. El producto final lo decido yo, pero la opinión de los demás es muy importante.

En uno de tus artículos escribiste que Goldman Sachs era un “calamar vampiro gigante escondido tras un rostro humano”. ¿No estás ya harto de que cada vez que alguien escribe un artículo sobre ti, cite esa frase?

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Lo peor es que cada vez que escribo algo mis jefes me dicen: “Necesitamos que escribas algo sobre el calamar vampiro”. Me parto de la risa. Siempre intentamos encontrar frases atractivas. El objetivo es que llamen la atención del mayor número de personas.

Viviste en Rusia muchos años, cuando trabajabas para el bimensual The Exile. En uno de tus artículos dices que los Estados Unidos están reproduciendo el mismo sistema de clases que Rusia. Los ricos oligarcas dirigen el mundo y nadie reacciona.

Podríamos decir que vamos en esa dirección. Tampoco soy yo el primero en darse cuenta de ello.

Sencillamente es más evidente hoy en día.

Evidentemente. Simon Johnson trabajaba en el instituto MIT, y era director general del FMI. Intentó reactivar la economía de los países del tercer mundo. Durante muchos años, se centró en los problemas de corrupción que castigan a esos países. Después de él, el sector financiero americano va en la misma dirección que el de los países del tercer mundo, con el notable control de los medios de comunicación de masas y la regulación de las empresas. Todo el mundo sabe que los que dirigen estas agencias de regulación trabajan en el sector de las finanzas. El problema no es tan grave como en el tercer mundo, pero hay bastantes semejanzas.

Leyendo tus artículos da la impresión de desprecias a toda esa gente.

Efectivamente. Algunos periodistas piensan que hay que ser neutro y perfectamente objetivo. Comprendo ese punto de vista, pero no es lo que yo quiero hacer. Reafirmando mi punto de vista y mis valores, ayudo al lector a comprender mejor lo que ocurre a su alrededor. Cuando escribo que un tipo me cabrea de verdad, permite saber al lector lo que es importante y lo que no.

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¿Sigues al corriente de la política rusa? Están a punto de preparar elecciones.

Siguen siendo corruptos y sufriendo las consecuencias. Afecta a todo el país.

¿Qué quieres decir?

Creo que las personas se van a dar cuenta de que la democracia americana del siglo XX era efímera. Una clase media importante sostenida por el gobierno, la policía, jefes que proponen ventajas sociales… eso no va a durar mucho. Los ricos tomarán todas las decisiones y todo el mundo tendrá que acatarlas. Será cada vez más así. Cuanta más corrupción haya, peor irán las cosas, y, honestamente, Rusia es un país extremadamente corrupto.

Aún me cuesta creer que el multimillonario ruso Mikhail Prokhorov haya comprado los Nets de Nueva Jersey.

Ya lo sé. Cuando escuché aquello llamé a un viejo amigo que tengo en Rusia y me dijo: “¿Le dejan entrar en el país?”. Fíjate lo que pensaba de ese tío.

David Stern, consejero de la NBA, afirma que han hecho investigaciones sobre su pasado y que no encontraron nada sobre él. Me pregunto quién se ocupó de dichas investigaciones…

Sí, estafó a Norilsk Nickel, una empresa valorada en 15 millones de dólares. Esta sociedad rusa especializada en la explotación y la transformación del níquel provocó una de las peores catástrofes medioambientales del mundo. Se extiende sobre un radio de 80km; allí la nieve es amarillenta todo el año a causa de las emanaciones de azufre y la esperanza de vida no pasa de los 52 años.

¿Qué le aconsejarías a la gente que te dice que quieren convertirse en periodistas de investigación y hacer reportajes lagos como los tuyos?

Les aconsejaría que estudiasen medicina. La verdad, las escuelas de periodismo no sirven para nada. Te aprendes el temario en tres días. Es todo cuestión de madurez, de trabajo y de suerte.

ZACH PONTZ