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Todos nos hemos apuntado al gimnasio y hemos acabado por no ir

Te contamos las claves para no apuntarte en septiembre y abandonar antes de diciembre.
Foto por Bruce Mars vía Unsplash

Los españoles han vuelto de sus vacaciones con un índice de masa corporal superior al recomendado y están ya en niveles de sobrepeso. Además, parece ser que el 40% de ellos confiesan no practicar nada de ejercicio durante la semana, según este estudio.

Lo del overbooking en los gimnasios al principio de septiembre no es un fenómeno nada extraño. Vuelta a la rutina. Buenos propósitos. Hay que bajar los kilitos que has ganado tomándote aquellas bravas aceitosas con tus amigos un día tras otro.

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Luego están las copas de más. En realidad han sido unas cuantas. Por no contar las noches de pizza porque no te apetecía cocinar, o las hamburguesas del take away. Te sientes realmente mal y te juras a ti mismo que aquella piel flácida que te ha crecido alrededor de la barriga desaparecerá una vez vuelvas a la rutina.


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Con todos estos excesos te apuntas a un gimnasio para aliviar tu sentimiento de culpabilidad. La primera semana estás ultra motivada. Te preparas unos tuppers de fruta para desayunar y empiezas a seguir una cuenta de recetas healthys en Instagram que incluyen pepitas de calabaza, sésamo y jengibre. Ingredientes que no sabes ni dónde comprarlos.

Llega el viernes 7 de septiembre y te sientes muy orgullosa de tu cambio de vida. Has ido cuatro días al gimnasio, has salido a correr 20 minutos cada día y luego has hecho tres series de abdominales a diario. ¡Ah! Y te has instalado una barra de dominadas en el pasillo para hacer unas cuantas cada vez que pasas por allí.

Pasa el tiempo y la barra de dominadas parece más bien el lugar perfecto para acumular polvo y el refugio ideal para que las arañas del piso tejan sus telas.

“La gente vuelve de vacaciones y no se ve bien físicamente”, explica Josep Cantos, entrenador personal. “Se apuntan al gimnasio sin tener claro qué quieren ni se plantean el tiempo que pueden invertir. La mayoría de veces aguantan las dos primeras semanas, pero una vez vuelven a su rutina habitual dejan de venir”, nos dice.

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Son muchas las veces que Sonia Laín, de 24 años, se ha apuntado al gimnasio y lo ha dejado pasar. “Me he apuntado en varias ocasiones en septiembre, a varios gimnasios distintos con la intención de pillar un hábito y tener una rutina. La mayoría de veces me apunté porque estás en verano con una amiga en la playa quejándote de tu físico y lo típico que dices: en septiembre me apunto. Intentas coger una rutina, pero a la que pasa el tiempo empiezan a salir cosas más importantes que hacer. Duras dos meses o tres apuntada pensando que volverás a ir y realmente no vas”.

María tiene 23 años y ha estado apuntada a varios gimnasios pero siempre lo acababa dejando justo en época de exámenes. “Me gastaba 50 euros. Siempre me apuntaba con algún amigo para así motivarme, pero la última vez solo conseguí ir cuatro días. Sé que son excusas, pero por lo que sea no podía ir. La última vez que he estado apuntada ha sido porque en el trabajo nos dieron acceso al gympass y me salió muy barato. Las clases que más me gustaban eran las dinámicas: Spinning y Body Pump y antes de la clase hacía un poco de elíptica para calentar”, explica.

Foto por Sam Sabourin vía Unsplash

A Jose Alegre, de 27 años, también le ha pasado algo similar: “Creo que soy el tío de Barcelona que más pasta se ha dejado en gimnasios sin aprovecharlo”, nos dice. “Quizás me he petado unos 1.000 euros en gyms y en total habré ido unos cinco días. Si no sabes hacer los ejercicios con solo una hoja de rutina es una mierda y los técnicos de la sala no te dedican suficiente tiempo. Las actividades son más entretenidas pero yo soy una persona muy tímida y me da cosa ir y cagarla”.

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Pero por qué si sabemos, en nuestro subconsciente, que llegados a X volumen de trabajo, ya dejaremos de ir al gimnasio, gastamos 60, 80 o incluso 150 euros de cuota para sentirnos mejor? “Se trata de un autoengaño funcional”; asegura Laura Servós, experta en psicología y Health Coach. “Sería como aquél que deja de fumar pero tiene cigarrillos en casa porque así se siente más confortable”.

Antes y después del verano, el día de tu cumpleaños y al inicio del año son fechas clave para empezar un nuevo propósito porque según nos cuenta Laura Servós, son fechas en las que uno conecta un poco más consigo mismo y con lo que quiere.

“El problema surge cuando ir al gimnasio se convierte en una obligación más, cuando no se disfruta, cuando no hay resultados visibles”, dice Laura. Si el objetivo es crear un estilo de vida saludable el primer paso es tomar una decisión, luego interiorizar la rutina y por último mantenerla”; explica Laura.

Laura asegura que el tipo de educación que hemos recibido no nos ayuda a tener paciencia y queremos unos resultados inmediatos: “Vivimos en una cultura en la que todo se soluciona en un segundo o con una tirita”, nos dice.

Explica que la motivación no solo viene de la fuerza de voluntad: “Uno de los errores más comunes que la gente comete es empezar con lo que menos les conviene”. La clave para no acabar pagando un pastón en gimnasio por no ir es tomar una decisión de 360 grados. “De poco sirve ir al gimnasio si llevas una vida sedentaria y llena de malos hábitos”.

Según dice lo ideal sería que cada uno se marque sus objetivos y en esto puede ayudar mucho tener un entrenador personal o un health coach para lograr adherencia. “La OMS dice que es ideal practicar deporte 5 días a la semana durante 30 minutos o 3 días 45 minutos con más intensidad, pero para mí lo ideal es empezar progresivo y con un rumbo definido, variando el tipo de ejercicio según tu objetivo y tu punto de partida”, asegura.

Jose Alegre, después de intentarlo una vez más y de haberse gastado un sueldo entero en gimnasios ha encontrado la solución pagándose un entrenador personal: “En verdad estoy ahorrando. Con lo que había pagado antes por no ir ahora pagar un entrenador no es nada. Con el entrenador hay buen rollo y además te motiva y sabe lo que quieres”.

He pedido a Jose el contacto de su entrenador a ver si a mí también me funciona.