Los bomberos-toreros demoníacos de México

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Los bomberos-toreros demoníacos de México

Estos bailarines encarnan la unión de las danzas prehispánicas de la zona chichimeca donde está asentado San Juan del Río, con las tradiciones coloniales del siglo XVII, y tienen un aspecto verdaderamente terrorífico.

Entre tierra suelta y vendedores de dulces y cerveza, cientos de personas esperan en El Jazmín, en San Juan del Río, Querétaro, a que los shitases lleguen a un ruedo improvisado donde torearán vaquillas. Ellos son los protagonistas de la tarde, los que se han transformado; sin embargo, en esta transformación no basta el disfraz y hay quienes van más allá y consiguen una transmutación gracias al alcohol y otras sustancias.

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Son las cuatro de la tarde y este frío domingo de febrero ha sido esperado durante un año por todos los habitantes de la comunidad, no solo por ser la fiesta patronal, sino porque hoy no hay restricciones para ser o parecerse a cualquiera. La identidad hoy no tiene género ni nombre con apellidos, hoy es domingo de shitases: el mejor día para celebrar la vida con otra piel.

Estos bailarines encarnan la unión de las danzas prehispánicas de la zona chichimeca donde está asentado San Juan del Río, con las tradiciones coloniales del siglo XVII, sin embargo los fenómenos sociales —como la migración— han sido el ingrediente idóneo para conseguir un empate de culturas que solo se muestran durante la fiesta de cada pueblo.

Mientras suenan algunas de las canciones de una agrupación llamada Los Rehenes en esta celebración —ofrecida al Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen de Guadalupe—, la atención de todos cambia cuando a lo lejos comienza a escucharse la banda de viento, señal de que muy pronto aparecerán los shitases.

Por las complexiones y estaturas puede imaginarse que tanto hombres como mujeres y niños conforman el contingente, sin embargo todos tienen una envoltura diferente, no solo el rostro o el cuerpo se modifican a través de disfraces, todos son distintos. Hoy no eres tú ni te pareces a nadie, tal vez hoy, siendo otro, puedes ser tú mismo.

Y en una comunidad rural con apenas dos mil habitantes, con un nivel medio de marginación y un alto grado de migración hacia Estados Unidos, se logra la perfección de una mezcla de culturas y costumbres, encaminadas a mostrar una clara identidad y el arraigo a sus costumbres.

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Apenas sale la primera vaquilla al ruedo, la música pone a tono a los shitases. "Es que no es sencillo ponerse frente a un animal con cuernos y que pesa el doble que tú", dice uno cuando recuerda que en años anteriores ha habido shitases heridos por una cornada, que de un solo golpe los devuelve a la realidad y les reitera que no son magia, sino simples seres humanos.

Los shitases bailan, ya sea solos o con una pareja, a quien toman del brazo, pero los más temerarios comienzan a torear al animal que se nota confundido por los colores, las texturas, los olores y el escándalo del lugar. A fin de cuentas, es una fiesta y no hay restricciones, siempre y cuando nadie "se pase de lanza", pero eso no ocurre: mientras algunos están en el baile, otros shitases echan a un tipo que se atrevió a tocar a una mujer del lugar. "Le voy a decir a los shitases que te rompan la madre", fue la consigna que estaba por ser cumplida.

En el ruedo, una, dos, tres vaquillas ya han tenido su turno; un chapulín colorado bastante menudo, simios con traje de vaqueros, apaches, payasos, charros y catrines se enfrentan a estos animales. Por otro lado, el Tío Sam observa a uno de los shitases que porta gran sombrero con la leyenda "Viva México" y la imagen de la Virgen, en el fondo alguien más ondea la bandera del Reino Unido y la banda responde a todo este contexto con canciones de "Dragon Ball"; hasta una princesa y un excandidato presidencial con traje de karateca forman parte de la fiesta. En definitiva, hoy no es necesario un molde, nadie tiene que ser el mismo de toda la vida. De todas formas, tienen 364 días para volver a la vida cotidiana y hoy se celebra la coincidencia más importante que comparten: ser de El Jazmín.

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