Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:Más o menos todo el mundo ha probado el tenis alguna vez. Tú también, ¿verdad? Seguramente lo hayas probado —igual que nosotros— en un complejo con tres o cuatro pistas puestas una junto a la otra, con decenas de jugadores intentando imitar a Roger Federer con escaso éxito.Quizás la masificación de tenistas, de hecho, te haya resultado molesta, y quizás por ello hayas decidido dejar el tenis y dedicarte a un deporte más sencillo como, qué sé yo, el korfball o el curling. Es normal, te comprendemos, pero… ¿hubieses dicho lo mismo si, en vez de en una cancha cualquiera de pueblo, hubieras dado tus primeros pasos en el tenis en una de estas pistas espectaculares?Suiza es conocida por su maravilloso invierno y su profusión de pistas de esquí. Sin embargo, en el país del chocolate y los relojes de cuco también hay unos meses —pocos, para qué engañarnos— en los que las montañas no están cubiertas de nieve… y claro, la gente del país debe estirar un poco las piernas. ¿Qué hacer, si no esquiar? ¿Trekking? Por favor, no nos hagas reír.Si te pasas el verano en un lujoso yate navegando por el Mediterráneo… bueno, te montas bien la vida, está claro. Si en un momento dado pasas por la costa napolitana y quieres pelotear un poco, en un lujoso hotel de la localidad de Positano tendrás la oportunidad de hacerlo a pie de playa.A pocos quilómetros de las instalaciones de Roland Garros se encuentra La Cavalerie, una pista única construida con más de 1 400 piezas de madera que amortiguan los gritos de sufrimiento cuando juegas. La pista, eso sí, está situada encima de un concesionario de coches; de coches Aston Martin, concretamente.Ibiza es muy conocida en el mundo entero como destino turístico… pero no precisamente para ir a hacer deporte. En cualquier caso, entre fiesta y fiesta uno tiene que hacer circular la sangre de alguna forma y quemar toxinas; el hotel Ibiza Rocks House ofrece la posibilidad de hacerlo con un partidito de tenis… aunque cuidado con los colores de la pista, porque viéndolos puedes creer que aún corre por tu cuerpo lo que tomaste en la fiesta del día anterior.El principal objetivo en esta pista en la arenisca de Arizona es evitar golpear la pelota con demasiada fuerza, porque si el esférico acaba en un agujero de la ladera de la montaña… bueno, mejor pensar en comprarse otra.Otra pistas en la que tienes que vigilar tu fuerza: si golpeas la pelota demasiado fuerte, puede que termine dándole en la cabeza a alguna de las cebras o jirafas que corren por allí. Eso sí, si ves un león olvídate de tu raqueta último modelo y empieza a correr con tus inmaculadas zapatillas: probablemente no te servirá de nada, pero al menos habrás amortizado su precio.Imagina que estás en Los Angeles, cansado de tanto follón, de tantos coches, de tanto ruido: ¿qué mejor que irte a despejar un poco peloteando en la cima de la ciudad? La pista Infinity te garantiza precisamente esta experiencia… a un módico precio, como te podrás imaginar.Y te preguntarás: ¿qué narices pinta una pista de tenis en un paraje como este? No preguntes: solo disfruta… pero eso sí, llévate algo de comida y bebida, porque en este lugar de nombre impronunciable es difícil que encuentres un Mercadona abierto.
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Gstaad Palace, Gstaad, Suiza
Il San Pietro di Positano, Positano, Italia
Tenis de la Cavalerie, París, Francia
Ibiza Rocks House, Ibiza, España
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