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La luz al final del túnel para los Braves de Atlanta

Los Braves tienen un equipo con más futuro que presente, pero ¿será este el año en que rompan la racha de años seguidos sin ganar una serie en playoffs?
Brad Penner-USA TODAY Sports

Por 14 temporadas en forma consecutiva entre 1991 y 2005, los Braves de Atlanta ganaron su división. Probablemente nunca lo vuelvan a hacer. Pero los Braves tienen una racha que es aun más larga que su dinastía divisional. El 12 de octubre de 2001, podría no ser una fecha que relaciones con algo, pero marca la última vez que los Braves ganaron una serie de postemporada.

La sequía no es la única razón por la que los Braves estén entrando a la temporada en una urgencia por completar su reconstrucción de años, pero sí es una de las principales. La otra razón es su nuevo parque de pelota. Los Braves se han mudado de un estadio perfectamente bueno en la ciudad, a un estadio perfectamente bueno (y superfluo) en los suburbios.

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Aunque el SunTrust Park y el área circundante de Batter en el condado Cobb sean lugares lindos, será muy difícil convencer a los aficionados de lidiar con el inclemente tráfico local solo para ver a un equipo que batalle para ganar 70 juegos. Es por eso que los Braves tomaron la decisión de construir un equipo en 2017 que pueda ser un poco mejor que eso, y pueda dar algo de valor de entretenimiento con una mezcla de rostros familiares, estrellas emergentes y prospectos prometedores.

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Es raro escuchar que un equipo deportivo profesional quiera simplemente ser respetable. Es algo raro para una franquicia que alguna vez fue el modelo de victorias de forma sostenida, pero ahí es justamente donde están los Braves en 2017.

El equipo cumplió su promesa de aumentar la nómina en la temporada muerta al gastar algo de dinero en un par de lanzadores experimentados, aunque ya con canas. Es difícil imaginar que los aficionados de los Braves vayan a cruzar toda la ciudad para ver a Bartolo Colón o a R.A. Dickey, un par de lanzadores que flotan rectas de 89 millas y lanzan bolas de nudillos.

Colón y Dickey han sido notablemente durables en las etapas recientes de sus carreras, y llegan en contratos de un año para hacer lo que han sido especialmente buenos haciendo las últimas campañas: consumir innings. R.A. Dickey ha lanzado por lo menos 160 innings en cada una de las últimas siete temporadas, incluyendo cinco temporadas seguidas con 200 innings o más entre 2011 y 2015. Colón tiene cuatro temporadas consecutivas de 190 innings lanzados.

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Esto es importante porque los Braves tuvieron que recurrir a 16 diferentes abridores el año pasado. Un equipo como los Dodgers de Los Angeles, construido para tener profundidad, y que tuvo 15 abridores diferentes el año pasado, puede absorber eso. No un equipo en reconstrucción como los Braves, quienes tuvieron que mandar a la loma como abridor al "artista antes conocido" como Fausto Carmona en 2016. Colón y Dickey aliviaron algo de la presión en el renacido Julio Teherán, el talentoso derecho Mike Foltynewicz y el mexicano Jaime García, quien busca regresar a su antigua buena forma luego de una complicada segunda mitad de 2017. Los Braves no tendrán una rotación de élite, pero tampoco será la peor.

El gerente general de los Braves, John Coppolella, dijo alguna vez que se cortaría un brazo antes de cambiar a Freddie Freeman. Foto: Aaron Doster-USA TODAY Sports

Una rotación más sólida ayudaría a aliviar presión a lo que podría ser un buen bullpen. Jim Johnson viene del mejor año de su carrera, según fWAR, que lo tuvo con un WAR de 1.4 luego de tener una efectividad de 3.06 y un 2.71 de FIP con 20 salvamentos. La actuación le valió un contrato de dos años, e irá a la temporada como cerrador. Mientras Johnson sea el cerrador, Arodys Vizcaíno será el preparador. Si Vizcaíno puede sobreponerse a las lesiones que parecieron aquejarlos en momentos inoportunos la temporada pasada, bien podría ganarse el puesto de cerrador. Es ahí donde aparece también Mauricio Cabrera, el poderoso derecho cuya recta de cuatro costuras y sinker están medidos en más 100 millas por hora según Pitchf/x. Por supuesto, la preocupación con los lanzadores que tienen ese tipo de velocidad es que quizás su recta no caiga donde debe de caer. Si puede dominar su control, los Braves tendrán una gran arma saliendo desde el bullpen esta temporada.

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En cuanto a los jugadores de posición, los Braves ya tienen intacto el esqueleto de lo que podría ser un buen equipo en el futuro cercano. Naturalmente, tienes que comenzar con Freddie Freeman. Al evitar prestarle mucha atención a un equipo de más de 90 derrotas en 2016, puedes haber pasado de largo el hecho de que según fWar, Freeman es el mejor primera base del beisbol. El 2016 de Freeman bien podría ser el mejor año en la carrera de alguien, pero apenas tiene 27 años. Los números, mejores y con más poder (.569 de slugging, .267 de poder aislado, y 34 cuadrangulares, todos máximos en su carrera) pueden ser la nueva normal, pues los Braves se mudan a un parque que parece hecho a la medida de sus fortalezas. El gerente general de los Braves, John Coppolella, dijo una vez que se cortaría su brazo derecho antes de cambiarlo. Si Freeman sigue bateando a este ritmo, entonces Coppolella conservará intactos ambos brazos en el futuro cercano.

El futuro próximo parece brillante para los Braves, gracias a Dansby Swanson. Swanson es la joya de la corona que los Braves le sacaron a los Diamondbacks en el cambio por Shelby Miller. Los Braves tuvieron suerte que no perdiera su estatus de novato en 2016, lo que significa que su candidatura para el Novato del Año debería generarle atención este año a un equipo que la necesita.

La otra joya que recientemente ganó un Guante de Oro por su despliegue en el jardín central en 2016, es Ender Inciarte quien hará sentir muy cómodos a los Braves por su defensa. Tendrá que esmerarse en la cobertura pues estará flanqueado por Nick Markakis en el jardín derecho, cuyo rendimiento es consistentemente poco memorable, además de Matt Kemp en el izquierdo. Kemp ha reducido algo del peso que ganó en San Diego, en un esfuerzo por regresar a la forma que lo convirtió en estrella en Los Angeles. El bat sigue estando ahí, y los Bravos tuvieron un buen repunte ofensivo en el último tramo de la temporada luego de haberlo contratado, pero la principal duda con Kemp es si podrá aportar también con el guante. Sin embargo, su bate es demasiado bueno como para dejarlo fuera del lineup, así que los contribuyentes del condado de Cobb deberán esperar 30 o más cuadrangulares de Kemp en el parque de pelota del cual están financiando la mayor parte.

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Matt Kemp aún puede batear. Foto: Kim Klement-USA TODAY Sports.

Si los Braves tienen todas estas cualidades, ¿qué es lo que los priva de convertir su primera temporada en el nuevo estadio en un año de postemporada? Más allá del hecho de que su división ya tiene a dos contendientes claros con mejores posibilidades como los Nationals de Washington y los Mets de Nueva York, el lineup de Atlanta sigue teniendo interrogantes importantes en cuanto a producción.

La combinación de Kurt Suzuki y Tyler Flowers en la receptoría provocará un incendio. Adonis García ha hecho un gran trabajo superando las expectativas al llegar a las Grandes Ligas, pero probablemente alcanzó su pico como un jugador que es consistentemente por debajo del promedio. Brandon Phillips sigue siendo un defensor capaz en la segunda base, pero si su resurgimiento al final de la temporada resulta ser flor de un día, entonces solo mantendrá tibia la segunda base para el inevitable llamado de Ozzie Albies. Hablando de resurgimientos, sigue habiendo buenas razones para creer que la mejoría ofensiva del año pasado en la segunda mitad de la temporada fue simplemente un milagro. Si ese resulta el caso, entonces este equipo terminará más cerca de las 90 derrotas, que de las 80 victorias.

No. Probablemente no serán un equipo que juegue arriba de .500 en 2017, pero este equipo puede ser un puente hacia el futuro en el que los Braves volverán a ganar de forma sostenida. Hay futuro con prospectos como Albies, Austin Riley, Sean Newcomb y Max Fried junto a Freeman, Inciarte, Teherán y un más maduro Swanson para convertir al SunTrust Park en la sede de la nueva hegemonía de la franquicia.

La sequía de 15 años sin ganar una serie en postemporada seguramente se extenderá un año más, pero no esperen que dure más allá de eso.