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'Tenemos la carne': Sangre y lujuria en el cine del mexicano Emiliano Rocha

Emiliano Rocha se perfila como como el precursor de una nueva ola del cine joven mexicano. Platicamos con el director y te presentamos el trailer de su película que se estrena hoy en el Festival de Cine de Rotterdam.

El cine mexicano ha pasado por varias etapas históricas. Las generaciones que van llegando se empujan por proponer cosas nuevas y defender sus propios imaginarios. En 2002, Carlos Reygadas lanzó su película Japón y nos abrió la puerta a un nuevo tipo de cine que a partir de entonces ha guiado el estilo de otros directores. Hoy, ese mismo director impulsa la carrera de nuevos cineastas con propuestas innovadoras y apoya la producción de diversos proyectos. Entre estos directores encontramos a Emiliano Rocha, un joven mexicano que ha logrado desarrollar un sello personal en sus trabajos. Hoy es el estreno mundial de su ópera prima Tenemos la Carne en la sección Bright Future del Festival de Cine de Rotterdam. Se trata de un Thriller de horror sin tabús ni tapujos que hace que este director comience a perfilarse como el precursor de una nueva ola del cine joven mexicano.

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Esta película nos ubica en un México post-apocalíptico donde un par de hermanos deambulan por la ciudad en ruinas buscando comida y refugio. Se topan con uno de los últimos edificios en pie donde un hombre les hace una peligrosa oferta por sobrevivir. Durante la película, se desarrolla entre ellos una relación que saca los más oscuros deseos y perversiones, la crueldad y la violencia se ligan en una manera intrínseca, y Emiliano expande los límites de los géneros cinematográficos.


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No es la primera vez que el cineasta pisa las salas de Rotterdam con su trabajo. En 2013 se proyectó su cortometraje Dentro, que también tuvo excelente recibimiento. Platicamos con Emiliano y te presentamos el tráiler de Tenemos la Carne en el marco de su participación en el Festival de Rotterdam. Esperamos pronto poder tener la película también en salas mexicanas.

Eres un director muy joven que ha logrado cosas importantes en poco tiempo. Háblanos un poco de cómo ha sido tu camino en el mundo cinematográfico.
Empecé trabajando desde muy chavo en cine. Hice dirección de casting para una película de Gerardo Naranjo a los 15 años y a partir de ahí empecé. Después hice muchos Making Of; de alguna manera esa fue mi escuela de cine. Ahí fue dónde aprendí cómo se hacía una película y cómo era todo el show. Mi sueño siempre fue estudiar cine pero nunca me aceptaron en la escuela. Acabé la prepa y seguí chambeando en cine, haciendo cosas dentro del medio, y siento que esa fue mi escuela, la manera de morder un poco el polvo del set. Terminé estudiando Artes Visuales en la Esmeralda y esa formación paralela —por una lado técnica de chambear en el cine y por otro lado la de una escuela de arte— fueron formaciones que sucedieron al mismo tiempo y me ayudaron mucho. El arte es mucho más libre, plural, mucho más abierto. En el arte puedes hablar de muchas más cosas que en el cine. Y claro, en la escuela de arte puedes hablar de cine aunque obviamente no tienen los recursos para hacerlo. Y creo que fue buena esa combinación: tener mucha práctica de campo y tener una escuela en la cuál pudiera experimentar con otras cosas. Empecé a hacer mis cortos y a partir de ahí todo fue sucediendo.

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La película tiene una temática y un tratamiento visual muy peculiares, ¿está pensada para algún público en particular?
Tenemos la Carne es una película que es una carta de amor al cine y a sus posibilidades. Es como una especie de isla en medio de la noche dónde todavía es posible soñar.


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Lo del público siempre es complicado. Cuando empecé a concebirla o a soñar con ella, cuando se me empezaba a aparecer, todavía no pensaba en un público. El primer público siempre es uno mismo y trataba de hacer la película que más me emocionara. Siempre seguí la regla de no auto censurarme y tratar de ir encontrando poco a poco las respuestas en el mismo proceso. Ahora que la veo siento que es una película que es de mi generación y que agarró y digirió muchas cosas que estaban en el aire que no son totalmente mías. Es un imaginario que es mucho más grande, que tiene que ver con todo un contexto. Lo que me gustaría mucho es que regresara ahí a dónde agarró todo, que dé algo, que sea un ping pong de ideas. Ese espero que sea el público, mi generación. Y a mi generación no la entiendo como una cosa tanto de edad sino de contexto, y bueno, espero que regrese ahí.

¿Cómo ha sido el proceso de producir cine en México?
En mi caso fue muy fácil y muy orgánico encontrar a los cómplices adecuados, entre Piano y Detalle, pero la impresión que yo tengo es que ahorita hay gente muy chingona haciendo cosas, desde productores, fotógrafos, directores, editores, etcétera. Hay muchos fondos y creo que ahorita el cine joven lo que tiene que hacer es empoderarse de eso, de esa estructura que ya está. Realmente México es un país privilegiado para hacer cine. Tendríamos que tratar de estar haciendo el cine más interesante, más libre, más arrojado y sobre todo el más potente. Creo que esa es nuestra responsabilidad del cine joven en México: tomar todos los privilegios que hay para hacer algo verdaderamente interesante y fresco. Creo que está todo ahí; están todos los elementos para que juguemos y hagamos verdaderamente un cine propositivo.

@IvonneGtzz