FYI.

This story is over 5 years old.

Europa

Hablamos con un antifascista alemán en el bastión del neonazismo

En junio tuvo lugar en la ciudad alemana de Neuruppin la gran manifestación neonazi para celebrar el Día del Futuro Alemán. Los antifascistas bloquearon las calles para que no avanzaran. Hablamos con uno de ellos para saber cómo se organizan desde...
Imagen por Fabrizio Bensch/Reuters

Hace pocas semanas tuvo lugar en la ciudad alemana de Neuruppin, en el norte del país, una gran manifestación neonazi. La marcha, organizada por los elementos más violentos y avanguardistas del movimiento ultraderechista alemán, es una cita anual para celebrar el Día del Futuro Alemán. Aquella mañana unos 600 neonazis de todo el país llegaron a la estación de tren de Neuruppin-West dispuestos a mostrar músculo desfilando por el centro de la ciudad.

Publicidad

A pesar del gran despliegue policial, de unos 1.500 efectivos, que custodiaron la manifestación en todo momento, la marcha consiguió recorrer casi un kilómetro hasta que los organizadores decidieron capitular: unos 1.400 antifascistas bloquearon hábilmente las calles de la ciudad evitando que los neonazis pudieran avanzar. Así se organiza el antifascismo alemán y trata de combatir, día a día, el movimiento neonazi.

* * *

El tiempo nos acompaña después de unos días lluviosos en Berlín. Llegamos puntuales en el lugar acordado para el encuentro después de varios días de negociaciones. No ha sido nada fácil convencer a un antifa para entrevistarlo.

La cita es en la estación de metro de Silvio Meier Strasse, nada casual: Silvio Meier fue un joven antifascista berlinés asesinado a machetazos por un grupo de neonazis en el año 1992. Un lugar simbólico escogido por Chris, así le llamaremos, a quien hoy entrevistamos. Chris es un chico joven, atlético que viste ropa casual, peinado normal y que para nada coincide con el estereotipo del chaval con capucha y mirada desafiante.

Calle dedicada a Silvio Meier, un joven berlinés asesinado por un grupo de neonazis. Imagen por Jordi Borrás/VICE News

El paseo hasta su casa dura unos minutos. Hacemos algunos rodeos y entramos en un bloque de viviendas, pero Chris nos advierte que esa no es la entrada de su casa. A través de patios interiores conseguimos dar con una puerta que da acceso a la escalera donde vive. Seguridad ante todo. Siempre hay que mirar por el retrovisor y los antifascistas lo saben muy bien: ellos vigilan, pero a veces también hay quien vigila al vigilante, y les va la vida en ello.

Publicidad

Llegamos a su apartamento: cocina, una cama y un baño en poco más de veinte metros cuadrados. Lo primero que me llama la atención es el montón de libros sobre el Estado Islámico (EI) encima de su cama. Nada raro: Chris habla perfectamente el árabe y dedica parte de su tiempo libre a formarse sobre EI como lo que es, integrismo religioso, que no deja de ser una de las muchas caras de la ultraderecha.

Saco la cámara, hago algunas pruebas de luz. Pactamos que no habrá caras y para su tranquilidad revisará las fotos antes de publicarlas. Enchufo la grabadora y empezamos.

* * *

VICE News: ¿Con qué nombre nos dirigimos a ti?
Chris. Solo Chris. Hay bastantes en el mundo.

Chris, ¿cuando empieza a andar el movimiento antifascista en un país donde los nazis llegaron al poder? ¿Cómo funciona?
Comenzó con Acción Antifascista, fundada en los años 20, con el logo que aún hoy usamos. El de las banderas cercadas. Un logo supermoderno para la época. Pero obviamente Acción Antifascista no fue demasiado exitosa, sino no hubiéramos tenido el nacionalsocialismo. El movimiento fue refundado de nuevo, bien, de hecho fue revitalizado durante los años 70 y 80 en la Alemania Occidental, con el empuje de los movimientos sociales, los punks y okupando espacios. The moderno antifa. La Alemania Oriental por su parte, se había considerado a sí misma un Estado antifascista, por tanto, bajo esta lógica, no había ninguna necesidad de un movimiento antifascista en la calle, lo que es absurdo, ya que también había nazis en la República Democrática Alemana (RDA).

Publicidad

Chris, durante la entrevista. Imagen por Jordi Borràs/VICE News

Pero curiosamente encontramos actualmente más nazis en el antiguo este que en el oeste. ¿Por qué?
Wow. Esta es una pregunta sociológica. Yo diría que se debe a dos factores. 1) La Alemania Oriental era una dictadura. Primero hubo una dictadura [la de Adolf Hitler], luego siguió la guerra y posteriormente otra dictadura, que evidentemente no era el mismo, pero la estructura de poder era bastante similar. Y 2) Los aparatos represores de la RDA necesitaban cuadros nazis por su sistema de seguridad, a pesar de haber estado implicados en crímenes. En Berlín por ejemplo, era popularmente conocido que el jefe de los servicios de seguridad [la Stasi], era un gran aficionado al fútbol. A su vez controlaba los clubes de fútbol. En ningún momento fue un problema para él que en un estadio, aficionados y ultras llamaran, en los años 80, Sieg Heil con su presencia. Estos factores explican las continuidades del nazismo en el este alemán.

¿Cómo se organiza el antifascismo en una ciudad como Berlín? ¿Vosotros siempre actuáis a la contra o también hacéis cosas propositivas?
En una ciudad como Berlín la organización depende totalmente del barrio donde uno viva. En el centro de Berlín no hay problemas con nazis. Evidentemente que viven elementos fascistas, pero no tienen ningún poder hegemónico en las calles. Los conocemos, sabemos qué cara tienen y donde viven. No hay necesidad de una actividad radical antifascista en los barrios céntricos de Berlín. En la periferia y en los barrios más apartados, donde yo crecí, uno se puede encontrar con nazis marchando por la calle, sentados en la esquina intimidando a gente e incluso agrediendo a alguien. Allí, lógicamente, es necesario el antifascismo activo.

Publicidad

¿Cómo os organizáis?
El espectro es muy amplio. Va desde células de hasta 6 personas llevando a cabo acción directa y autónoma, que obviamente no dicen a nadie, a formaciones políticas.

¿Tiene portavoces? ¿Hay alguna figura que aglutine todo el movimiento?
Claro. El movimiento antifascista tiene portavoces, pero no todos los portavoces hablan en nombre del antifascismo. Necesitamos caras y nombres, sobre todo los grupos más numerosos. Pero cada grupo tiene maneras diferentes de comunicar y actuar.

¿Qué medidas de seguridad tomas? ¿Miras atrás cuando entras en casa o cuando caminas por la calle?
Yo lo hago. Miro atrás. Pero donde uno tiene que tomar más precauciones a nivel de organización es en el envío de información. Por encima de todo. Los emails deben estar encriptados si se envía información sensible. Con los teléfonos móviles [smartphones] también hay que ir con mucho cuidado. Es importante la encriptación y el PGP. Apartar los móviles si nos reunimos. Estas son las medidas básicas para cualquier persona que tampoco sea sobreprotectora ni experta en tecnología.

¿La encriptación se debe de alguna manera al miedo que puedes tener a que el Estado, a través de neonazis, te pueda controlar?
El Estado, como sabemos, nos observar y nos geolocaliza. Los nazis también lo hacen y el Estado también lo hace a través de los nazis. Si pierdes el teléfono o si un grupo de nazis te hace una emboscada y te toman el móvil, con todos los contactos, fotografías, informaciones, accesos, puede ser muy problemático. Tenemos constancia de neonazis trabajando de funcionarios, por ejemplo, en la Oficina de Servicios Ciudadanos del barrio de Friedrichshain, y con esta información, la de un móvil, pueden pasar direcciones y otros datos de activistas antifascistas a otros nazis. Como ya ha pasado.

Publicidad

Pero vosotros podéis hacer lo mismo…
Sí, por supuesto. Y lo hacemos! Y en muchos casos los nazis no tienen los móviles encriptados. Nos hemos encontrado fotos de fiestas con la presencia de los peces gordos, simbología. Pasa muy a menudo. En Magdeburg hace tiempo un grupo de neonazis secuestró durante unas horas a un antifa local, se lo llevaron al bosque, le robaron el móvil, lo torturaron y lo dejaron atado a un árbol. La información que obtuvieron de él obligó a cambiar muchas cosas del movimiento antifa local.

Tengo entendido que dais mucha importancia a la información. Está el caso de Apabiz, un centro que se dedica a archivar y clasificar información en paralelo a los sistemas de seguridad del Estado, de manera alegal, de todos los grupos nazis que pueden encontrar. ¿Cómo funciona? ¿Cómo lo hacen?
Sin información de estas características el movimiento antifa no podría funcionar ni operar. Nosotros usamos esta infraestructura pero también somos parte de esta infraestructura. Si veo a un neonazi que conozco trabajando en un supermercado, le hago una foto, se le digo a un amigo, encripto un email y se lo proporcionamos a Apabiz. Lógicamente lo que hace Apabiz es una enorme librería y archivo con todos los nombres de los neonazis en bases de datos. Lo nuestro es una parte muy pequeña: Conocer los neonazis de tu vecindario, protegerte de ellos y también procurar hacer todo lo posible para que no puedan hacer vida normal.

Publicidad

Publicaciones especializadas sobre el movimiento neonazi editadas por los antifascistas. Imagen por Jordi Borràs/VICE News

¿Y qué hace el Estado respecto a Apabiz?
Lo odian. Odian su labor antifascista. Pero lo utilizan. Algunas de las fotos publicadas por Apabiz han sido empleadas en carteles policiales o en la televisión pública. La policía muchas veces no tiene constancia de algunos neonazis hasta que Apabiz informa. La policía tiene información de las principales figuras pero a veces no tiene la información de personas que trabajan de manera más clandestina o desconocida. El Estado usa la información pero nos odian, porque Apabiz hace lo que los aparatos del Estado deberían hacer. El Estado dice: "Oh, no tenemos constancia de la NSU [un pelotón terrorista neonazi autor de 10 asesinatos entre 2000 y 2007]". Apabiz tenía informaciones de la NSU desde hacía 10 años.

¿Quién tiene más información sobre el movimiento neonazi, la policía o el movimiento antifascista?
Como no trabajo para la policía no sé qué tienen. Pero depende. La policía política de Berlín, por ejemplo, está muy al día del movimiento neonazi local, pero como también utilizan informantes que son neonazis hay que ir con mucho cuidado con esta información. La policía paga a neonazis para que les informe. Y los neonazis quieren seguir cobrando por informar. No todo es fiable. En todo el tema de networks y el quién es quién, de dónde vienen y qué hacen los neonazis, los grupos de investigación antifa saben mucho y mucho sobre los neonazis.

Publicidad

Imagen por Jordi Borràs/VICE News

¿Hay alguna cifra de cuántos neonazis hay en Alemania?
Depende a quién se le pregunte. Hay entre 8.000 y 12.000 militantes neonazis con potencial violento. Una cifra muy alta. Para estar en esta categoría tienes que haber sido sentenciado por un tribunal por algún crimen político o de odio. Pero de neonazis hay muchos más.

¿Cuáles son los límites éticos que te marcas en relación a la violencia y la acción directa?
Dónde marcar la línea roja. Es una de esas grandes, grandes, grandes discusiones. Y es bueno tener la discusión. Puedes estar de acuerdo o no, pero tenemos que debatirlo. Pienso que el consenso se encuentra en que la violencia contra cosas es totalmente aceptable. Es decir, sabotear un transformador eléctrico para impedir la llegada de nazis que viajan en tren a una concentración, es aceptable. Atacar a personas para impedir que realicen un mitin político, ya es un tema con menos consenso. Matar o atacar a personas al azar ya es un tema fuera de los límites. Una de las discusiones recientes en esta línea es la que se produjo tras el ataque a Jan Sturm, un ex concejal municipal neonazi alemán, implicado en agresiones a antifas, que fue agredido mientras iba en bici. Es un debate vivo.

¿Crees que esto será at eternum?¿El movimiento neonazi crece o mengua a raíz de la labor antifascista? ¿Tiene resultados? ¿Cuáles son los retos?
Haber llegado al centro de la sociedad es el gran éxito del movimiento antifa. Hoy en día en una manifestación antifa puedes encontrar gente de todas las edades, representantes sindicales, de la Iglesia. Una representación de la sociedad. Lo que supone un gran éxito siempre. Pienso que los grupos neonazis continuarán existiendo a pesar de la movilización antifa. Pero lo que está claro es que los grupos nazis ya no pueden actuar libremente en el espacio público.

Publicidad

Es evidente que sin el trabajo antifascista el movimiento neonazi tendría más libertad de movimiento. ¿Esto es una gran victoria para vosotros, no?
Sí, pero aparecen nuevos actores, como Pegida [Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente] que generan nuevos retos al movimiento antifa y ponen la islamofobia en el centro del debate político.

Imagen por Jordi Borràs/VICE News

¿Cómo actúa el movimiento antifa ante una manifestación como la de Neuruppin, donde estaba presente la vanguardia neonazi?
La actuación depende mucho del lugar. Si la población tiene una sociedad civil fuerte organizan contramanifestaciones y bloqueos de manera unitaria. Seguramente, también con la presencia de antifas venidos de áreas urbanas. Los representantes de la sociedad civil y de los partidos políticos organizan una concentración festiva y tolerante y, mientras toman café, gritan ¡No pasarán!. Un hecho genial porque movilizan a mucha gente. Pero el antifascismo de base y grupos como Avanti e IL, acompañados por el black blok, organizan los bloqueos de rutas por donde debe pasar la manifestación neonazi, precipitando que la policía tenga que estar en varios lugares al mismo tiempo y no sólo en un solo lugar. Esta estrategia funcionó en Neuruppin o Dresde, donde se manifestaron 22.000 nazis hasta que les bloquearon. Hace 4 años en Frankfurt del Oder, esta estrategia fue una mala idea. En Frankfurt del Oder las estructuras antifascistas son muy pequeñas y la mayoría de personas contramanifestantes a la convocatoria neonazi acudieron desde Berlín sin conocer demasiado la ciudad. Emplearon la táctica de estar en todas partes de la ciudad y bloquear todos los accesos, pero la policía los contuvo en diferentes puntos. 20 aquí, 20 allí, 30 en esa calle, 15 en aquella otra, y no había una masa de gente que cortara la ruta principal y los neonazis desfilaron sin problemas. A veces, la dispersión funciona, pero otras no.

Imagen por Jordi Borràs/VICE News

El periodista Roger Suso ha participado en la elaboración de esta entrevista.

Sigue a Jordi Borràs en Twitter: @JordiBorras

Imágenes por Jordi Borràs.