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La pura puntita

La pura puntita: 'Uncle Bill' o de cómo vivió Burroughs en México

Hablamos con BEF para saber más de 'Uncle Bill', una increíble novela gráfica que construyó a partir de detalles que nos permiten entender mejor la vida de William Burroughs en nuestro país.

Traemos adelantos, reseñas y entrevistas de los libros que te van a ensartar las mesas de novedades.

William Burroughs, para quienes no lo conocen, era un escritor norteamericano adicto a sustancias como la heroína que despedazó el lenguaje de la época para generar novelas crudas y llenas de excesos como Yonqui o Naked Lunch. En resumen, revolucionó la forma de escritura al ser una de las primeras figuras de la Generación Beat. Este escritor fantasma vivió una temporada en México envuelto en situaciones bastante complicadas que lo convirtieron en uno de los personajes más polémicos que han pisado tierras mexicanas. Además del asesinato de su esposa y su corta estadía en una de las cárceles de nuestro país, se sabe poco sobre su vida llena de violencia y corrupción.

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Bernardo Fernández aka BEF, escritor e historietista mexicano nos narra, a través de Uncle Bill (una loquísima novela gráfica que pretende transparentar la historia de Burroughs durante su estadía en México), su propia búsqueda desesperada por encontrar las pistas sustanciosas que este personaje dejó en el país. El resultado es una obra que abre y cierra millones de incógnitas sobre Burroughs bajo el ojo objetivo y bastante piadoso de BEF, el cual nos muestra un personaje violento, adicto y corrupto que sufre todo el tiempo debido a su incapacidad de querer. Un Burroughs triste que nunca se sintió cómodo en este país, aunque, por las circunstancias, fue parte del motor que lo impulsó a escribir.

Hablamos con BEF para saber más de Uncle Bill, la increíble línea del tiempo que construyó a partir de detalles que nos permiten entender mejor a Burroughs. Una historia que según él ha sido la más ambiciosa que ha escrito hasta ahora.

Escribir sobre un autor del cual se ha escrito y se ha dicho tanto es un desafío para cualquiera. ¿Cuál fue el reto más grande al que te enfrentaste al momento de escribir sobre Burroughs?
Para mí, lo más complicado fue contar las marranadas que le pasaban con el tipo de dibujo que yo tengo. El dibujo que hago se conoce como línea clara, algo parecido a Tintín o los Supersabios. Dibujar a Burroughs inyectándose heroína o golpeando a su mujer eran cosas que yo no sabía cómo se iban a ver con mis trazos. Yo nunca había dibujado sordideces así.

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Uncle Bill es una mezcla de la biografía de Burroughs y la tuya. ¿Entretejer tu historia y la suya te pareció complejo? ¿Por qué decidiste incluirte dentro de la novela?
Sí, fue bastante complicado, sobre todo porque para mí la onda autobiográfica me cuesta trabajo. Me da mucho pudor, siento que es como desnudarte en público. No es algo que yo acostumbre hacer. Al principio, la idea era construir un personaje que funcionara como un lector genérico que hablara sobre su escritor favorito. Al final, eso se me fue de las manos y se convirtió en una cosa confesional que me rebasó. Sinceramente, yo no quería que fuera tan personal, pero para cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el fondo.

¿Crees qué existe diferencia entre el Burroughs que nos presentas y el verdadero?
Sí, el Burroughs que yo planteo pasó por un filtro bastante piadoso. Él era un personaje muy siniestro, muy tétrico y yo, tratando de ser objetivo, termino mostrándolo con una mirada muy piadosa debido a todo lo que le sucedió. Al final siempre será el asesino de una mujer; lo que hizo con su esposa fue un feminicidio del cual sale prácticamente impune. Mi intención era hacer algo parecido a lo que logró Fernando del Paso con Carlota y Maximiliano en Noticias del Imperio, dar una mirada piadosa de un personaje que después de cien años de muerto sigue siendo tan controversial.

Tal como lo citas al final del libro, Burroughs afirmó que la detonante que lo impulsó a escribir fue la muerte de su esposa. Para ti, ¿cuál fue la detonante que te llevó a escribir este libro? ¿Por qué Burroughs y no otro escritor?
Mi escritor favorito no es William Burroughs, pero todo este escándalo del disparo, de su estancia en la cárcel mexicana y el resto de cosas que le rodeaban me parecieron que se prestaban para hacer una buena novela gráfica. Y a pesar de eso, si yo hubiera sabido todo el embrollo que esto iba a ser para mí, no le hubiera entrado. Tardé cinco años en completar la novela. Al final, mi intención era narrar la vida de este personaje en México, un campo que me parece poco explorado. Creo que el resultado fue el que esperaba.

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Mientras leía Uncle Bill me pareció interesante la similitud que hay entre Burroughs y la situación actual que se vive en México. El personaje que planteas es corrupto, vicioso, agresivo. Parece como si el personaje fuera el país y el país fuera el personaje. ¿Tu intención era resaltar su parecido?
Más que eso, lo que yo estaba buscando era explorar la teoría personal que tengo de que la cultura norteamericana y la mexicana no son capaces de dialogar. Independientemente de la similitud entre Burroughs y México, lo que yo descubro es que, como somos dos culturas completamente diferentes, no somos capaces de entendernos unos a otros. La cultura en Estados Unidos es pragmática, austera, puritana y nosotros somos una cultura barroca, ritual y efusiva. En realidad, lo único que nos une es esa cicatriz a la que nosotros llamamos frontera.

A partir de la investigación que hiciste, ¿crees que Burroughs encontró algo de México que nosotros mismos no conocemos?
En todo caso, yo creo que él se enfrentó a la cara más violenta y macabra de la cultura mexicana. Creo que eso era algo que le impactaba. Burroughs habla mucho sobre la violencia en las calles, las corridas de toros, las calaveras y los rituales con y hacia la muerte. Él vio el lado no festivo de nuestra fascinación con todo lo que implica morir.

Burroughs vivía constantemente bajo los efectos de alguna droga y esto indudablemente influyó de cierta manera en su escritura. ¿Crees que el tío Bill hubiera logrado lo que logró sin consumir tantas cosas?
No lo sé, yo soy straight edge, esta forma del punk que no se mete nada. No consumo alcohol, tabaco, drogas ni café. Esa es una pregunta que no podría responder fácilmente porque siempre fui un mal drogadicto y borracho. Supongo que hay casos muy claros como Bukowski o Malcolm Lowry, en los que si no hubiera habido alcohol de por medio, quizá hubieran sido otras personas y hubieran hecho cosas muy diferentes. La obra de Burroughs sí está marcada por el fuertísimo asunto de la adicción. Creo que, en todo caso, si él hubiera consumido drogas incluso menos fuertes, su historia habría sido otra.

Dejemos a Burroughs en paz. Cuéntame en qué momento decidiste dedicarte por completo a la creación de comics y novelas gráficas ¿Cuándo tuviste la certeza de que escribir y dibujar era lo tuyo?
Cuando tenía 17 años y leí por primera vez Watchmen de Alan Moore. En ese momento supe que yo me quería dedicar a contar historias a través de los cómics.

¿Qué novela gráfica o cómic nos recomiendas leer?
Virus Tropical de Powerpaola y Arrugas de Paco Roca.

Trabajaste con Jorge Grajales en Sensus, el primer cómic para invidentes que se ha hecho en México. ¿De dónde surgió la idea? ¿Qué fue lo más difícil para generar este contenido?
Fue una iniciativa de Nacional Monte de Piedad a la cual me invitaron. Creo que, dentro de ese proceso lo que más trabajo me costó fue seguir a la perfección el guión hecho por Grajales. Sus guiones son parecidos a los de Alan Moore; están llenos de anotaciones que señalan detalles específicos en todas partes. Algo extremadamente psycho. El reto para mí fue hacer que mis dibujos fueran justo como él me los pedía. Tuve que ser muy fiel a su historia. Sus guiones eran muy bellos y mi miedo era no hacerles justicia.

¿Siguen trabajando en nuevas ediciones?
Sí, el próximo saldrá a finales de febrero y el siguiente a finales de marzo.