FYI.

This story is over 5 years old.

VICE World News

Rusia da un paso más en la puja por dominar el Ártico

La construcción de una nueva base en el Ártico es la última apuesta rusa en la pugna por el poder en la región. El país eslavo mantiene un duro pulso con Canadá por el dominio simbólico del extremo norte mundo.
Foto del Ministero della Difesa russo
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

Rusia ha subido su apuesta en la pugna por dominar el Ártico. El país eslavo anunció recientemente de que sus equipos de construcción completarán pronto una nueva base militar en una isla de hielo cerca del Polo Norte.

"Esta es la única construcción humana en el Paralelo Norte 80", dijo el Ministerio de Defensa de Rusia en un comunicado el martes.

La base -— un complejo permanente de 45.000 metros cuadrados llamado el "Trébol del Ártico" que puede alojar a 150 efectivos — es la última evidencia de la intención de Rusia de jugar un largo y destacado papel en la región.

Publicidad

El petróleo del Ártico y otras industrias ya generan alrededor del 20 por ciento del producto interno bruto de Rusia, según Heather Conley, investigador principal y director del programa de Europa en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, DC.

Mientras los intransitables hielos del Ártico continúan derritiéndose, cortesía del cambio climático, esta expansión es probable que permita a Rusia acceder a más de petróleo y a otros recursos que algún día podrían devenir motivo de conflictos entre las naciones que luchan por inyectar dinero en sus economías, lo que lo sitúa esta región en el foco de las maniobras estratégicas de países como Rusia y Canadá.

"Actualmente ya es de vital importancia, y ellos sólo saben que, cada vez lo será más", dice Conley.

Assad visita Moscú por sorpresa para agradecerle a Putin los bombardeos. Leer más aquí.

Al mismo tiempo, la nueva base provoca el rechazo entre los rusos nacionalistas que ven el Ártico como su lejano oeste, un lugar para conquistar y domesticar en beneficio de la gente en ciudades como Moscú y San Petersburgo.

La ampliación de la presencia militar rusa en el vasto ártico — así como en Siria y Ucrania, para el caso — ayuda al presidente Vladimir Putin a promocionarse como un líder fuerte, mientras que la calidad de vida en Rusia se ha desplomado junto con el precio del petróleo, lo que ha afectado su economía que depende, en gran medida, de la energía.

Publicidad

Las proyecciones rusas de poder en la región transmiten una sensación de dominio simbólico que refuerza la autoridad de Putin en el país al mismo tiempo que provoca nerviosismo entre sus vecinos del Ártico.

El telón de fondo se ha convertido en un escenario de guerra simulada, Rusia ha realizado rutinariamente ejercicios militares a gran escala en la zona durante todo el año. En marzo se ejecutó una operación de cinco días que involucró a unos 80.000 soldados, 220 aviones, 41 barcos y 15 submarinos.

Cuando la OTAN realizó maniobras en el Ártico el pasado mes de mayo, Putin ordenó el envío de 12.000 soldados y nueva tecnología.

En verano, Rusia fortaleció sus bases situadas en la costa ártica. En septiembre, los buques de guerra de la Flota del Norte de Rusia practicaron el aterrizaje de unidades marinas en las islas árticas.

El Trébol del Ártico. (Foto vía Ministerio de Defensa de Rusia)

La nueva base ayudará a la creciente expansión militar de Putin en la región. Situada en la isla Tierra de Alexandra a casi 1.600 kilómetros al noreste de Escandinavia, el Trébol del Ártico es profundamente simbólico.

La base tiene tres alas pintadas en blanco, azul y rojo, como la bandera rusa, y proporciona a los medios de comunicación rusos un vívido emblema del Ártico ruso.

La base posee una eficiente y vanguardista tecnología que permitiría a los soldados pasar un año y medio allí sin ser reabastecidos, según informó la agencia de noticias TASS controlada por el Estado. El mes pasado, los rusos terminaron una segunda instalación similar en el archipiélago de las Islas Nueva Siberia.

Publicidad

El Trebol es el último movimiento de Rusia para exhibir músculo estratégico y económico a lo largo de su frontera norte, mientras Estados Unidos y otros países como Canadá y Dinamarca hacen valer sus intereses en la región. Rusia y Canadá ya han estado envueltas en alguna disputa territorial por la militarización del Ártico, mientras que Dinamarca se convirtió en la primera nación en reclamar la propiedad del Polo Norte en diciembre pasado.

Vladimir Putin se sumerge en aguas de Crimea a bordo de un mini submarino. Leer más aquí.

No es ningún secreto qué la región esta en el punto de mira de todos estos países. El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que la zona alberga alrededor de 90 mil millones de barriles de petróleo, o dicho de otro modo, el 13 por ciento del crudo sin descubrir del globo, y alrededor del 30 por ciento del gas natural sin explotar.

Además, un Ártico sin hielo proporciona una ruta rápida del envío desde Asia a Europa y América del Norte, así como nuevo espacio para la pesca potencialmente próspera, acceso a valiosos yacimientos de minerales de los fondos marinos para los actores principales de la geopolítica.

Rusia ha realizado ambiciosos ejercicios militares en el Ártico y ha presentado una reclamación ante las Naciones Unidas para extender su territorio a una sección de 740.000 kilómetros cuadrados de fondo marino rico en petróleo. Esas demandas se encuentran pendientes de resolución.

Otro ejemplo del simbolismo implícito en este tablero de juego es el submarino ruso con una bandera nacional que el país eslavo colocó u en el fondo del océano para verse reforzado.

Puede parecer absurdo invertir y distribuir recursos de un Estado en un páramo helado azotado por el viento para que 150 soldados puedan instalarse allí. Sin embargo, Conley sugiere que el Trébol del Ártico refleja la mentalidad de los dirigentes del Kremlin, quienes se están preparando desde hace muchos años para un futuro que exija la protección de las plataformas de perforación de propiedad estatal o alejar las fuerzas navales occidentales.

"La única forma en la que Rusia puede desarrollarse es a través de su complejo militar-industrial", dice. "Esa es, históricamente, la forma en que es capaz de modernizarse y está muy dirigida por el Estado."

Sigue a John Dyer en Twitter: @johnjdyerjr