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Algunas mujeres iraníes han optado por cortarse el pelo y vestirse como hombres para no llamar la atención, eludir la detección policial y, también, como forma de protesta. Otras usan una aplicación que advierte la ubicación de los agentes de la policía.
Y algunas, incluso, han decidido quitarse sus velos, sólo por un momento, para tomarse fotos con sus cabezas descubiertas, como un acto de resistencia. Las fotografías de esos momentos de rebelión se pueden ver en la página web My Stealthy Freedom, un proyecto que ya ha alcanzo un millón de seguidores en Facebook, y que no ha parado de crecer, a pesar de los intentos del gobierno iraní por clausurar la web y desacreditar a su fundadora, la periodista iraní Masih Aleinjad.Quiero vestirme como me dé la gana
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"Durante 37 años, no sólo mi pelo, sino el pelo de millones de mujeres iraníes ha sido secuestrado por la República Islámica", afirmó Alenjad, la fundadora de My Stealthy Freedom. Alenjad fundó el sitio web en 2014, mientras vivía en Londres. "Nuestro pelo ha sido secuestrado porque el estado quiere controlar nuestros cuerpos".Aleinjad tiene 39 años, es periodista y actualmente vive en Brooklyn, Nueva York. Para ella, este tipo de comportamiento, sumado a la existencia —y a la popularidad— de plataformas como My Stealthy Freedom, ilustran los turbulentos cambios culturales que se andan cocinando en Irán. Si Aleinjad decidiera regresar a su país, sería arrestada."Se trata de una guerra cultural entre dos estilos de vida: el estilo de vida que el gobierno quiere imponer y el estilo de vida que la juventud ya tiene", añade.Pero este giro cultural se ha dado, en gran parte, gracias a las redes sociales. Un fenómeno que, opina Aleinjad, explica el despliegue masivo de agentes encubiertos en Teherán.Nuestro pelo ha sido secuestrado porque el estado quiere controlar nuestros cuerpos
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"Si prendes el televisor en Irán, solo ves mujeres con hijabs. Pero eso no es Irán", dice Aleinjad. Según ella existe un "Irán legal", que es el que aparece en los medios oficiales iraníes; y existe un "Irán ilegal", que vive y respira en internet. "Las redes sociales muestran la verdadera cara de Irán", asegura."Las redes sociales se han convertido en una herramienta y en un arma para la gente iraní que han sido censuradas por más de 30 años", añade. "El gobierno de Irán tiene armas, balas, prisiones, y poder, pero la gente de Irán tiene Facebook, Twitter, Instagram, redes sociales, y sus propias palabras".Sin embargo, no es tan claro si las redes sociales pueden realmente ser el vehículo que catalice los cambios en Irán."Páginas web como My Stealthy Freedom muestran hasta qué punto existe un fuerte apoyo para que haya un cambio en Irán", dice Alireza Nade, una investigadora especializada en Política Exterior en la RAND Corporation. "Pero no es algo que necesariamente vaya a cambiar el sistema político hoy o mañana. El sistema político iraní va a tardar muchísimo tiempo en cambiar o en evolucionar. Se trata de un sistema extremadamente reaccionario. Mientras los iraníes cuestionen el sistema, van a lograr que éste se vaya desintegrando a largo plazo".Pero ni el escepticismo ni la amenaza constante de ser perseguidas, arrestadas o de enfrentarse a situaciones peores, han logrado disuadir a mujeres como las que promueven My Stealthy Freedom."Si no desafiara estas leyes, mi conciencia estaría llena de culpa", asegura Nena. "Al menos he contribuido, a mi manera, a que el mundo sepa cómo son de verdad las mujeres iraníes y cómo, realmente, quieren vivir".