En honor a los mexicanos que trabajan en las cocinas neoyorquinas
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Comida

En honor a los mexicanos que trabajan en las cocinas neoyorquinas

Ante la adversidad de la victoria de Donald Trump, recordamos este proyecto de Alonso Gorozpe para ayudar a los talentosos cocineros mexicanos que trabajan en Estados Unidos.

La comida mexicana no solo está teniendo su momento en México, sino en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos.

Los inmigrantes mexicanos dominan las cocinas de los restaurantes desde California hasta Nueva York —aunque también hay muchos sudamericanos trabajando en la industria— y cada día vemos cómo un nuevo cocinero mexicano asciende el camino: deja el empleo que le dio un chef estadounidense y abre su propio restaurante.

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Fotos cortesía de Alonso.

Decir que estamos viviendo un momento emocionante en la historia mexicano-estadounidense en Estados Unidos sería reduccionista. Hay muchos factores a considerar. ¿Cómo afecta la reciente moda de la comida mexicana a la comunidad? ¿Acaso este éxito está alcanzando a los agricultores mexicanos? ¿Está ayudando a que los hijos del exitoso cocinero mexicano vayan a la universidad?

Intento abordar todos estos temas —entre muchos otros— en nuestra conferencia académica sobre comida mexicana en Nueva York, en el festival Sobremesa. En la cultura mexicana, sobremesa es la palabra que describe la charla que sucede sobre la mesa después de comer con amigos y seres queridos. Quiero llevar esta maravillosa tradición a Estados Unidos.

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Considero que la elección de alimentos es una herramienta política muy poderosa; todo lo que pongas en tu boca puede ser una declaración. La comida también es una forma efectiva de comunicar muchos de los problemas profundos que afectan a los inmigrantes mexicanos, especialmente en temporadas políticas como ésta. La comida —cuando se desglosa en sus variantes regionales— puede ser una forma de conformar tu identidad como inmigrante. Sin mencionar que la comida puede ser una herramienta poderosa para educar a alguien que nunca fue a la universidad. Por ejemplo, los cocineros mexicanos trabajando en un restaurante griego quizá sepan hablar un poco de griego y conozcan más acerca de la cultura griega que de su propia cultura mexicana. Este fenómeno puede aplicarse a los cocineros mexicanos trabajando en otro tipo de restaurantes. Me interesa en qué se convertirá ese conocimiento en la vida del cocinero.

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Empecé a considerar con más profundidad el papel que juega la comida para los inmigrantes después de un encuentro con un cocinero mexicano en una estación de metro. Estaba hablando con él y me dijo que se había mudado acá para perseguir su pasión por el boxeo. Sin embargo, para ganarse la vida, trabaja en un restaurante italiano. Así que, ¡este hombre hace espagueti en el día y es un boxeador casi profesional por la noche! Me contó que quiere abrir su propio restaurante y gimnasio un día. Son historias como ésa las que me inspiran a seguir cuestionando y buscando más historias interesantes. Me altera mucho la mente pensar qué obliga a alguien a cruzar el desierto y arriesgar su vida para vivir aquí.

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¿Qué sueños, específicamente, estaban persiguiendo? Pensar en las posibilidades infinitas me da energía. Sea lo que sea, provoca que trabajen incansablemente para alcanzar esos sueños. Todos los mexicanos que he conocido en Estados Unidos trabajan extremadamente duro y son muy ambiciosos, trabajando en varios trabajos a la vez. Pregúntale a cualquier chef de Estados Unidos y te dirá exactamente lo mismo. Opino que todo esto se debe a la cultura gastronómica tan fuerte que hay en México. Ya que México no está tan globalizado como otros países, muchos de estos cocineros crecieron comiendo comida casera. En muchos casos, probablemente era un pollo recién sacrificado y frijoles que acaban de ser cosechados. Por consiguiente conocen la buena comida y también saben cocinar buena comida, sin importar la cocina.

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Mi meta es despertar a estas bondadosas personas y mostrarles lo increíblemente talentosas que son. Hay mucho talento desaprovechado. Muchas veces, estos cocineros tienen miedo de tomar riesgos.

Solo quiero ayudarlos y decirles que pueden lograrlo, sea lo que sea.

Como fue contado a Javier Cabral.

Alonso Gorozpe es un artista, activista y empresario mexicano. Actualmente trabaja en el Festival Sobremesa en Nueva York que se celebra este viernes 20 de mayo en conjunto con el Jaime Lucero Mexican Studies Institute en CUNY. Para más información, revisa el sitio web del evento.

Este artículo fue publicado originalmente en mayo de 2016.