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Politică

“Acabar la corrupción”: Jóvenes mexicanos cuentan qué esperan de AMLO

"Que acaben los feminicidios, que tengamos un bienestar económico y social que logre que cualquier persona se sienta orgullosa del país donde vivimos".
amlo
Foto por María Villasmil.

Artículo publicado por VICE México.

Apenas se oficializó que AMLO era el ganador de las últimas elecciones presidenciales en México y toda conversación se convirtió en una discusión sobre si era lo mejor para México o no. Las redes sociales también: absolutamente todo lo que sucedía en el país era pretexto para mostrar alguna preferencia ideológica.

Desde que me mudé a México me dijeron que estas últimas elecciones eran las más importantes de la historia reciente mexicana. Lo entendí. Los ojos del mundo estaban y están puestos en los próximos seis años. Todos estamos ansiosos y expectantes.

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Personalmente siento que el ambiente está así: si AMLO hace una consulta con la que muchas personas no están de acuerdo, automáticamente sus seguidores la van a aplaudir. Si toma una decisión que realmente es para el bien mayor, la oposición lo va a crucificar inmediatamente. Es como si cada vez fuese más difícil pararse en el punto medio para tomar decisiones informadas sin algún tipo de preferencia ideológica.

México es un país con bastantes problemas. El trabajo que le toca a AMLO no es fácil. Contacté a personas menores de 30 años y les pregunté qué esperaban de AMLO en funciones. Debido a la época, les pedí que hicieran una especie de carta de navidad.

No hay que cegarse por este ambiente festivo y de euforia

Mis expectativas con este sexenio más bien son con su equipo completo y la gente que lo rodea. Conmigo misma, incluso. Espero que no nos defraude, que le siga dando lugar a la gente más pobre de este país y que no se aleje de ellos. Espero que el poder no lo cambie ni lo corrompa. Que realmente cumpla su promesa de ser 100% honesto. Que calle muchas bocas, que le demuestre a la oposición que el cambio es bueno y vale la pena. Debería dejar a un lado la terquedad y escuchar a sus cercanos.

De mí y de nosotros espero que no se nos quite lo crítico. Que sepamos aceptar y reconocer cuando algo no pinta bien. No hay que cegarse por este ambiente festivo y de euforia. Espero que nuestras altas expectativas no nos hagan frustrarnos ni desesperamos. Que entendamos que esto solo es el inicio del cambio, y el camino será largo. Tengo miedo de que todo siga igual, que no logre cumplir con sus promesas y sigan las muertes: que no aparezcan los 43 de Ayotzinapa, que le gane la sed de poder o que siga reinando la corrupción.

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Deseo de todo corazón que la desigualdad en este país cambie, que los pobres tengan más oportunidades. Que la clase alta deje de ser la privilegiada y tener el control sobre todo lo que sucede en México. También quisiera que AMLO no cayera en provocaciones y deje de llamar "fifís" a los "fifís". Que cumpla sin lamer las botas de nadie. Que ponga a Trump en su lugar y que nos regrese la dignidad.

—Paloma, 26

Alejarse de modelos económicos fallidos

No voté por AMLO, pero a la vez estoy feliz porque ganó lo que la mayoría de México quiso. Creo que hay que dejar de ser tan alarmistas, dejarlo gobernar y esperar lo mejor. Si tiene un gran sexenio, pues eso solo significará bienestar para todos los mexicanos que viven fuera y dentro del país.

Quisiera que dejara de perder tanto tiempo y dinero en consultas que me parecen más bien tontas y populistas. Si le dimos el poder para que fuese presidente, ¿por qué tiene que seguir consultando y perdiendo tiempo? Eso desgasta y probablemente su gabinete se dio cuenta del malestar general que hubo en el país luego de lo del aeropuerto. No es que esté a favor o en contra, es algo que tiene que ver con las formas más que con el fondo. Eres el presidente, ten valor para tomar decisiones ya que para eso fue el triunfo histórico de hace meses.

Lo que más me preocupa es la economía. Cómo reaccionarán los mercados internacionales ante las decisiones de AMLO. Que el dólar no suba y nos afecte a todos los mexicanos: porque si el dólar sube afecta a todos los estratos sociales, la inflación no distingue billeteras ni colores políticos. Hay que alejarse de modelos económicos fallidos como el de Venezuela o el de la Argentina de Kirchner.

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—Miguel, 29

Desaparecer extremos ideológicos

En el ambiente político en que está viviendo el planeta no creo que sea una buena idea escudarse en los extremos de las ideologías: sean de derecha o de izquierda. Tenemos a Trump y Bolsonaro. La tendencia mundial es que la ultraderecha vuelva con fuerza. Siento que esto es consecuencia de vivir en los extremos de cada ideología. Lo más saludable que necesitamos es un gobierno que esté parado en el centro, que no se case con ningún extremo, que el color de su mandato sea la razón y el bienestar de todos los mexicanos. Que trate de acabar con la corrupción e impunidad que existe en el país —aunque todos sabemos la tarea maratónica que eso significa—.

Para muestra de esto, no hay mejor ejemplo que la "paz" que se pactó con EPN y su gabinete. Así de gigante será todo lo que se escondió en este sexenio que se pactó no tomar represalias. Ayotzinapa es un tema importantísimo y quiero ver qué va a pasar con eso. ¿Aparecerán los culpables? ¿Se desenmascarará la verdad? AMLO tiene quizás la tarea más complicada de las últimas décadas para un presidente mexicano, y espero realmente que la historia lo recuerde como alguien que ató a los dos extremos ideológicos del país. Que todos ganemos.

—Ana, 27

Quiero que seamos el ejemplo del mundo

Creo que la elección [México] de este año fue una de las más vistas en el mundo. Por la caída del PRI o PAN y que por primera vez ganó un presidente con las características de AMLO. México es un país ultra corrupto y complicado; así que el trabajo que le toca a AMLO no se lo envidio. "Los pobres primero" es algo histórico en México. Ningún gobierno ha tenido esto como bandera y me parece una gran decisión. La imagen de la familia de Guerrero entrando con un niño descalzo a Los Pinos me parece que se convertirá en una foto histórica y la enseñarán en la escuela por muchísimo tiempo.

Es el momento en el que todo cambió para siempre. Son actos de simbolismo muy poderosos que mandan un mensaje bastante claro a los antiguos gobernantes: aquí las cosas ya no son como antes. Espero que ataque la economía y seguridad ciudadana. Que acaben los feminicidios, que tengamos un bienestar económico y social que logre que cualquier persona se sienta orgullosa del país donde vivimos. Porque en eso todos estamos de acuerdo, en el momento en que un país está bien a las personas se les olvida un poco la ideología del presidente. Lo que a todos nos une como mexicanos es que no hay ninguno que quiera que le vaya mal al país. O al menos eso espero.

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—Mariana, 29

Dejar de dividir al país y gobernar para todos

Cada vez que escucho a AMLO llamar "fifís" a personas que no piensan como él me da dolor de estómago. ¿Qué le cuesta a un presidente gobernar para todos y dejarse de juegos tontos? Lo que un presidente hace tiene muchísimo impacto, y si queremos acabar con la intolerancia y que realmente sea un gobierno para todos y no para unos; estas cosas tienen que terminar de inmediato. Sí fue un triunfo histórico. Sí es una situación nunca antes vivida en México. Pero ya las elecciones terminaron. La campaña acabó. Ya tiene la banda presidencial, es oficialmente el presidente de todos los mexicanos, no de solamente los que votaron por él.

Toda esta división que existe desde que ganó debe desaparecer. Y eso es su trabajo. Desearía que no siguiera haciendo consultas; que tome responsabilidad por sus decisiones y se concentre en gobernar y hacerlo lo mejor posible. Acabar con la corrupción. No ceder en las relaciones con Donald Trump y Estados Unidos. Seguir potenciando nuestra economía y que por consecuencia los salarios dejen de ser tan bajos. Bajar la tasa de feminicidios, seguir manteniendo una agenda LGBT clara. Que sea un gobierno moderno y efectivo; dejemos de mirar al pasado o modelos de otros países que claramente no funcionan ni funcionarán. Que tenga muchísima suerte.

—Hugo, 28

Por el bien de todos, primero los pobres

Intensificar el mantra de “por el bien de todos, primero los pobres”. Me gustaría ver una reforma fiscal potente. No podemos tener seguridad social y servicios públicos de países nórdicos con nuestro nivel de recaudación (el peor de la OCDE, como porcentaje del PIB). En palabras de Gerardo Esquivel en un ensayo titulado “Desigualdad; vieja historia, nueva historia”: es urgente modificar la política tributaria para gravar las fuentes de ingreso. Incrementar la tasa marginal que pagan los más ricos. Mejorar la política de fiscalización de potenciales grandes contribuyentes.

En síntesis: que los que más tengan más aporten. Es una cuestión de sentido común. Debatir a profundidad la nueva estrategia de seguridad, escuchar con humildad las voces de los expertos y distintos colectivos que se han posicionado en contra de la militarización, y tener la disposición de
modificar la iniciativa constitucional relativa a la Guardia Nacional en caso de que suponga un riesgo para las libertades democráticas y la vida misma. No podemos consentir que este país siga llenándose de tumbas. Que se someta a un referéndum con todas sus garantías (libre, imparcial,
informado, organizado por el INE) cualquier reforma constitucional de gran calado, como la de la Guardia Nacional. No estaría de acuerdo con consultas informales para temas tan sensibles. Que se legalice la marihuana para fines recreativos, la amapola con motivos clínicos y que se opte por una política de reducción de daños para las drogas duras. El cannabis es una droga maravillosa en términos lúcidos (¿a quién le cae mal un pacheco?), no se ha podido comprobar que
sea adictiva y es mucho menos dañina que el tabaco: su legalización va a permitir la construcción de un mercado legal en donde el consumidor tenga mayor información sobre la droga (variedad, calidad y nivel de THC) y el Estado tenga control sobre su distribución para arrebatarle ese
negocio al narcotráfico, recaudar impuestos y evitar que llegue a los menores. Sobre la amapola: es absurdo que nuestros hospitales tengan desabasto de morfina para paliar el dolor de pacientes con cáncer en etapa terminal, por ejemplo. Y sobre las drogas duras: las personas las seguirán consumiendo. El Estado decide si encarcela a todas esas personas o les brinda rehabilitación dependiendo su nivel de adicción (y el grado de daño de la droga) como un problema de salud pública.

Reconocimiento constitucional de los derechos de la Pacha Mama (de la naturaleza a ser protegida por el Estado como un hogar compartido) y del Buen Vivir como un anhelo de vida digna en común, siguiendo los ejemplos de las constituciones de Ecuador y de Bolivia. En México, estas prácticas han sigo llevadas a la realidad en lugares como Cuetzalan, Puebla, en donde la organización comunitaria permite la existencia de una economía compartida que preserva la vida de la naturaleza, fortalece los lazos de cooperación (frente a la lógica de la competencia del capitalismo) y la convivencia con las otras especies con las que cohabitamos (por ejemplo, la obtención de miel de las llamadas abejas meliponas sin que estas sean explotadas). Autonomías indígenas para los pueblos originarios que quieran autogobernarse, como sucede en Cherán (Michoacán) y en los caracoles zapatistas. Que ellos decidan sobre su forma de organización social, económica y política, y, lo más importante: sobre la administración de su territorio. Nunca más defensores medioambientales indígenas asesinados por sicarios pagados por las mineras. Si el Estado reconoce la legitimidad de sus formas de gobierno (la Asamblea como máximo órgano de gobierno; policías comunitarias para resguardar la seguridad de sus pueblos) avanzaremos en detener el despojo y el capitalismo de muerte en el que actualmente viven. Aborto legal, gratuito y seguro en todos los hospitales públicos del país. Matrimonio igualitario y adopción homoparental en todos los estados de la República. Reconocimiento del género fluido como una forma de identidad. Garantizar la salud, la educación y las pensiones de forma universal. También seguros de desempleo y por invalidez. Todo el presupuesto posible a la ciencia y a la cultura. Nada de coqueteos con la iglesia ni con el Frente Nacional por la Familia. Cárcel a pederastas. Y el catecismo fuera de la educación pública.

—David Ricardo, 20

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