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Títeres Y Enredos Políticos En La Nueva Obra De Pedro Reyes

Steve Jobs, Karl Marx, Siqueiros, Julian Assange, Frida y Diego se encuentran en La Revolución Permanente de Pedro Reyes.
Foto: Alejandro Mendoza

Hace dos meses empecé a escuchar que Pedro Reyes estaba preparando una obra de títeres para presentarla en el Museo Jumex. La última vez que había hablado con este artista mexicano, fue cuando lo entrevistamos sobre su obra Disarm, para The Creators Project. Para ese proyecto, tomó miles de armas decomisadas por el ejército mexicano, y las convirtió en instrumentos musicales mecanizados. Una obra de títeres sonaba a algo diametralmente opuesto a Disarm, pero de alguna forma tiene sentido dentro de la amplia y diversa obra de Pedro Reyes. Sus esculturas, obras de teatro, performances y videos siempre responden al contexto político y social que lo rodea y se han expuesto en algunos de los museos y galerías más importantes del mundo, la Bienal de Venecia y Art Basel.

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La obra de títeres se llama La Revolución Permanente, y tiene como antecedente una serie de videos que había producido entre 2008 y 2011 primero para la Trienal de Yokohama y luego para el Walker Art Center, en Minneapolis. En ese proyecto, títeres de Karl Marx y Adam Smith tienen discusiones bastante graciosas sobre el capitalismo, comunismo, el mercado, y hasta Occupy Wall Street

Para esta obra, recuperó y amplió la escenografía que había creado para Baby Marx y trabajó con Cocolab, un colectivo multidisciplinario de proyectos artísticos, culturales y de entretenimiento basados en tecnología liderado por Alejandro Machorro, para desarrollar props e incorporar mappings y efectos especiales en la obra. Reyes había trabajado también con Cocolab para desarrollar toda la parte tecnologíca de Disarm.

La obra es una comedia de enredos de casi una hora, con chistes y romances, y con personajes como Mao Tse-tung, Frida Khalo, Diego Rivera, León Trotsky, Steve Jobs, Julian Assange en traje de ninja, Siqueiros, como artista psicótico y una versión vampiro de Joseph Stalin. Nos tomamos un café con Pedro Reyes en el Museo Jumex para hablar de la Revolución Permanente.

¿De qué se trata tu nuevo proyecto?

Este es un proyecto que empecé en Japón en el 2008. A los japoneses les propuse la idea bastante descabellada de hacer una especie de Plaza Sésamo “marxista”, que fuera lo opuesto a lo que es la televisión para niños, que en realidad a veces es bastante condescendiente y que incluso como que te condiciona un poco a vivir en una especie de capitalismo consumista.

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Quería hacer una especie de historia de las ideas políticas utilizando personajes que habían sido los padres fundadores del capitalismo y el socialismo, en este caso Adam Smith y Karl Marx como si fueran dos amigos que todo el tiempo se están peleando, como en El Gordo y El Flaco. Los primeros sketches que se hicieron en video estaban basados mucho en la dinámica entre esos dos personajes.

Para este proyecto en el Museo Jumex, quise contextualizar la evolución de la historia de las ideas políticas con el caso de México. Ya tenía yo personajes como Lenin y Stalin que representaban la revolución rusa, que si bien tenía su principio revolucionario en Lenin, se pervierte con el totalitarismo de Stalin, que termina matando a más gente que Hitler. Y también tengo grandes villanos capitalistas como Salim Rascagarra por ejemplo, que es un anagrama de la oligarquía mexicana, o tienes a Milton Friedman que es alguien que creo la doctrina neoliberal, que fue como el blueprint del salinato y sigue vigente hoy en día con la idea de que hay que privatizar las industrias públicas, o el agua, el aire, las telecomunicaciones, todo.

Entonces la obra presenta las virtudes y fallas de ambas doctrinas, sobre todo los riesgos que incurres cuando los llevas a un extremo, y en ese contexto de esa historia donde quería hacer una relación con México, pues surge el personaje de Trotsky. Trotsky había hecho la revolución rusa con Lenin y él escribe este libro que se llama La Revolución Permanente. Él se da cuenta de que existe un gran riesgo de que el socialismo se convierta en un régimen totalitario en donde todo el poder se concentre en las manos de un líder. Trotsky dice que la Revolución Permanente debe de ser un sistema donde los líderes estén rotando.

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Pero al final, la obra no es ni sobre Trotsky, ni sobre la Unión Soviética.

La historia se trata de una biblioteca que unos niños tratan de salvar de ser privatizada, la van a demoler para hacer una mega torre. Cuando escribimos la historia no sabíamos del Polyforum, pero es igualita, tal cual quieren tirar un espacio público para hacer una obra enorme.

Quisimos hacer una historia de ciencia ficción estilo Weird Science, así que en la obra, los niños tienen este microondas mágico donde meten libros y sale el autor. Los niños saben que el señor Rascagarra quiere comprar la biblioteca y tienen que conseguir millones de dólares, y por error creen que el libro “El Capital” de Karl Marx significa dinero, entonces lo meten al horno y sale Marx, y él les dice que nunca tuvo dinero y todos sus hijos se murieron de hambre. Luego traen a Adam Smith que escribió “La Riqueza de las Naciones” y les dice que se tienen que joder porque así es el mercado. Entonces ya en un acto desesperado deciden traer a Rivera y a Siqueiros para que pinten unos murales y que lo declaren patrimonio nacional y entonces no la demuelan.

Eso ha pasado en otras ocasiones como en el caso del Costco en Cuernavaca o el caso del Art Institute de Detroit que también lo iban a vender, pero tiene unos murales de Rivera y esos no los pueden quitar de las paredes y eso salvó el edificio.

Cortesía Fundación Jumex Arte Contemporáneo. Foto: Moritz Bernoully

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Además de los muralistas, Trotsky, Siqueiros, el Che Guevara y Stalin, aparecen también Steve Jobs y Julian Asange. ¿Cómo entran ellos en la historia?

Steve Jobs representa el capitalista que transformó la industria y el modo de vida, un poco el equivalente a Ford, pero en el siglo XXI, al reinventar la computadora personal, el smartphone y todo eso, y realmente rediseñó a la sociedad y la información. El hecho de que iTunes produzca más ganancias que todo el hardware que venden es un símbolo de cómo la información es privatizada, y que la información es capital.

En el internet, siempre tienes como esas dos tendencias: a los Jeff Bezos y los Zuckerbergs y luego tienes al güey de Napster, que es como su némesis. Pensamos, “¿quién va a ser el revolucionario de la batalla de Internet?” y dijimos Julian Assange. Al hacer Wikileaks, es alguien que dice que hay que hacer la información pública, sobretodo los secretos que denuncian los abusos de los gobiernos y las corporaciones. Por eso aparece Julian Assange. Es como llevar la misma batalla de Marx y Smith al siglo XXI.

Slavoj Žižek dijo que Julian Assange, realmente logró hacer lo que nunca habían logrado los socialistas, que era una especie de dictadura del proletariado, es decir, que el público tuviera el control de la información. Normalmente los gobiernos totalitarios tienen la CIA, o la GESTAPO o la KGB, o el NSA, pero al crear Wikileaks es como si la gente, cualquier persona, se volviera un poco como el “Spy of the people”, y ahí tienes a personas que hacen los “leaks”. Según Žižek, es una especie de versión moderna de lo que no lograron los socialistas, que era la dictadura del proletariado, que el pueblo realmente pudiera controlar a la industria.

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Y eso es un poquito algo de los temas que se tratan en la obra, pero todo es chiste, tras chiste, tras chiste. Cuando te lo cuentan a través de chistes como que lo asimilas de una forma más rápida.

¿Por qué contar la historia con títeres?

Yo creo que las marionetas son como el equivalente escénico a la caricatura política, que en México tiene un buen grado de sofisticación, en los periódicos siempre ha habido muy buenos caricaturistas. Y además hay figuras como Rius que hace Best Sellers pero desde una posición súper radical, totalmente marxista, y ha sido el gran divulgador de esas ideas políticas de izquierda. También creo que una producción exclusivamente de marionetas de esta escala hacía más de 50 años que no se hacía en México.

Cortesía Fundación Jumex Arte Contemporáneo. Foto: Moritz Bernoully

Además de los títeres, también incorporas algunos elementos de tecnología más moderna, como mappings y algunos efectos especiales desarrollados por Cocolab.

Hay un diseño de iluminación que surge a partir del mapping. De alguna forma lo que normalmente serían los efectos especiales en una producción de video, ahora lo puedes hacer en un contexto escénico en donde, por ejemplo, a un personaje le das un toque y tal cual salen rayos –utilizando diferentes proyectores– y con todo el “show control” que está computarizado, pues ya vuelves a tu escenario una gran instalación.

Cuando decías que es como tu versión de Plaza Sésamo pero Marxista, no significa que esta obra sea para niños, ¿o sí?

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No es para niños, pero es un poco como Los Simpson, donde tienes diferentes niveles de lectura. El chiste es que entiendan los niños, hay chistes que entienden los adultos, hay chistes que solo entienden los intelectuales. Pero al ver la obra, ya lo vuelves parte de tu cultura, lo asimilas. Entonces, también tiene una función pedagógica, porque es como si no tuviste tiempo de leer el libro, pues ves la película.

La intención es un poquito presentar estos personajes, y que cause la curiosidad para que luego vayas e investigues por tu cuenta.

Cortesía Fundación Jumex Arte Contemporáneo. Foto: Moritz Bernoully

La Revolución Permanente se estará presentando en el Museo Jumex del 18 de Mayo al 15 de junio de 2014. Más información aquí.