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Identidad

Cómo filmar una escena de violación

Tras la indignación por una escena de violación filmada sin consentimiento en 'El último tango en París', personas que trabajan en la industria del cine debaten sobre los fallos a la hora de representar agresiones sexuales.

¿Cuáles son las obligaciones de los directores con respecto a sus actores cuando filman escenas de violación? Esta pregunta se ha convertido en materia de discusión a nivel internacional tras el intenso análisis que están haciendo los medios de una entrevista recientemente descubierta, pero concedida en 2013, en la que el afamado Bernardo Bertolucci admitió haber grabado un acto sexual auténtico no consentido para su película de 1972 El último tango en París.

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Antes de salir a la luz esta entrevista ya se había hablado sobre la escena, en la que la superestrella Marlon Brando utiliza mantequilla como lubricante antes de violar a la actriz Maria Schneider, pero Bertolucci proporcionó nuevos datos en el vídeo que ahora circula, admitiendo que Schneider no sabía de antemano los detalles de lo que le iba a suceder durante la escena. "En cierto modo me porté horriblemente con Maria, porque no le dije lo que iba a suceder", afirmó Bertolucci. "Yo quería obtener su reacción como mujer joven, no como actriz… Quería que se sintiera humillada. Creo que me odió y también a Marlon, porque no le explicamos lo que íbamos a hacer", añadió Bertolucci. "Creo que, para conseguir algo, que hay que ser completamente libre. No quería que Maria interpretara su humillación y su rabia como un papel, yo quería que María sintiera, no que interpretara, la rabia y la humillación. Después me odió durante toda su vida".

Aunque la confesión de Bertolucci suscitó una intensa indignación, aquella información ya había sido divulgada por los medios hacía años. En 2007 Schneider contó al Daily Mail que aquella escena no estaba realmente en el guion y que fue una idea que se le ocurrió a Brando. "No me lo contaron hasta justo antes de que tuviéramos que grabar la escena y yo estaba furiosa. Debería haber llamado a mi agente o hacer que mi abogado viniera al plató, porque no puedes obligar a nadie a hacer algo que no está en el guion, pero en aquel momento yo no lo sabía", dijo. "Marlon me dijo, 'Maria, no te preocupes, solo es una película', pero durante la escena, aunque lo que Marlon estaba haciendo no era real, yo lloraba de verdad… Me sentí humillada y, sinceramente, me sentí un poco violada, tanto por Marlon como por Bertolucci. Después de la escena Marlon no me consoló ni se disculpó. Afortunadamente solo hubo una toma". Schneider, que en el momento de la filmación tenía 19 años, falleció en 2011 a los 58 años de edad, tras toda una vida de drogadicción, depresión e intentos de suicidio.

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Bertolucci ahora se ha retractado de sus comentarios, afirmando en unas declaraciones: "Yo especifiqué, pero quizá no lo dije muy claro, que había decidido con Brando no informar a Maria de que usaríamos mantequilla. Quería ver su reacción espontánea ante un uso tan impropio [de la mantequilla]. Ahí radica el malentendido. Alguien pensó ―y piensa― que María no había sido informada sobre la violencia que se ejercería sobre ella. ¡Eso es falso!… Maria lo sabía todo porque había leído el guion, donde se describía la escena. La única novedad era la idea de la mantequilla". Bertolucci no es la única persona que defiende sus acciones: tanto su director de fotografía como el hijo de Marlon Brando han negado las acusaciones, atribuyéndolas a un malentendido con la prensa.

Hollywood ha mantenido una larga y complicada relación con las escenas de violación. Patricia White, Profesora de Estudios Cinematográficos y Medios de Comunicación en la Universidad Swarthmore, explicó a Broadly que inicialmente, en los albores de la industria del cine, había unas claras directrices de censura que impedían incluso que se hablara de violación, así que su representación en la pantalla era impensable. "En los filmes clásicos de Hollywood, antes de que se introdujera el sistema de clasificaciones a finales de la década de 1960, el Código de Producción determinaba que 'la seducción o la violación […] jamás podían ir más allá de ser sutilmente sugeridas', eludiendo completamente la cuestión del consentimiento", explicó. "¿Cómo podría un espectador saber si se trataba de una violación o de sexo consentido si era algo que solamente se 'sugería'?".

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Se tachó "El último tango en París" de obra maestra, como si llamar genio a su director convirtiera la representación de la violencia contra las mujeres en algo de buen gusto

Conforme las directrices se fueron relajando y los directores fueron obteniendo más libertad, empezaron a proliferar películas que han cruzado e ignorado fronteras como El último tango en París. "El cine artístico europeo lleva mucho tiempo asociado a representaciones sexuales más explícitas que Hollywood y El último tango las llevó un paso más allá", indicó White. "Se la tachó de obra maestra, como si llamar genio a su director convirtiera la representación de la violencia contra las mujeres en algo de buen gusto".

Ante la pregunta de si ha aumentado el número de representaciones de violaciones y agresiones sexuales en el cine y la televisión desde el estreno de El último tango, White respondió: "Dudo que haya un incremento de la representación de la violación. Es una constante. Resulta fácil utilizar la violación como metáfora o catalizador para llegar a otra cosa. Lo que sí es más visible es el activismo en torno a las agresiones sexuales y en torno a la escasa representación de las mujeres y la gente de color, que podrían aportar nuevas perspectivas sobre cómo se vive y cómo se muestra en pantalla".

Esto queda muy patente en la respuesta de Hollywood ante las revelaciones de Bertolucci: actores y directores han expresado públicamente su repulsa y condena a lo largo de la semana pasada. La directora de Selma Ava DuVernay tuiteó un artículo de la revista Elle sobre la escena, añadiendo: "Inexcusable. Como directora, apenas soy capaz de entenderlo. Como mujer, me siento horrorizada, asqueada y enfurecida por ello". La actriz Zelda Williams tuiteó sobre Bertolucci: "¿Eres director y quieres filmar dolor auténtico? ¿Auténtico terror? ¿Auténtica vergüenza? Haz documentales. No hagas que tus actores atraviesen un infierno por sorpresa sin su consentimiento". Chris Evans, de Capitán América, escribió que nunca volvería a mirar a Bertolucci o a Brando de la misma manera. Y añadió, "Es asqueroso. Siento rabia".

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En una entrevista concedida a la revista People, la actriz Jessica Chastain dijo, "Creo que es preciso que revisemos el modo en que miramos esa película. Quizá debamos definirla de otro modo diferente y no como una excelente obra cinematográfica porque en ella se incluye una situación en la que una mujer fue agredida y filmada. Y además ella tenía 19 años y él 48".

Lo que hizo Bertolucci fue deplorable y muestra lo profundamente arraigada que ha estado la cultura de la violación en Hollywood desde hace mucho tiempo

Muchas mujeres de la industria cinematográfica tienen la sensación de que los comentarios de Bertolucci ponen de relieve la inmensa importancia que tiene respetar y escuchar a las mujeres en el plató, especialmente en lo que respecta a la violencia sexual frente a la cámara. "Los directores tienen la responsabilidad especial de proteger a sus actores, tanto física como emocionalmente. Esto resulta especialmente importante cuando se graban escenas que representan una agresión sexual", dijo a Broadly en un comunicado la organización Film Fatale, una red de mujeres cineastas. "Lo que hizo Bertolucci en el plató de El último tango en París fue deplorable y muestra lo profundamente arraigada que ha estado la cultura de la violación en Hollywood desde hace mucho tiempo".

Tamra Davis, que ha dirigido películas como Crossroads, además de series como Anatomía de Grey, explicó a Broadly que es fundamental contar con límites saludables y una buena comunicación para grabar escenas de sexo, independientemente de si se representan como consentidas o no consentidas. "Creo que es realmente importante que los actores se sientan cómodos con el director, que sepan que el director estará ahí para apoyarles pase lo que pase, que será su voz y cuidará de ellos".

Davis afirma que cuando graba escenas difíciles de sexo o violación, "Yo siempre mantengo una reunión privada con los actores para que podamos hablar de lo que va a pasar realmente, de qué es lo que puede hacer que se sientan cómodos… Quiero asegurarme de que si algo les preocupa, tengan a alguien que les ayude a expresar sus preocupaciones y alguien que pueda protegerles". Davis dice que, como mujer directora, a veces la contratan expresamente para esta finalidad. "Siendo mujer, sé que algunas personas me han contratado específicamente para eso. Sé que trabajé en Crossroads" —que no incluía ninguna escena de violación peor sí una escena en la que el personaje interpretado por Spears pierde la virginidad— "porque querían asegurarse de que Britney no se sintiera vulnerable frente a un hombre en esa película".

Davis afirma que los actores se aseguran de leer todos los guiones por adelantado para poder comentar las escenas difíciles antes de filmarlas, porque verbalizar las objeciones en el mismo momento de rodar dificulta mucho la situación. "Hice una escena de sexo con un actor y una actriz y el actor decía 'Estaré desnudo, ¡no me importa!', pero la actriz decía 'Quiero que me pongan relleno y protección en esa zona, no quiero tener las piernas abiertas y notar sus partes privadas balanceándose contra mí. No me mola'. Al principio estaba totalmente asustada y no quería hacer la escena, hasta que hablé con ella y comprendí que aquel era el problema. El tema se manejó con mucha profesionalidad y ella tenía todo el derecho del mundo a pedir lo que pidió".

Añadió que, incluso después de esas conversaciones, los directores tienen la última palabra para interrumpir la acción si los actores se sienten incómodos o inseguros en escenas difíciles. "Si un hombre está siendo violento siempre puedo gritar '¡Corten!'. Desgraciadamente, en el mundo real no siempre se tiene ese poder".