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machismo

Todos pagamos al eurodiputado que cree que las mujeres no deberían trabajar

Según él, la causa del envejecimiento de la población es que las mujeres no se quedan en casa.

"Estoy escuchando este debate sobre el envejecimiento de la población y la verdad que estoy perplejo. Porque creo que la causa más importante del problema demográfico sigue sin mencionarse. Las mujeres no se quedan en casa, sino que van a trabajar y tienen menos niños. ¿No? Todos insisten en que la mujer trabaje. Y, si no solucionamos este problema, no tiene sentido el debate".

Esto, que parece sacado de la Guía de la Buena Esposa franquista, ha sido dicho en 2017. En uno de los organismos legisladores más poderosos del mundo, el Parlamento Europeo. Y ha salido de la boca de un señor elegido democráticamente por europeos -por europeos polacos, concretamente- como representante de los ciudadanos.

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El señor en cuestión se llama Janusz Korwin-Mikke y no es la primera vez que demuestra con orgullo su machismo en la Eurocámara. Tampoco es la primera vez que una mujer española, Iratxe García, del PSOE, le pone los puntos sobre las íes.

"Quiero poner en esta cámara una especial atención a las declaraciones del diputado Korwin-Mikke, donde decía que las responsables de la despoblación somos las mujeres, que nos ha dado por ir a trabajar y no quedarnos en nuestras casas teniendo hijos. Esto es un insulto a las mujeres. A las mujeres que hemos decidido ser libres (…) por eso pido a la mesa del Parlamento que estudie estas declaraciones para ver si es posible una sanción al respecto. Y quiero decir a sus señorías que quien realmente debería quedarse en su casa son los misóginos que no respetan a las mujeres que hemos decidido ser libres", le ha respondido en esta ocasión.

El diputado polaco es conocido por sus comentarios racistas y machistas, y no sería la primera vez que se le condena por uno de ellos. En marzo de este año, se le suspendieron las dietas durante 30 días y la actividad parlamentaria durante diez por defender la brecha salarial gracias, en parte, a la petición que en ese momento hizo la eurodiputada del PSOE. "Por supuesto, las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes" fue la perlita que soltó entonces.

Pero, ¿por qué tiene un asiento en el Parlamento Europeo? ¿Por qué se le permite expresar opiniones en nombre de una ideología que no sólo genera desigualdad, sino también violencia y odio? ¿Por qué campa libremente por las instituciones europeas con unas ideas que matan por bandera, mientras se condena a ciudadanos de la Unión por hacer humor "enalteciendo" la actividad de bandas terroristas extintas? ¿Cuántas barbaridades más tiene que decir para que su misoginia tenga unas consecuencias reales?.

Claro que al señor Korwin-Mikke le han votado. Así es la democracia. Lo grave es que se pueda votar machismo, que se pueda votar racismo, en el ejemplar Viejo Continente, que gracias a tipos como éste sigue haciendo honor a su nombre. Es la pescadilla que se muerde la cola: si hay machismo en las instituciones, nunca podremos construir una sociedad igualitaria. Y, si no construimos una sociedad igualitaria, el machismo seguirá en las instituciones, pagado con dinero público. Ojalá, Iratxe, algún día los que se queden en casa sean los misóginos que no respetan a las mujeres.