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VICE World News

Estado Islámico ha cerrado 57 escuelas afganas

Combatientes yihadistas afganos leales a Estado Islámico (EI) han cerrado decenas de escuelas al este de la provincia de Nangarhar. Según un funcionario local, más de 30.000 niños podrían quedarse sin educación.
Un militante de Estado Islámico jugando con los hijos de otros militantes en Afganistan en julio. (Imagen por Ghulamullah Habibi)

El grupo terrorista ha obligado a 57 escuelas de los distritos de Achin, Kit y Dih Bala a cerrar sus puertas durante las últimas semanas. Así lo declaró el portavoz del departamento de educación de Nangarhar, Mohamed Asif a VICE News. Asif confirmó que el último caso ha sido denunciado hace solo unos días.

"EI ha cerrado todas las escuelas", declaró Asif. "Estamos trabajando de cerca con las fuerzas de seguridad afganas para reabrir esas escuelas. Nos hemos comprometido a hacerlo y estamos trabajando duro para que así sea".

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Nangarhar es un pueblo cercano a la frontera con Pakistán. En enero EI proclamó que Afganistán y Pakistán pertenecen ambos a la "provincia del Khorasan". Desde entonces las actividades de la organización yihadista en la zona se han multiplicado.

Desde entonces un gran número de milicianos de la zona han jurado su lealtad al líder de Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi. Su juramento ha ido acompañado de la consecuente radical interpretación de la ley islámica que al-Baghdadi ha promulgado en todos los territorios que están bajo su control. No está claro si los miembros de la cúpula de EI tienen vínculos en Siria e Irak. Sin embargo, las autoridades locales declararon a Associated Press que combatientes yihadistas armados que blandían la bandera de Estado Islámico habrían matado a decenas de civiles, pegado y secuestrado a profesores y denegado a las niños su derecho a la educación.

¿Qué pasaría si Estado Islámico ganara? Leer más aquí. 

Gran parte de esta expansión ha sido conseguida a través del reclutamiento de miembros de grupos de extremistas islámicos que ya existían con anterioridad. Entre los nuevos reclutamientos se contarían varios comandantes talibanes. Estos llevan 14 años de insurgencia armada contra el gobierno de Kabul, formado con el beneplácito y el apoyo del gobierno estadounidense.

Los enfrentamientos entre los yihadistas de ambos bandos se desataron enseguida. En julio, el jefe de la policía en Nangarhar declaró que las luchas internas entre ambos habían dejado un saldo de 200 muertos.

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En agosto, Estado Islámico publicó un siniestro vídeo en que se veía como 10 hombres a los que se acusaba de ser simpatizantes talibanes era obligados a arrodillarse sobre una cama enterrada de explosivos. Acto seguido los artefactos explosionaban. Las imágenes no han podido ser contrastadas con otras fuentes. Sin embargo, los combatientes yihadistas aseguran que fueron registradas en Nangarhar en junio.

Los talibanes respondieron con un comunicado en el que condenaban el atentado. "Está ofensa y otras acciones brutales y despiadadas cometidas por un puñado de ignorantes irresponsables de aspecto islámico, es intolerable", tradujo Reuters.

La pérdida de territorios y de tropas ante los radicales recién llegados se ha convertido en una enorme preocupación entre los talibanes. Su líder, el Mulá Akhtar Mohammed Mansur, escribió una carta abierta a al-Baghdadi en junio en la que expresaba que su facción "no quiere ver como nadie interfiere en sus asuntos". Mansur subrayó que solo hay lugar para "una bandera, un liderazgo y un comando", en la lucha por imponer la ley islámica en Afganistán.

Los talibanes también se han visto debilitados por la disputa sobre su liderazgo. La contienda se desató en junio, después de que las autoridades afganas confirmaran el fallecimiento del Mulá Mohammed Omar. Omar estaba en prisión y era el máximo dirigente del movimiento. Las informaciones revelaron que había muerto hace ya dos años en Karachi, Pakistán. Mansoor fue proclamado nuevo Mulá a la muerte de Omar. Sin embargo, algunos comandantes se quejaron de que Mansoor no contaba con su apoyo. Acto seguido escribieron un comunicado en el que denunciaban que su nombramiento había sido proclamado sin la intervención no del Consejo Superior de la organización, ni con la de sus líderes religiosos.

Sigue a John Beck en Twitter: @JM_Beck