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la caída del imperio ruso

Hablamos con el reportero que dio a conocer el escándalo más grande de dopaje en el deporte

Hajo Seppelt, el documentalista cuya obra expone el enorme escándalo de dopaje ruso, nos cuenta cómo un hombre con determinación puede ser capaz de poner de rodillas el deporte de un gigante como Rusia.
MAXIM SHIPENKOV, EPA

El pasado diciembre, el periodista de investigación alemán Hajo Seppelt sacó a la luz la que podría ser una de las historias más grandes de la década en el deporte, un escándalo que podría convertirse en el golpe más duro que jamás haya encajado el atletismo. En su documental Dopaje Top-Secret: Cómo Rusia crea a sus Campeones —estrenado en la cadena alemana ARD el año pasado—, Seppelt usa el testimonio de cómplices, vídeos grabados en secreto, y montañas de documentos filtrados para desenredar meticulosamente una vasta conspiración de dopaje en el atletismo ruso.

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La pieza, en resumen, demuestra que la gran mayoría de los atletas rusos de alto rendimiento de atletismo se dopó… y lo que es peor, que la Federación rusa y el órgano antidopaje han sido cómplices, cubriendo toda esta trama durante años.

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Después del estreno de Dopaje Top-Secret, la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) inició una investigación independiente en torno a las pruebas del documental. Hace unos días, la WADA publicó un informe donde se revela que la profundidad del escándalo va más allá de lo que sucede en Rusia.

A resultas del documental y de la posterior investigación oficial, la policía francesa hizo una redada en las oficinas centrales de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (la IAAF, el órgano rector del atletismo global), que podría estar involucrada en el escándalo ruso.

Acto seguido a la publicación de su informe, la WADA suspendió de forma inmediata el laboratorio ruso antidopaje y pidió que la IAAF suspendiera a la Federación rusa de atletismo de toda competición.

Como podéis imaginaros, después de desenterrar una historia de esta magnitud, Seppelt no tiene mucho tiempo para hablar, pero tuvo la deferencia de recibirme el pasado miércoles. Aproveché la ocasión para preguntarle por los orígenes de su documental, por la libertad de la que goza para investigar gracias a los medios alemanes y por lo que él considera que puede ocurrir a medio plazo.

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¡Hola Hajo! Primero de todo, gracias por recibirnos. Dinos,**** *¿cómo surgió la idea del documental? ¿Cuándo cristalizó toda la idea?*

Todo sucedió en 2014, o tal vez a finales de 2013, cuando estaba considerando hacer una investigación sobre Rusia porque había sido la sede de las Olimpiadas de invierno en Sochi. En general me dedico precisamente a investigar sobre el dopaje; en la cadena alemana ARD-WDR contamos con un departamento dedicado específicamente a esto en Colonia. Sencillamente pensamos que valdría la pena echar un vistazo al contexto de una de la naciones más exitosas en el deporte a nivel global.

Empezamos realizando una investigación en Sochi sobre el gas xenón. Tal vez hayáis oído hablar de esa historia: Rusia lo utilizó y tiempo después los científicos confirmaron que se trataba de una sustancia potencialmente efectiva para dopar a los atletas. Algunos personajes importantes supieron de nuestras investigaciones y me pusieron en contacto con otras personas que me podían interesar: entre ellas estaban Vitali y Yuliya Stepanova. Quizás se trate de los cómplices más impresionantes en la historia del deporte.

Desde el principio me ofrecieron un montón de pruebas sobre el dopaje y el abuso de drogas sistemático en Rusia con vídeos, áudios y material diverso.

Vadim Zelichenok, el presidente de la Federación de Atletas Rusos. Foto de Maxim Shemetov, Reuters.

¿Existe todo un departamento de dopaje en la ARD?

Así es. Hay un departamento dedicado al dopaje y otro a la investigación deportiva en general en Colonia.

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¿Y es muy grande?

No, pero sí que es muy eficiente. Es parte del departamento de deportes, que cuenta con una buena infraestructura. Tenemos un buen presupuesto anual, así que tengo permiso de hacer investigaciones por todo el mundo. Viajo y me dedico al tema a jornada completa. Hay otros que trabajan a media jornada, y también tenemos a unos cuantos editores. Es una estructura que no solo nos permite cubrir eventos deportivos en directo, sino también realizar investigaciones más profundas.

Me da la sensación que en Alemania hay una especial sensibilidad hacia las historias de dopaje… al menos, mucho más que en EEUU, por ejemplo. ¿Por qué os fascina especialmente este tema?

Yo no lo llamaría fascinación, más bien interés. ¡Vivimos en el país de Goethe! [ríe]. Y sí, tal vez suene un poco gracioso, pero te digo que los alemanes son un poco diferentes a los demás. Muchas veces discutimos sobre cosas que a lo mejor no se tocan en otros países. No solo hablo de dopaje; también tenemos muchos problemas en este país, y en general se genera lo que yo llamo una estructura democrática de discusión. La gente está interesada, de diferentes maneras, en un nivel educado de discusión. Por eso a veces hablamos de contextos psicológicos, económicos y deportivos probablemente con más frecuencia que otros países.

Sede central de los estudios de la cadena alemana ARD en Berlín. Imagen vía WikiMedia Commons.

Es por ello que la gente se interesa en el dopaje. Tenemos una televisión pública similar a la BBC; eso significa que todo aquel que tiene una TV en Alemania tiene que pagar una cuota mensual [Nota: dicho impuesto público suele ser elevado. Una televisión con unas condiciones mínimas puede valer unos 200 euros al año]. En Europa, la gente confía más en las instituciones públicas, así que acepta mejor este tipo de impuestos.

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¿Qué hay del dopaje en Alemania del Este durante la era soviética? ¿Acaso permanece en la conciencia pública y, tal vez, sirva para que los alemanes se interesen en este tema?

Creo que mucha gente cree que [lo que sucedió en Alemania del Este] fue un crimen, y se tiene como algo inaceptable porque se administraron drogas a menores. Es totalmente inadmisible y los alemanes en general son muy conscientes de ello. Además, hay muchas discusiones sobre el abuso de las drogas en general. Personalmente, cubrí los juicios por dopaje en la Alemania del Este en los años 90; ese fue el comienzo de mi carrera como periodista de dopaje. Sí, este es un problema relevante en Alemania.

El escándalo del dopaje en la Alemania del Este quedó especialmente bien retratado en un documental de 2008 de la cadena PBS llamado 'Doping for Gold', que os ofrecemos aquí arriba. Desgraciadamente, los subtítulos solo están disponibles en inglés.

¿Te sorprendiste por el impacto que tuvo tu documental?

Pues la verdad es que sí. Llevo trabajando en periodismo más de 30 años y es la primera vez en mi vida que he detectado una reacción así. El lunes no podía creer que nuestro trabajo —no solo el mío, sino también de todo el departamento— fuera tan importante para una investigación a nivel mundial. Así que obviamente es una contribución muy apreciada en la batalla contra el dopaje.

De algún modo, el reportaje nos hizo tomar consciencia de que los métodos antidopajeclásicos y estandarizados no son tan efectivos y eficientes como tener cómplices —y periodismo de investigación—. Como siempre digo, las organizaciones deportivas no deberían estar a cargo de los controles de dopaje, porque hay muchísimos conflictos de interés. Obviamente no funciona. En este caso en particular podemos ver que la IAAF misma estaba involucrada mediante su ex presidente Lamine Diack y su familia.

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¿Qué esperas que suceda ahora, después de la publicación del informe de la WADA?

Honestamente, no espero nada porque soy periodista. Pero si me preguntas mi opinión, diría que lo mejor sería vetar a Rusia, o, mínimo, a los deportes rusos, de los Juegos Olímpicos del año próximo: de otra manera no aprenderán la lección. Es lo que se debería hacer. Hay que cambiar por completo la mentalidad y la estructura, la gente, la transparencia del sistema. Si no, no servirá de nada.

Es muy complicado, además, porque hay que cambiar la mentalidad de gente en las regiones más remotas del país más grande del mundo. No es tan fácil como podríamos imaginar. El problema no solo es Moscú, es toda Rusia, así que tomará tiempo. Ya digo; creo que los rusos deberían quedarse en casa el próximo año y no ir a las Olimpiadas.

La Federación de Atletismo rusa ha sido suspendida por la WADA. Foto de Maxim Shipenkov, EPA.

¿Tienes fe en que se produzca una sanción?

Bueno, no estoy demasiado convencido. VTB, un banco estatal ruso, es el principal patrocinador de la IAAF. El presidente de la IAAF Sebastian Coe siempre fue amable con los rusos, al menos hasta el pasado lunes; el presidente de la WADA también fue muy gentil con ellos. Así que no sé si sucederá. Hay que considerar que se trata de una batalla real y seria, no solo contra el deporte ruso sino también contra toda la nación. Puede verse como un ataque a Vladímir Putin: no debemos olvidarlo.

Puedo imaginarme que suspenderán a Rusia por unos meses, pero creo que los dejarán competir en las Olimpiadas de 2016 si cumplen al menos una de las condiciones. A mí me parece insuficiente, pero qué le vamos a hacer…

[Nota del editor: El día después de mi conversación con Seppelt, el presidente Vladímir Putin ordenó una investigación "abierta" sobre el dopaje en el deporte ruso. De momento, la IAAF ha suspendido temporalmente a la federación de atletismo rusa. Igual que Seppelt, muchos expertos creen que la federación será restituida para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del próximo verano].

Sigue al autor en Twitter: @BKBlick