FYI.

This story is over 5 years old.

VICE World News

Los kurdos de Siria han triplicado su territorio en el último año de guerra contra Estado Islámico

Siria es un país devastado y arrasado por el caos. Sin embargo, los kurdos de Rojava han conseguido contener los embates de Estado Islámico y hacerse fuertes en una zona de autonomía sin precedentes en sus propias tierras.
Foto di Sedat Suna/EPA
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

Los kurdos de Siria siguen resistiendo los embates de Estado Islámico (EI) y están forjando una autonomía sin precedentes en sus propias tierras. La heroica resistencia de los kurdos resulta especialmente asombrosa, a tenor del caos que reina en Siria.

A lo largo del último año, las Unidades de Protección Popular (YPG) han infligido ya varias derrotas a los temidos yihadistas de Estado Islámico (EI) y han logrado casi triplicar sus dominios en el norte de Siria. Paralelamente, se estima que su acérrima defensa y sus efectivos contraataques habrían conseguido reducir ya el tamaño del autoproclamado Califato de los terroristas en un 14 por ciento.

Publicidad

Así lo ha cifrado al menos IHS Jane, una empresa de inteligencia privada especializada en desentrañar cuestiones de seguridad internacional, que ya lleva un tiempo consagrada a rastrear el suelo sirio.

Los repetidos enfrentamientos contra los yihadistas han permitido, paradójicamente, que los kurdos hayan redoblado el control sobre su estado — al que se conoce como Rojava — y que discurre junto a la frontera entre Turquía y Siria. Se trata de un territorio administrado por el Partido de Unión Democrática (PYD), el brazo político de las Unidades de Protección Popular (YPG), cuyo gobierno ha alcanzado un pseudo acuerdo de no agresión con el régimen de Assad — muchas veces violado —, lo que provoca que los kurdos gocen de libertad para gobernar su territorio, y puedan centrar sus esfuerzos a repeler el avance hacia sus fronteras de los combatientes yihadistas de Estado Islámico.

"Los kurdos se han encontrado de pronto con que alguien les ha arrojado encima su propia autonomía", explica Michael Gunter, profesor de Ciencias Políticas en la universidad de Tennesse Tech. Gunter es, además, autor del libro Out of nowhere: the Kurds of Syria in Peace and War, un ensayo que desentraña el poliédrico juego de intereses políticos concentrados en Siria a día de hoy. "A estas alturas, ya no hay vuelta atrás: los kurdos no consentirán en el futuro volver a ser el país servil que fueron; aquel que no ejerció el control sobre su territorio".

Publicidad

El presidente de Siria, Bashar al-Assad, lleva denegando el derecho a la autodeterminación de los kurdos sirios desde hace mucho tiempo. En realidad, el padre de Bashar, Hafez al-Assad, antiguo presidente del país, no sólo se había opuesto a las celebraciones de la identidad kurda, sino que llegó a prohibir su idioma en las escuelas. Sin embargo, el estallido de la guerra civil ha cambiado el panorama por completo. Assad se ha visto obligado a concentrar su energía bélica en otros frentes. En julio de 2012 el ejército sirio fue destacado lejos de los territorios kurdos, una oportunidad que estos no dejaron escapar para movilizar a sus milicias y asumir el control de sus tierras con el consentimiento tácito del régimen de Assad. El dictador sirio sigue desde entonces empleándose a fondo para contener las embestidas que están padeciendo las grandes capitales de su país, de manera que, desde hace ya meses, los kurdos han dejado de ser una de sus preocupaciones.

De hecho, actualmente Assad y los kurdos administran conjuntamente la ciudad de Qamishii, y comparten además la región petrolífera de Hasakah. El pacto de no agresión ha sido propiciado gracias a su flamante enemigo común: Estado Islámico (EI). Desde que la organización yihadista invadiera y conquistara Raqqa en 2013 — la ciudad que ahora consideran como la capital de su Califato — los kurdos comparten una larguísima frontera con la organización terrorista, cuyos dominios se extienden a través de la mayor parte del norte de Siria. Sin embargo, a lo largo del último año, los kurdos han librado — y vencido — dos batallas clave contra EI, que no solo les han permitido apuntalar su territorio, sino que también han servido para barrar gran parte del acceso de Estado Islámico a la frontera turca.

Publicidad

Los kurdos que luchan contra Estado Islámico, en cólera por la muerte de una miliciana. Leer más aquí.

A principios de otoño de 2014 Estado Islámico se lanzó a la conquista de Kobane, una ciudad kurda enclavada en el extremo occidental de Rojava. Los combatientes kurdos, respaldados por los bombarderos estadounidenses, consiguieron zafarse de la embestida y hacer recular a las tropas yihadistas. A finales de enero de este año, los kurdos liberaron la zona de amenaza terrorista alguna. En los meses siguientes, mientras Estado Islámico concentraba sus energías en sitiar ciudades más grandes de Irak y de Siria, los kurdos consiguieron hacerse con el control de pequeñas aldeas del interior, en las afueras de la ciudad, lo que ha supuesto un contundente revés contra EI.

El informe de IHS Jane detalla que si Estado Islámico ha perdido tal cantidad de terreno ante los kurdos es porque no dispone de la infraestructura militar necesaria para tener tantos frentes abiertos.

"El análisis geoespacial de nuestra información nos demuestra que, más allá de las áreas que controla, la actividad de Estado Islámico está fuertemente concentrada en Bagdad y en Damasco, y que apenas se preocupa del territorio kurdo", explica Columb Strack, experto analista en Oriente Medio para el IHS, y analista principal en supervisión de conflictos para la misma organización. "Eso delata que EI estaba agobiado".

Mientras Estado Islámico libra una batalla poliédrica contra una mareante cantidad de adversarios — Al-Qaeda, el Ejército Libre Sirio, el régimen de Assad y su aliados, entre muchos otros — los kurdos se están aprovechando de la coyuntura para cobrar ventaja.

Publicidad

En primavera de este año, las YPG desplegaron una ofensiva para arrebatar el paso fronterizo de Tal Abyad de las manos de EI. Tal Abyad es una ciudad estratégica que descansa entre Kobane (por el oeste), y la mayoría del territorio kurdo (por el este). La lucha entre Estado Islámico y los kurdos — que contaron con el apoyo aéreo de Estados Unidos — provocó el desplazamiento de más de 16.000 personas.

El pasado mes de octubre, Tal Abyad fue declarada oficialmente como zona liberada y anexionada a Rojava. Según cuenta Strack la victoria kurda fue posible gracias al hecho de que EI se había visto obligado a destacar a sus tropas hasta frentes mucho más remotos, tanto en el oeste de Siria como en Irak. "Las fuerzas que se quedaron en Tal Abyad estaban tan mermadas, que tuvieron que ser reforzadas… por unidades de policía religiosa procedentes de Raqqa", relata Strack.

En imágenes: el bazar de armas donde los kurdos se abastecen contra Estado Islámico. Leer más aquí.

Para los kurdos de Siria, la batalla contra Estado Islámico ha sido de naturaleza prácticamente existencial. "Están peleando y están encontrando el sentido de sus vidas", explica Gunter.

Pero además, la guerra también ha servido como una oportunidad para forjar una nueva política cultural en las florecientes tierras que tienen bajo su control. Rojava está gobernado por sendos co-presidentes: Asya Abdullah y por Salih Muslim Muhammad, quienes apoyan una visión del mundo secular, de izquierdas y radicalmente feminista, inspirada por el pensamiento y los escritos de un célebre pensador nacionalista kurdo, Abdullah Öcalan, que sigue encarcelado en una prisión turca.

Publicidad

"Se ven a sí mismos como un proyecto post estatal y utópico", explica Guner.

Sin embargo, construir una nueva sociedad encajada entre Estado Islámico, Assad y Turquía está lejos de ser utópica. Estado Islámico sigue lanzando ataques suicidas contra el territorio kurdo, y Turquía ya bombardeado varias veces las posiciones de las YPG al otro lado de la frontera siria, como castigo a los vínculos entre Rojava y la proscrita formación política y beligerante que es el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

A falta de que la guerra civil siria se aproxime a su final, los kurdos permanecen agachados. "Viven entre una serie de estados quebrados", explica Gunter. "Y no hay forma de saber qué pasará en el futuro".

Mira el documental de VICE News El ala joven del PKK: luchando por los pueblos kurdos: