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VICE World News

'Esto se tiene que acabar': el nuevo Presidente de Indonesia urge a frenar la deforestación

Joko Widodo se ha comprometido a detener la tala ilegal de plantaciones de aceite de palma que está devastando las remotas selvas de Sumatra después de responder a una petición para acudir a ver el daño por sí mismo.
Imagen vía Greenpeace

El peor de los ataques a las selvas tropicales en todo el mundo está teniendo lugar desde hace varios años en los bosques de Sumatra. Esta realidad se tradujo finalmente el pasado miércoles en una visita del nuevo presidente populista de Indonesia, Joko Widodo.

El nuevo presidente de Indonesia, conocido coloquialmente como Jokowi, lleva dos meses en el cargo. Jokowi viajó el jueves a la lejana Sumatra en helicóptero, para comprobar personalmente la devastación provocada por la tala ilegal de árboles, un hecho frente al que las autoridades han hecho la vista gorda durante 17 años, cuando recibieron por primera vez la petición por parte de la comunidad local.

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"Esto debe acabar, no debemos permitir que nuestra selva tropical desaparezca a causa de las plantaciones de monocultivos como el aceite de palma", dijo a la congregación de medios locales.

Abdul Manan, un campesino de la aldea de Sungai Tohor en la costa este de Sumatra, donde la deforestación está viviendo su peor momento, había empezado por aquel entonces una petición en Change.org para conseguir traer a Widodo en persona, y así viera las dimensiones del problema por sí mismo. 28.000 firmas más tarde, el presidente indonesio se encontraba visitando la ciudad de Manan, tras sobrevolar los bosques tropicales carbonizados para poder llegar allí.

En un gesto que las comunidades y los activistas locales sólo podrían haber hecho realidad en sueños años atrás, Widodo decidió participar en el embalse de un canal, utilizado por los madereros ilegales para drenar el agua y preparar el bosque tropical y las turberas para la quema del terreno.

Sumatra supera actualmente a la Amazonia, experimentando la tasa de deforestación más rápida del mundo, de la cual el 80 por ciento es completamente ilegal. El gobierno de Indonesia parece haber dejado de ejercer cualquier control sobre este asunto hace ya mucho tiempo. Como sucede en tantos otras países en vías de desarrollo, en Indonesia se ha priorizado el rápido crecimiento económico por delante del medio ambiente y la calidad de vida de las pequeñas comunidades en zonas con riqueza de recursos.

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El director de la delegación de Greenpeace en Indonesia, Longgena Ginting, dijo a VICE News que la ONG había estado construyendo una gran presa como acción de campaña en los últimos años. "Entonces, las autoridades, la policía, nos prohibieron continuar con la campaña porque estaban a favor de la tala. Eso os puede dar alguna idea de lo lejos que hemos llegado".

Ginting fue uno de los varios activistas invitados a viajar en el helicóptero del presidente y a acompañarlo mientras inspeccionaba los daños que habían sufrido los bosques.

"Iba diciendo, mientras miraba los bosques, esto es lo que sucede cuando el Estado está ausente, cuando se rinde a los negocios", dijo Ginting. "Él mismo es ingeniero forestal, por lo que puede entender cómo se gestionan los bosques".

Uno se pregunta qué debió pasar por la mente del presidente, licenciado por la Escuela Forestal Gadjah Mada, al observar las incontables las hectáreas de tierra quemada cerca de Sungai Tohor. Después de que los madereros ilegales drenen las turberas y los bosques tropicales de agua, los queman. Según Greenpeace, durante la estación seca de este año hubo un total de 1.000 incendios en un área de 12.000 hectáreas. Todos estos incendios se provocan con el fin de abrir espacio a las plantaciones de aceite de palma. Indonesia es el mayor productor de aceite de palma del mundo.

La nube de humo procedente de los incendios forestales, para el uso agrícola de los terrenos, es tan densa, que muchos ciudadanos de Sumatra tienen que convivir constantemente con ello durante seis meses del año. Este año ha sido tan grave que ha habido una visibilidad de sólo 50 metros, y hasta 58.000 habitantes han tenido que ser tratados por enfermedades respiratorias y afecciones oculares o cutáneas.

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La magnitud de los incendios es tal que el humo incluso llegar a cruzar habitualmente el estrecho de Malaca a Singapur y Malasia. Según informó el gobierno de Singapur, el humo de Sumatra era tan denso en Singapur a principios de noviembre, que la calidad del aire era demasiado baja como para poder realizar cualquier actividad física al aire libre.

Durante la visita del presidente, éste se reunió con la ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales Siti Nurbaya, el gobernador interino de Riau Arsyadjuliandi Rachman, y el jefe de la policía de Riau, Brigaider General Dolly Bambang Hermawan, e invitó también a activistas comunitarios y ecologistas locales a la sala para que presentaran sus soluciones.

Woro Supartinah, un activista local con la comunidad, dijo que estaba feliz de haber podido hablar con la delegación.

"Jokowi nos dijo que lo mantuviésemos informado, y que le hiciéramos saber cómo avanzan las cosas", dijo a VICE News. "Esa fue la mejor parte, creo que entiende cómo actuar, siguió hablando acerca de cómo todo el mundo sabía lo que se tenía que hacer. No son soluciones nuevas. Lo único que hace falta es la fuerza de voluntad. Ahora que lo ha visto, creo que el presidente tomará medidas al respecto".

Widodo declaró a los periodistas reunidos: "Le he dicho a la ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales que revise las licencias de las empresas que han convertido las turberas en plantaciones de monocultivos, por si éstas estuviesen provocando daños en el ecosistema".

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"La legislación en el sector forestal es muy frágil en Indonesia porque la corrupción es moneda corriente", dijo Ginting, "Las autoridades locales y las empresas hacen muchos negocios fuera de la ley, por lo que es importante que estas cosas se investiguen en profundidad".

Los incendios forestales están en el centro del desafío de Widodo como presidente. Con su plataforma populista, y su política de colaboración con las comunidades para resolver los problemas de Indonesia, su elección ha generado grandes esperanzas entre sus partidarios. Su estilo de gobierno se aparta claramente de la dinámica tradicional de la política indonesia: ha pedido al personal que coma comida local de la calle en las reuniones, y la semana pasada voló en clase turista para ir a la ceremonia de graduación de su hijo en Singapur.

No obstante, los problemas sistémicos de Indonesia serán difíciles de superar, especialmente para una persona de fuera sin experiencia en las fuerzas de seguridad. Muchos dirigentes populistas han fracasado a la hora de llevar a cabo sus acciones para respaldar su simbolismo. En Sungau Tohor, sin embargo, no hubo escépticos con la labor del presidente ante tales desafíos.

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Sigue a Scott Mitchell en Twitter: @s_mitchell

Traducido por Alexandra Carrera.