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Hoy cumple un año el legendario vídeo de Silvia Charro y Simón Pérez

Y es algo que hay que celebrar por todo lo alto.

El martes 12 de diciembre de 2017 se hizo la magia. Ese fue el día en que conocimos a Silvia Charro y a Simón Pérez, dos seres anónimos —vale, Simón puede que ya fuera un poco conocido pero tampoco era una puta estrella— que salieron de la nada para acompañarnos a lo largo de este fatídico 2018. Unos individuos que se presentaron en nuestra casa sin previo aviso, vaciaron toda la nevera, se follaron a nuestras parejas y decidieron instalarse en el sofá una buena temporada, para luego prenderle fuego a todo y a todos; eso han sido Silvia Charro y Simón Pérez.

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El 14 de diciembre de 2017 llegué a la oficina y todos se me quedaron mirando. Mientras me quitaba la chaqueta me dijeron “rápido, Pol, tenemos un vídeo para ti”. Acababa de hacerse viral el famoso vídeo de las hipotecas fijas de Periodista Digital, un sinsentido tan bello y maravilloso que parecía imposible que hubiera podido suceder —y aún es más maravilloso que ese vídeo siga aún colgado en la red, en el canal oficial del medio—, y querían que yo escribiera algo sobre aquello. Yo era —y sigo siendo— el tipo que escribe artículos sobre vídeos de mierda, material que funciona bastante bien a nivel de visitas, todo hay que decirlo.

El caso es que llegué a la oficina, vi el vídeo, me maravillé y escribí esto. Nunca podré olvidar el inicio de este vídeo, organizado en un encabalgamiento de tres planos que genera una belleza inaudita:

(1)

Silvia Charro y Simón Pérez Hipotecas

(2)

Silvia Charro y Simón Pérez Hipotecas

(3)

Silvia Charro y Simón Pérez Hipotecas

Esta estructura tripartita funciona como un tiro en la cabeza. Por una parte, tenemos el logo del medio (1), algo que otorga cierta credibilidad y respetabilidad al contenido.

Después aparece un texto en blanco sobre negro (2), algo que denota que seremos espectadores de un tema serio e importante, con dos ponentes expertos en la materia. La línea horizontal que separa “SIMÓN PÉREZ/SIVIA CHARRO” (sic) de “¿POR QUÉ CAMBIAR A HIPOTECA FIJA?” nos quiere transmitir cierta idea de estabilidad y formalidad, como si de un tratado sobre economía publicado en el siglo XIX se tratara. Aun así, pese a que formalmente esta segunda instantánea insiste en “la profesionalidad del contenido”, ya atisbamos algo raro, algo que quizás un ojo inexperto no advierta en un primer vistazo (al fin y al cabo solo dura cuatro segundos).

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Dentro de toda esta sensata introducción, vemos que el nombre de uno de los ponentes (Silvia Charro) está mal escrito, más concretamente aparece tal que “SIVIA CHARRO”, cosa que ya denota cierta urgencia y amateurismo. Aquí ya se nos ha lanzado una pista de lo que realmente veremos tras el telón.


MIRA:


Hay otro apunte, más sutil, puede: el texto de esta segunda cartela está escrito en mayúsculas, como si un adolescente enfadado estuviera escribiendo en un chat o como cuando un anciano empieza a utilizar internet y busca en Google como con un grito de socorro (ese punto en que esos dos extremos generacionales se tocan). Este detalle ya nos apunta hacia cierto histrionismo, cierta locura contenida, cierta energía sin control que está a punto de derramarse pero que se mantiene en cautiverio por una cuestión de protocolo (al fin y al cabo el uso de las mayúsculas está socialmente aceptado).

En la tercera (3) parte de esta trilogía es donde aparece el gran giro final, el “Bruce Willis está muerto” de esta historia. Viniendo de dos cartelas profundamente sobrias de repente nos estalla en la cara y el cerebro una imagen de vídeo con los implicados mirando a cámara (Simón Pérez a la izquierda y Silvia Charro a la derecha).

Toda esa profesionalidad que se ha estado construyendo anteriormente se derrumba en un santiamén, aparecen ante nosotros dos personajes descolocados, de mirada compleja, la antítesis de la formalidad. La gran sorpresa final, el gran truco. Lo que sigue después será una confirmación de toda esta ruptura con lo profesional.

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Este inicio define toda la carrera desde entonces de Silvia Charro y su amigo y amante Simón Pérez. Una historia de auge y caída y resurrección en tres partes, como fueron las historias de Jesucristo o Terminator. Se ha escrito mucho sobre estos dos pilluelos, tanto que incluso se llegó a predecir su muerte en ese artículo llamado “El descenso a los infiernos de Simón Pérez y Silvia Charro: “Esto no acabará bien””, un compendio de palabras y espacios que falló en su augurio, pues Simón Pérez y Silvia Charro siguen vivos aunque manteniéndose al margen de los focos mediáticos.

Sí, hubo un auge y una caída, en la que parecía que estos dos terminarían enterrados en algún after, pero la verdad es que parece ser que han logrado alcanzar cierta estabilidad. Ahora mismo Silvia Charro y Simón Pérez están gestionando tres canales de YouTube (3.0 STV, Silvia y Simón Directos 3.0 y SS Conexión, el canal más serio que tienen y que llevan con el mánager de Jordi ENP) y, ocasionalmente, convirtiéndose en memes. Digamos que han logrado salir de las llamas del infierno y los tatuajes y las cabezas rapadas y ahora intentan “profesionalizarse” un poco. Como veis, esta pretendida “profesionalización” es la constante que mantiene vivos a esta pareja, es el cáliz definitivo que anhelan en sus andanzas, esa búsqueda que ya atisbamos en los frames iniciales de su primera incursión con el vídeo de las hipotecas a plazo fijo.

Desde VICE celebramos la existencia extraña de ese primer vídeo que hizo tambalear internet durante unas horas. Es un milagro que pueda existir algo tan impertinente, tan incorrecto y tan verdadero. Podemos decir que ha envejecido muy bien y que sigue funcionando, impactando y sorprendiendo. Larga vida al vídeo de las hipotecas fijas.

Sigue a Pol en @rodellaroficial.

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