Por más talento que tiene, parece que a Russell Westbrook nada le gusta
Cary Edmondson-USA TODAY Sports

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Por más talento que tiene, parece que a Russell Westbrook nada le gusta

Sólo nos queda esperar a ver qué pasa y mientras tanto disfrutar al jugador más enojado de la liga mostrándonos un derroche de talento e intensidad que tal vez no volvamos a ver en muchos años.

Esta semana, estaba viendo el juego entre el Thunder y los Lakers y me di cuenta de algo, Westbrook nunca sonríe. En ese momento asumí que era una cuestión de ese partido porque, como todo lo que le queda de carrera hasta que le traigan a otro Durant, se tuvo que echar el equipo al hombro y tras un magistral último cuarto, perdió con un triple de Nick "Swaggy P" Young con cinco segundos restantes. Sin embargo, mi duda seguía y empecé a buscar otros partidos, otras ruedas de prensa, otros momentos y no, amigos, Westbrook no sonríe. Sonríe menos que Kanye. Sonríe menos que Kobe. Sonríe menos que Batman.

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Ahora, por supuesto que no se necesita sonreír para ser exitoso en la NBA, sin embargo, claramente se ve que Westbrook está jugando con demasiado odio. Juega con una intensidad que no tiene rival. Cruza tan rápido la cancha que ni siquiera sé si él tiene control total sobre su cuerpo. Cada clavada viene acompañada de un grito equivalente al eureka de Arquímedes o a lo que en terapia se le conoce como catarsis. No es un Tim Duncan serio y enfocado pero que se ríe si Ginóbili le pone un vaso en el asiento. No es un Popovich que no tiene tiempo para tonterías, a menos que sea él quien las diga en una entrevista o rueda de prensa. Es una máquina cuyo combustible es el odio y apetito sólo se sacia con las derrotas y almas de sus rivales.

Todo esto se entiende, básicamente todas sus oportunidades y esperanzas de ganar un título se fueron con Durant a Golden State. De entrada nunca fue un tipo muy sonriente, sólo tengo algunos recuerdos de su sonrisa en juegos de estrellas pero lo de Durant obviamente lo llevó al extremo. La intensidad de Westbrook habla por si sola y ahora esa intensidad inhaló 90 kilos de cocaína para demostrarle a todos que tiene lo que se necesita para ganar sin KD. Es algo que se esperaba pero no sé si a estos niveles. Una de las cosas que más se dicen los atletas profesionales antes de salir a jugar es "diviértanse". A fin de cuentas, son adultos a los que se les pagan millones de dólares por vivir jugando juegos de niños, así que tiene que estar esa sensación de diversión y amor al juego. Claro que no puede ser todo risas porque entonces nunca mejoras, nunca ganas nada y nunca pasas a la historia como uno de los mejores en el juego pero ver a Westbrook me hace pensar que casi no ama al juego y sólo ama lastimar los aros.

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Foto por Cary Edmondson-USA TODAY Sport

Supongo que este fuego se apagará un poco cuando tenga alguien con quien compartir la responsabilidad. Un poco lo que vimos con Kobe desde que se fue Shaq hasta que llegó Gasol. Lo que vimos con LeBron desde que salió de ese partido contra Boston, se quitó el jersey por última vez y firmó con Miami. Sólo es cuestión de tiempo para ver qué pasa en Oklahoma y qué pasa con Westbrook. Eso sí, no es como si esta falta de amabilidad estuviera afectando sus estadísticas. Está promediando 34.9 puntos por partido, 10.5 asistencias y 9.6 rebotes. Esto implica que esta a menos de un rebote por partido de promediar un triple doble por juego. Actualmente lidera la liga con 5 y se está convirtiendo en lo más cercano que hemos visto a Oscar Robertson quien es conocido como Mr. Triple-Double por promediar uno durante toda la temporada. Ahí les dejo esa estadística.

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Westbrook no la tiene nada fácil, no sólo no tiene a nadie que esté a su nivel en su equipo, o sea sí, está Adams que se rifa el físico, Oladipo que hace una jugada de vez en cuando pero, ¿en serio creen que le va a pasar la bola a alguien si su equipo va perdiendo por tres y él la tiene? Nah. Aparte, firmó una extensión de su contrato que le dará 85 millones de dólares por tres años. Lo que implica que no puede huir a un equipo con más estrellas y tiene que esperar que la gerencia le traiga ayuda. Como si todo esto fuera poco, está en la conferencia del oeste, lo cual es lo peor de todo. Si estuviera en el este, créanme que tendría posibilidades de llevar a su equipo lejos en playoffs, pero en una conferencia con los Warriors, Clippers, Rockets, Spurs, Grizzlies y hasta el Jazz, la tiene difícil.

Sólo nos queda esperar a ver qué pasa y mientras tanto disfrutar al jugador más enojado de la liga mostrándonos un derroche de talento e intensidad que tal vez no volvamos a ver en muchos años.