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acoso sexual

Aziz Ansari y las maneras reductivas en las que hablamos de consentimiento

Después de las acusaciones de acoso sexual contra el actor, Internet estalló con un debate sobre "mensajes mixtos". Pero tales argumentos pasan por alto la pregunta más amplia: ¿es hora de replantear la forma en que concebimos el consentimiento?​
Imagen por Eric Charbonneau 

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

El sábado surgieron acusaciones de mala conducta sexual contra el co-creador y actor de Master of None, Aziz Ansari: una fotógrafa de 23 años, llamada con el pseudónimo de "Grace", le dijo a Babe que Ansari la había forzado a tener relaciones sexuales.

Las acusaciones contra Ansari —una de las figuras más destacadas del mundo de la comedia—han sido noticia en todo el mundo. Un debate feroz (y depresivamente familiar) se ha desatado en Internet sobre si su comportamiento constituye una agresión sexual o simplemente fue una mala cita.

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Ansari conoció a Grace en una fiesta posterior al Emmy de 2017, y después de eso, los dos comenzaron a mandarse mensajes. Después de cenar en un restaurante de Manhattan, regresaron al apartamento de él, que estaba cerca. En este punto, Grace alega que el comediante comenzó a presionarla para que realizara varias actividades sexuales, incluyendo sexo oral. Ella afirmó que Ansari llevó la mano de ella hacia su pene varias veces, aunque cada vez que pasó, ella la quitó.

"Sé que físicamente yo emitía señales de que no estaba interesada. No creo que eso haya sido notado en absoluto, o si lo fue, fue ignorado", le dijo a Babe. "La mayor parte de mi incomodidad fue expresada cuando me alejaba y murmuraba. Sé que mi mano dejó de moverse en algún punto ".

Después de que explícitamente dijo que no quería tener sexo, Grace dice que Ansari le sirvió una copa de vino. "Dije, 'la próxima vez'. Y él me responde: 'Ah, ¿te refieres a la segunda cita?', y yo le dije: 'Ah, sí, claro', y él dijo: 'Bueno, si te sirviera otra copa de vino ahora, ¿contaría como nuestra segunda cita?'".

Grace le dijo luego a Ansari que no quería sentirse obligada a tener sexo. Inicialmente, él pareció respetar su decisión pero luego presuntamente la presionó para que le hiciera sexo oral. Según Grace, este patrón —de ella rechazando sus propuestas sexuales y luego sintiéndose obligada a cumplir frente a la implacable presión— continuó durante gran parte de la noche.

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Finalmente, ella lo convenció de pedirle un taxi y lloró "todo el recorrido hasta su casa. En ese punto, yo me sentí violada. La última hora estuvo fuera de mis manos".

En una declaración, Ansari confirmó que había tenido un encuentro sexual con Grace, pero que "bajo todos los indicios era completamente consensual". Él agregó: "Al día siguiente, recibí un mensaje de ella que decía que, aunque 'parecía estar bien', después de reflexionar más, se sintió incómoda. Era cierto que todo estaba bien para mí, entonces, cuando escuché que ese no era el caso para ella, quedé sorprendido y preocupado. Entendí lo que me estaba diciendo y le respondí en privado después de tomarme el tiempo de procesar lo qué había dicho".

Aziz Ansari en el set de Master of None. Foto por: Ali Goldstein

En una pieza controvertida de The Atlantic, la escritora Caitlin Flanagan argumentó: "Aparentemente hay un país lleno de mujeres jóvenes que no saben cómo llamar un taxi … Están bravas y son temporalmente poderosas, y anoche destruyeron a un hombre que no se lo merecía". Otra usuaria de redes sociales dijo con escepticismo: "Alguien dijo que Aziz Ansari necesita perder su carrera … por tener una cita con una chica que se lo chupo dos veces pero no le gustó la experiencia, así que dijo que fue asaltada sexualmente".

En parte, las acusaciones a Ansari han tocado un nervio porque —al igual que en el relato corto viral de "The New Yorker", "Cat Person"— muchas mujeres encontrarán la experiencia de Grace extrañamente relacionable. Casi todas las mujeres heterosexuales, en algún momento de sus vidas, se han encontrado con una pareja sexual que las presionó a participar en actividades sexuales. Pero, ¿debemos clasificar tales actos como una forma de agresión sexual? ¿Y estas definiciones binarias de asalto sexual y no sexual son incluso útiles?

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"No son útiles", dice la Dra. Fiona Vera-Gray de la Universidad de Durham. Vera-Gray ha trabajado en el sector de la violencia sexual durante una década como investigadora y asesora del gobierno del Reino Unido. "Las categorías de violación o no violación son útiles para la legislación, política e investigación. Pero estas categorías no representan nuestras experiencias vividas".

En lugar de esto, Vera-Gray argumenta que necesitamos replantear nuestra comprensión del consentimiento en términos de ética sexual. "¿Qué tanto respetas el hecho de que la otra persona tiene su propia autonomía?", ella pregunta. "¿Estás buscando la reciprocidad en tus encuentros sexuales, en lugar de solo pensar, bueno, ella no dijo que no?"

Vera-Gray también enfatiza que muchas mujeres en la posición de Grace también considerarían lo peligroso que un avance sexual no deseado implicaría, al convertirse en algo más inequívocamente violento y no consensuado. "Las mujeres tienen que hacer este cálculo sobre cómo evitar la escalada [sexual]", dice ella. "Porque este encuentro con un hombre diferente podría convertirse rápidamente en lo que se convertiría, legalmente hablando, en una forma de agresión sexual".

Detener los avances sexuales de cualquier hombre —por no hablar de una celebridad rica y poderosa como Ansari— también puede sentirse increíblemente difícil dado que las mujeres frecuentemente están socialmente condicionadas para ser deferentes y obedientes, agrega Vera-Gray.

En última instancia, ella cree que el debate sobre las acusaciones de Ansari puede ayudar a catalizar un cambio positivo, específicamente en torno a los modelos de consentimiento heterosexuales. "La heterosexualidad frecuentemente presenta al sexo como algo que se le hace a las mujeres", dice. "Pero cuando piensas en eso, si lo que estás haciendo no es reciproco—si alguien no te está tocando de vuelta, si tienes que moverle sus manos a partes de tu cuerpo— algo no está bien".

"El comportamiento de Ansari no se trata solo de los derechos, sino también de un contexto cultural que presenta al sexo como algo que se le hace a las mujeres ".

Independientemente de lo que consideres en cuanto a las acusaciones contra Ansari, está claro que nos estamos movilizando a un momento cultural en el que las conversaciones sobre el consentimiento y la conducta sexual aceptable son cada vez más frecuentes, lo cual solo puede ser algo bueno.

"Estamos hablando de la situación completa dentro de la cual las mujeres existen, intentan y tienen alguna versión de una vida igualitaria", dice la Dra. Vera-Gray. "Hay conversaciones que están sucediendo ahora que desearía que hubieran sucedido cuando era adolescente".