Foto vía sitio oficial de San Lorenzo
Faltaban cinco minutos para que San Lorenzo se despidiera de la Copa Liberadores —competición que hizo suya en el ahora lejano 2014— ante la U. Católica de Chile. El empate a un gol por bando servía sólo para rescatar el orgullo del Ciclón, pero no para seguir vivo en el torneo de América. Con cinco minutos en el reloj, Diego Aguirre se jugó su suerte y la de su equipo sustituyendo a Fernando Belluschi por el canterano Nahuel Barrios, adolescente de apenas 18 años y quien debutaría en el circuito profesional. Un sueño realizado que el diminuto jugador jamás imaginó.A la joya de San Lorenzo le bastó un minuto para revertir el marcador y meter a San Lorenzo de nuevo en la competición. A pesar de su corta estatura —1.56 metros— Barrios anotó el tanto de la victoria de cabeza, despertando en la memoria del espectador aquel genial gol de Lio Messi en la final de la Champions League de 2009 ante el Manchester United.
"Estoy soñando despierto", contestó Barrios durante la entrevista al final del cotejo luego de que el reportero describiera su actuación en el campo como "la noche perfecta". "No lo puedo creer, no lo puedo creer, todavía no caigo en este momento que estoy [viviendo]", continuó el joven atacante mientras recibía el premio el jugador más valioso del partido. Se dice que el Ciclón consideró en algún momento de la carrera de Barrios someterlo a un tratamiento de hormonas similar al de Lionel Messi para aumentar su altura, pero al final sus habilidades con el balón convencieron al club de no arreglar lo que no está roto.Leer más: El Clásico Rosarino encarnado en un cuento de Fontanarrosa