La gente que dice groserías es más propensa a ser honesta: estudio
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La gente que dice groserías es más propensa a ser honesta: estudio

Es la maldita verdad.

Este artículo apareció originalmente en VICE Canadá.

Hay que admitirlo: todos decimos groserías. Algunos más que otros. Si bien es mal visto ser soez y malhablado en público, la ciencia nos dice que la gente que maldice mucho en realidad podría ser más honesta y digna de confianza que aquellos que prefieren usar un vocabulario conservador.

De acuerdo con un estudio conjunto (titulado "Frankly, We Do Give a Damn" ("Honestamente, sí nos importa") —publicado este mes por la Universidad de Cambridge, la Universidad de Stanford, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong y la Universidad de Maastrich— decir groserías, tanto en línea como en la vida real, está fuertemente asociado con la honestidad porque las personas honestas son emotivas, y la gente emotiva maldice.

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"Hay dos perspectivas contradictorias con respecto a la relación entre maldecir y ser deshonesto: estas dos formas de comportamiento que violan las normas comparten causas comunes y se considera con frecuencia que están relacionadas entre sí de manera positiva", señala el estudio.

"Por otra parte, sin embargo, las malas palabras se utilizan a menudo para expresar sentimientos genuinos, y por lo tanto, podría estar relacionado negativamente con la deshonestidad".

Los científicos analizaron su investigación de tres maneras diferentes. En primer lugar, compararon el comportamiento deshonesto con la actividad de decir malas palabras en un ambiente de laboratorio. Les pidieron a los 276 participantes que describieran sus hábitos de maldecir y que escribieran las groserías que les gusta usar, las groserías que sienten que no pueden decir pero que les gusta usar en privado, y cómo usan distintas groserías en entornos diferentes.

Los investigadores luego compararon esos resultados con otro cuestionario, en el que les preguntaron a los participantes sobre diferentes escenarios éticos y cómo manejarlos. Por ejemplo, "Si dices que vas a hacer algo, ¿siempre cumples tu promesa, sin importar lo inconveniente que pueda resultar?".

Contrario a la creencia popular, los investigadores encontraron que quienes eran más liberales con el uso de groserías y la frecuencia con la que las usan eran mucho más consistentes a la hora de mantener la honestidad con otras personas y rara vez mentían para escapar de situaciones difíciles.

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La segunda prueba analizó el uso de malas palabras de las personas en Facebook en comparación con su comportamiento real en privado. Esto se logró (con astucia, si me preguntan) mediante el uso de una aplicación de Facebook llamada myPersonality en la que los usuarios se sometieron voluntariamente a una prueba de personalidad y les dieron a los investigadores acceso a sus perfiles/respuestas a analizar. Un total de 153,716 participantes fueron reclutados a través de la aplicación, pero sólo se pudieron utilizar los resultados de 73,789.

En esta prueba, los investigadores encontraron que los participantes que decían menos groserías tenían un porcentaje más alto de estados considerados como "deshonestos". El algoritmo utilizado para lograr esto —el sistema de Investigación Lingüística y Conteo de Palabras (LIWC, por sus siglas en inglés)— es un poco complejo, pero básicamente se usó para analizar la lingüística de las declaraciones construidas artificialmente en internet.

"La explicación fue que las personas deshonestas intentan inconscientemente (1) disociarse de la mentira y por lo tanto abstenerse de referirse a sí mismos; (2) prefieren el lenguaje concreto sobre el abstracto cuando se refieren a otros (usar el nombre de alguien en lugar de "él" o "ella"); (3) son propensos a sentirse mal por mentir y por lo tanto expresan sentimientos más negativos; y (4) requieren más recursos mentales para encubrir la mentira y por lo tanto terminan usando un lenguaje menos exigente cognitivamente, que se caracteriza por una menor frecuencia de palabras exclusivas y una mayor frecuencia de verbos de movimiento", indica el informe.

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¿Qué significa eso? Bueno, la investigación sugiere que las personas deshonestas se abstienen de usar "Yo", "Me", "Él", o "Ella", y más frecuentemente usan los nombres completos de la gente cuando hablan de asuntos o eventos. Esto es, de acuerdo con 15 años de ciencia, un esfuerzo para volver impersonales las emociones de la persona que miente en la declaración misma. Una persona honesta, por otra parte, podría dejar que las palabras vuelen a la hora de contar algo, muchas veces usando groserías en el proceso.

La prueba final examinó los datos de los estados estadounidenses que comparaban la integridad con el uso de malas palabras. En general, los estados con un nivel más alto de uso de groserías se clasificaron más alto en la escala de integridad, con Florida, California y Iowa a la cabera de la lista de los estados más confiables.

En última instancia, los investigadores fueron capaces de evaluar que decir groserías con mayor frecuencia era indicativo de ser más honesto. Aún así, también señalan que por honesto se referían a ser una persona buena. Por ejemplo, el estudio señala que muchas veces la gente dice malas palabras porque están enojados. El contexto en el que uno maldice es incierto, todo lo que significa es que es probable que la persona que lo hace está diciéndote la verdad sobre cómo se siente.

Que tengan un buen pinche día.

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