Nos adentramos a lo más profundo de las salas de ejecuciones en Mosul
El sótano de un edificio derrumbado en Al Maydan, el distrito de la Ciudad Vieja en donde ISIS hizo su último ataque. Los voluntarios han estado sacando cuerpos de lo que dicen es una sala de ejecución llena de más de 100 cadáveres. (Adam Desiderio / VICE News)

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GUERRA

Nos adentramos a lo más profundo de las salas de ejecuciones en Mosul

Ocho meses después, hay cientos o quizá miles de cuerpos que aún están bajo los escombros.

Este artículo fue publicado originalmente en VICE News, nuestra plataforma de noticias.

Advertencia: Imágenes gráficas

MOSUL, Irak

En marzo, VICE regresó a Mosul por primera vez desde que la guerra contra ISIS acabó en Mosul hace más de ocho meses.

Aunque la vida pueda estar volviendo a la normalidad en la mitad oriental de la ciudad, del otro lado del río, en donde la lucha fue más intensa, la escala de reconstrucción que se debe hacer es monumental. Se estima que todavía hay ocho millones de toneladas de escombros que quedaron del conflicto y que deben moverse antes de que la reconstrucción pueda comenzar, lo que equivale a tres veces el tamaño de la Gran Pirámide de Egipto. Cerca del 75 por ciento de esos escombros se encuentra en Mosul occidental, y se mezcla con tantos explosivos sin detonar, que los expertos dicen que este es ahora uno de los lugares más contaminados del planeta.

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En la Ciudad Vieja, en donde ISIS se estableció por última vez, los residentes han comenzado lentamente a regresar; hay empresarios con la esperanza de reparar sus negocios y familias que no tienen otra opción que vivir en sus hogares dañados. Algunos tanques de agua han sido transportados, y los cables de electricidad han sido temporalmente remendados a lo largo de algunas calles, pero el lugar se siente abandonado y, de alguna manera, la escena no era tan diferente de cómo se veía poco después del combate.

Ocho meses después, hay cientos o quizá miles de cuerpos que aún están bajo los escombros, haciéndole la vida insoportable a las familias que han regresado.

Los cuerpos putrefactos son en su mayoría combatientes del Estado Islámico o sus familias, pues muchos de los cuerpos de civiles no pertenecientes a ISIS han sido sacados y reclamados por miembros de sus familias o trabajadores de la defensa civil. Los cuerpos que permanecen son una grave amenaza para la salud, pero hay poca voluntad política para lidiar con ellos, y removerlos es arriesgado debido a las municiones sin estallar que siguen en el área. Sin embargo, algunos equipos de ciudadanos voluntarios van casa por casa llevando a cabo este terrible y peligroso trabajo diariamente.

Un equipo de voluntarios está liderado por Sroor al-Hosayni, una exenfermera de 23 años. Muchos de su grupo son incluso más jóvenes; algunos son estudiantes de medicina, pero la mayoría no tiene entrenamiento formal en el manejo de cadáveres. Hasta el momento, dicen que han extraído y empacado más de 350 cuerpos que nadie más estaba dispuesto a manejar. Los pusieron en bolsas blancas de plástico que los camiones municipales pueden recoger fácilmente, etiquetándolos con advertencias de posibles explosivos que hayan sido encontrados con el cadáver.

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"Vimos que había cuerpos por todas partes, en los callejones y dentro de las casas", dijo Hosayni. "Llevé a mi equipo y comencé a implementar esta idea de ayudar a los trabajadores del municipio y del gobierno a remover estos cuerpos antes de que llegue el verano y la enfermedad se propague en la ciudad".

Al principio, las autoridades se quejaron, y le dijeron "No tienen que mover los cuerpos de ISIS. Déjenlos ahí, los perros se los comerán".

Hosayni contestó, "Pero uno o dos perros no pueden comérselos todos, hay miles de cuerpos".

Una presunta sala de ejecución dentro del sótano del edificio derrumbado Al Maydan, el distrito de la Ciudad Vieja donde ISIS hizo su última resistencia. Hosayni y su equipo dicen que hay más de 100 cadáveres podridos aquí. Hasta ahora han extraído más de 30 cuerpos de esta habitación en las últimas semanas. (Adam Desiderio / VICE News)

Después de filmar al equipo de Hosayni en el trabajo cerca de la mezquita destruida de Al Nuri, los seguimos hasta Al Maydan, el barrio de la Ciudad Vieja en donde ISIS hizo su última resistencia, en donde habían estado trabajando en un sitio en particular durante semanas.

Los Bulldozers han comenzado a despejar un camino en donde la calle Souk Al-Samak una vez corrió a lo largo del río, pero casi nada ha cambiado desde que el bombardeo aéreo aplastó este distrito.

Las ruinas de puertas de piedra curvadas e intrincadamente talladas, se abren hacia los patios internos como dioramas de guerra, congelados en el tiempo: cadáveres humanos en diversos grados de descomposición en medio de municiones perdidas, porcelanas rotas, camiones de juguete y ropa militar desechada.

A doscientas yardas calle arriba y a la derecha, el equipo nos señaló un edificio a la orilla del Río Tigris. Caminando a través de la obra derrumbada, llegamos a dos habitaciones del sótano que estaban casi intactas y tenían ventanas con barrotes que daban al río. En la habitación del lado, zumbando con moscas y un hedor inevitable, había docenas y docenas de cadáveres, demasiado amontonados como para contar, uno encima del otro. Parecían los restos de una ejecución en masa.

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El recolector de cuerpos nos dijo que había por lo menos 100 cuerpos allí, el equipo ya había limpiado más de 30, pero apenas se había hecho una hendidura en el montón de cadáveres.

Sroor al-Hosayni, una exenfermera de 23 años, lidera un equipo de voluntarios recolectores de cadáveres que extraen cuerpos de un edificio derrumbado en Al Maydan, el distrito de la Ciudad Vieja. Hosayni y su equipo de voluntarios han estado sacando cuerpos de lo que ellos dicen, es una sala de ejecución en el sótano de este edificio. (Adam Desiderio / VICE News)

Vimos lo que parecía ser cuerpos de niños, aunque fue difícil de verificar debido al nivel de descomposición. No vimos armas ni equipo militar en los cuerpos. El equipo nos dijo que podían ver heridas de bala en las cabezas.

Hay informes de que ISIS encerró grandes números de personas en salas como esta, utilizándolas como escudos humanos durante los últimos días del conflicto. Muchas de esas familias murieron en ataques aéreos de la coalición, pero este cuarto estaba intacto. Es posible que hayan sido ejecutados por combatientes de ISIS cuando las fuerzas del gobierno se acercaron. Pero no queda claro por qué ISIS mataría civiles de esta forma.

También hay informes de fuerzas iraquíes ejecutando a miembros del ISIS capturados, exactamente en este vecindario. Las barbas y el pelo largo aún eran visibles en algunos de los cadáveres, haciendo creer a los recolectores de cuerpos que algunos podían ser hombres relacionados con ISIS. Pero hablando con VICE, un alto funcionario militar iraquí rechazó cualquier idea de que las fuerzas iraquíes pudieran ser responsables de los asesinatos y nos dijo que el sitio ya había sido investigado, sin dar más detalles.

Una organización internacional que ha documentado momentos en los que las fuerzas de seguridad iraquíes han sido acusadas por ejecuciones es Human Rights Watch.

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Belkis Wille, el investigador principal de Irak en Human Rights Watch, visitó el sitio poco después de que nosotros lo hiciéramos. Ella nos dijo que no sabía de ninguna investigación hecha en este sitio en particular y que, sin importar quién sea el responsable de las muertes, la eliminación de la evidencia era problemática debido a que este era potencialmente el lugar de un crimen de guerra.

"Lugares como ese necesitan de equipos forenses adecuados para asegurar el sitio y hacer el análisis necesario para determinar si en realidad es el lugar de un crimen", le dijo Wille a VICE News. "A pesar de las promesas del primer ministro de investigar los abusos, no hemos visto ninguna señal de que eso lleve a los equipos a que entren y hagan las investigaciones necesarias. Y la pregunta real es, ¿hasta qué punto estos sitios pierden su valor forense y su evidencia?

Dentro de los restos de la Gran Mezquita de al-Nuri en Mosul, Irak, en donde el líder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró un califato del Estado Islámico en 2014. (Adam Desiderio / VICE News)

Pero para los recolectores de cuerpos, y para muchos residentes de Mosul, con el calor del verano acercándose, la abrumadora prioridad en este momento es limpiar la ciudad y comenzar a reconstruir. La necesidad de documentar e investigar adecuadamente los posibles crímenes de guerra no está de primera en la agenda.

"Es momento de enfocarse en los vivos, no en los muertos", fue el mantra que escuchamos de las autoridades y de muchas familias que tratan de reconstruir sus destrozadas vidas.

Sin embargo, la pregunta de qué pasó en vecindarios como Al Maydan y otros en las etapas finales anteriores a que la victoria fuera anunciada, y en los pocos días después de eso, se niega a desaparecer.

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En las etapas finales de la batalla para extinguir a las últimas fuerzas de combate de ISIS desde Mosul el verano pasado, el acceso a la "zona de combate" se volvió cada vez más restringido.

Baghdad declaró oficialmente el fin del conflicto el 10 de julio. El anuncio, transmitido en vivo por la televisión estatal, fue sorpresivo para muchos, ya que hubo explosiones y disparos que aún hacen eco desde la Ciudad Vieja, en donde los últimos restos del grupo terrorista del Estado Islámico se negaban a rendirse.

Solo un día antes de eso, VICE News fue uno de las pocos medios que pudo pasar el cordón para unirse a un general de la brigada de élite antiterrorista iraquí y un equipo avanzado de sus hombres mientras se abrían paso cuidadosamente a través de los tejados derrumbados de los edificios del distrito de Al Maydan, para plantar una bandera iraquí en las orillas del Tigris.

Fue un viaje al infierno. El barrio fue destruido por ataques aéreos y bombardeos a lo largo de la campaña, pero la intensidad aumentó a medida que ISIS retrocedía a estas calles antiguas y estrechas, rodeadas por edificios que datan del siglo XII. Apenas había una estructura intacta, las municiones y los cuerpos bordeaban la ruta, algunos frescos, otros inflados y gravemente descompuestos de días o semanas bajo el sol.

Alcanzar el río era un símbolo de haber roto definitivamente las líneas defensivas de ISIS, un triunfo esperado por mucho tiempo para los soldados. Pero cuando la bandera se elevó y los soldados tomaron selfies, los disparos de un francotirador aún vivo entre los escombros hicieron que la fiesta se dispersara para cubrirse. En esos días finales, mientras diferentes unidades de las fuerzas de seguridad iraquíes celebraban victorias improvisadas después de liberar barrios, la cuestión permanece en cómo se ve en realidad el final de las hostilidades cuando el enemigo está decidido en luchar hasta la muerte.

Probablemente nunca sabremos quién mató a las personas en el sótano de la casa en la calle Al-Samak, pero mientras persistan los reclamos de que los asesinatos extrajudiciales hayan sido cometidos por las fuerzas de seguridad iraquíes, la apuesta de no investigarlos podría ser alta. Aunque hay poca simpatía por ISIS en este momento en los devastados barrios de Mosul, una cultura de impunidad para cualquier abuso que haya sido cometido, podría dar paso para el mismo tipo de ofensas que contribuyeron a que el grupo se alzara en primer lugar.