En la región montañosa de Ardèche, en el sur de Francia, hay pequeñas comunidades que siguen viviendo como lo hacían sus antecesores: al margen del progreso tecnológico y felizmente ajenas a la pesadilla interminable de nuestro ciclo político. Algunos los consideran ermitaños que viven en aislamiento como si pertenecieran a una era olvidada hace mucho, mientras que otros encuentran inspiradora la sencillez y austeridad de su forma de vida.
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En su última serie fotográfica, Raphaël Pellet pasó una temporada con dos familias que llevaban este estilo de vida austera en los Alpes para conocer su día a día y sus hogares: edificios de piedra calentados con estufas de leña, cocinas de gas y sin calefacción central. Allí, Pellet conoció a Raymond y su hermana, Michèle; a Philippe, que vive en una cabaña a la que suministra energía con un generador, y a sus hermanas Régine y Ginette.De vez en cuando, la familia se acerca a una de las dos ciudades más cercanas, ambas a 45 minutos de su casa, para comprar alimentos y otros víveres. “Raymond aprovecha estos viajes para echar alguna que otra apuesta a la lotería y tomarse una copa de vino”, señala Pellet. Luego, vuelve a las montañas para cuidar de sus perros, trabajar su pequeña parcela de tierra y mirar los días pasar.A continuación podrás ver más fotos de la serie.
Este artículo se publicó originalmente en VICE Francia.Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado.