Mientras que las Fuerzas del Estado inauguraban octubre reprimiendo, porras mediante, el referéndum sobre la independencia de Catalunya, Instagram estrenaba una herramienta que tiene mucho que ver con la democracia moderna: las encuestas del Stories. El mundo a veces nos brinda casualidades mágicas.A diferencia del Estado, la nueva funcionalidad de la red social de la Polaroid permite someter a referéndum todo lo que nos apetezca. El procedimiento es el siguiente: cuelgas en Stories cualquier dicotomía que te preocupe (Lola Flores o Rocío Jurado, vaporizador o canuto al uso, C. Tangana o Los Chikos del Maíz), y tus seguidores, mediante voto no secreto, te ayudan a decidir escogiendo una de las opciones. El porcentaje final irá acompañado de los nombres de los los participantes que se han decantado por cada alternativa.
Publicidad
Cansada de toparme con gente que fuerza los límites de las redes sociales con encuestas como "¿155 sí o no?" o "¿Estoy guapo hoy?", decido explorar los confines de la democracia en Instagram: someto a votación lo que hago durante todo un día.
Lo primero de todo: la Ley de Referéndum
¿Despertarse con el hijo de Bárcenas o con "Tu coño es mi droga"?
Publicidad
¿Desayuno sano o de estudiante de primero de carrera?
¿Con ropa interior o en plan Comando?
Chándal VS look de ir a misa
Me sumo a lo de las banderas en los balcones
Aprovechando que el debate sobre Catalunya en la capital está en los balcones más que en el Parlamento, donde la negativa a dialogar es mayoritaria, y a pesar de que, como Ray Loriga, pienso que cuanto más grandes son las banderas, más pequeñas son las personas, decido unirme a la guerra de los trapos de tela.
Publicidad
Como acudí a todas las manifestaciones que se celebraron en Madrid a favor y en contra del referéndum, tengo una estelada y una bandera de España en casa, y someto a votación cuál debo colgar en la terraza. Para mi sorpresa y aunque mis seguidores catalanes pueden contarse con los dedos de una mano, vence la estelada, así que la ato a la barandilla de mi balcón ante la atenta mirada de los viandantes. Uno de ellos le echa una foto, pero nadie dice nada. Aun así, me paso rápidamente a casa con el miedo de que lancen huevos a mi ventana. Nadie lo hace en toda la tarde. +1 para el civismo, - 1 para mi paranoia.
El HOLA, Foster Wallace y viceversa
Publicidad
En mi lectura aprendo, además, muchas cosas. Como que a Froilán ahora se le llama Felipe o que a algunos niños se les bautiza de esta guisa.
El truco final: Mama TKM
Me voy a la cama contenta por haberle sacado unos emojis con corazones a mi madre, con miedo a amanecer con cistitis y habiendo leído el HOLA sin remordimiento alguno. Ha sido divertido y he descubierto algunas cosas curiosas, como que mis seguidores prefieren que cuelgue una estelada a una bandera de España en el balcón.También me he relacionado sobremanera con la peña que me sigue en Instagram: he recibido 15 mensajes a lo largo del día animándome, preguntándome por las razones por las que estaba haciendo sondeos constantes o advirtiéndome de los riesgos higiénicos de no llevar bragas. Pero no volveré a repetir. A no ser que se trate de elegir entre crema de orujo y licor de hierbas, en cuyo caso ambas opciones me parecerán maravillosas, prefiero decidir por mí misma.