Las luces y las sombras de Bernie Ecclestone al frente de la Fórmula 1
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Las luces y las sombras de Bernie Ecclestone al frente de la Fórmula 1

Un hombre de claroscuros deja la F1 tras cuatro décadas de puño de hierro

Con el anuncio de la salida de Bernie Ecclestone como CEO de la Fórmula 1, se cerró una de las épocas más importantes en la historia del deporte motor. Hombre de claroscuros, Bernie llevó primero su bolsillo a otro nivel, y de paso se llevó a toda la Fórmula 1 hacia nuevas alturas.

La Fórmula 1 fue vendida a Liberty Media en más de 8 mil millones de dólares, y una de las primeras acciones del nuevo propietario al completar la venta fue remover a Bernie de la dirección buscando devolverle la frescura perdida a la serie.

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1. De mecánicos a millonarios

En la década de los 60, los equipos de la Fórmula 1 seguían siendo, primordialmente, talleres de mecánica avanzada. Los tomadores de decisiones eran hombres de overol, grasientos, que sabían mucho de mecánica y carreras, pero que tenían mucho que aprender de un negocio que pretendía ser global.

Bernie Ecclestone fue el visionario que anticipó que la serie podia llevarse a terrenos más corporativos y menos aficionado. Que podia ser un verdadero negocio. Puede decirse que Ecclestone, aun con puño de hierro, llevó a la Fórmula 1 a otro nivel.

2. La televisión

El gran golpe de poder de Bernie llegó con la televisión. Ecclestone había comprado el equipo Brabham en 1972, con lo que se ganó el acceso a la FOCA, el grupo que representaba a los equipos, y Bernie pidió que fuera él quien negociara el contrato para los derechos de la televisión de la serie. Antes, los contratos se hacían carrera por carrera.

Ecclestone convenció a la televisión de que comprara la F1 en paquete, y no carrera a carrera. Con ello, pensaba, la serie aseguraría su exposición a un público más amplio. No era paso sin huarache. Ecclestone negociaba los derechos, y luego él entregaba pagos anuales a los equipos. El resto, se lo quedaba él.

3. El acaparamiento

El negocio le salió redondo a Ecclestone, y buscó cerrar la pinza sobre todo lo que implicara dinero en la F1. A mediados de los 90, la compañía de Bernie tomó control de los derechos de la serie y dejó a FOCA a la deriva.

Después, en el 2000, Ecclestone dio otro golpe. Se quedó con los derechos comerciales de la F1 hasta el año 2110 por una cifra de 360 millones de dólares. Una auténtica baratija, si se compara con los cerca de 1,500 millones de dólares que generó la F1 en ganancias globales, solo en 2011.

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En 2008, Flavio Briatore, ex director de equipos como Benetton y Renault, esbozó una idea de la tajada del pastel que Bernie se llevaba al bolsillo. "Hoy en día, Ecclestone se lleva el 50% de todas las ganancias, pero nosotros tenemos reducer nuestros costos en 50%".

Se calcula que la fortuna de Bernie Ecclestone ronda los 3,100 millones de dólares, según Forbes

5. Un personaje autoritario

A pesar de su corta estatura, 1.59m, Bernie Ecclestone impone. Se ha ganado la reputación de ser un férreo negociador, con una personalidad impositiva. Rara vez se movía una hoja en la F1 sin que Bernie lo supiera o lo aprobara. Se convirtió en el dueño de la Fórmula 1, y aunque pilotos y equipos eran los protagonistas, era Bernie quien dictaba las condiciones.

Bernie se regocija en su aura de villano. Se le acusa de las cosas más inverosímiles, como por ejemplo, haber participado en el robo millonario de un tren en Inglaterra en 1963. Ecclestone nunca lo ha confirmado, pero tampoco lo ha negado. Al contrario, juega con la respuesta cada que le preguntan dejando siempre un rastro de misterio. Cuando Tom Bower investigaba la vida de Bernie para escribir su biografía, se acercó con el personaje para entrevistarlo. Ecclestone accedió y cooperó para hacer el libro. Cuando Bower le advirtió que publicaría cualquier evidencia negativa sobre Bernie que encontrara en su investigación, Bernie respondió sin inmutarse: "Tom, no soy un angel".

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El hombre que inventó la Fórmula 1, como lo bautizó el mismo Tom Bower para darle título a su libro, lucró con esa mala reputación para infundir miedo en las personas con las que negociaba o a las que les pretendía imponer su punto de vista.

"No amenaces, solo actúa", es una de las frases que se le atribuyen a Bernie, y que buscan describir fielmente la temeridad del hombre que tantas veces puso en práctica ese aforismo.

6. Le robó el corazón a la F1

Bajo la dirección de Bernie Ecclestone, la Fórmula 1 creció en glamour. Le quitó el halo de los greñudos románticos que morían quemados en las pistas, y lo convirtió en un sinónimo de tecnología avanzada, seguridad y elegancia. Los coches lucen impecables en su pintura y su publicidad. Y la seguridad entró en el mejor momento de su historia desde la muerte de Ayrton Senna en 1994, pues desde entonces solo un piloto, Jules Bianchi, ha fallecido en la pista.

Ese cambio fue crucial. En aras de la seguridad, las pistas se comenzaron a diseñar con grandes zonas de escape en sus curvas para darle una salida a los pilotos que antes terminaban impactados en los muros ante el más mínimo error. Se le quitó potencia a los motores, en el mismo afán de hacerlos más seguros. Se entró en la era en que se privilegiaba la aerodinámica sobre el motor. Los rebases se robotizaron, contenidos por las reglas, y ahora los duelos llanta con llanta a menudo terminan en investigación de los comisarios buscando penalizaciones.

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La Fórmula 1 expandió su calendario y viajó por el mundo. No tuvo empacho en hacer a un lado a los equipos clásicos que no lograban costear su estancia en la nueva Fórmula 1, y le dio paso a equipos con un aire más corporativo. Lo mismo pasó con varias de las pistas clásicas que salieron del calendario, para llevar a la maxima categoría a viajar por el mundo llegando al Medio Oriente, a Asia, y devolviendo al calendario países como México o Estados Unidos, con autódromos nuevos o modernizados casi a la medida.

7. No se adaptó a las nuevas generaciones

A menudo se le escuchó a Bernie desdeñar las redes sociales. Regañó a Lewis Hamilton por utilizer demasiado su Snapchat en los fines de semana de carrera, y ordenó que la F1 persiguiera con furia para bajar todas las escenas de video no oficiales que aparecieran en Facebook, Twitter, You Tube y demás.

8. Ideas alocadas

Desde su posición autoritaria, Bernie Ecclestone, acostumbraba salirse con la suya con ideas que terminaban en fiasco. Por ejemplo, el sistema de calificación por eliminación que solo duró una carrera ante los reclamos generalizados. La misma aversion encontró su idea de entregar puntos dobles en la última carrera del campeonato.

9. El vaso se derramó

A pesar de los innegables aportes de Bernie Ecclestone a la Fórmula 1, siempre permeó en el ambiente la sensación de que, siempre, el primer beneficiado era el propio Bernie, quien pasó de ser un luchón dueño de equipo a un multimillonario, a costa de los equipos que se jugaban la vida en la pista. Esos matices son los que impiden ver, por ahora, el legado de Bernie Ecclestone en su justa dimensión.

El rumbo premeditado que tomó la F1 hacia un deporte más seguro, con menos acción y mayor monotonía, terminó por orillarlo a la venta y con ello a su salida. Las nuevas reglas para 2017 buscan devolver la F1 a los tiempos clásicos, tanto en el aspecto del auto, como en la acción en la pista.