El muro es una cuestión 'simbólica' y muchos mexicanos seguirán cruzando a EE.UU.

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En junio de 2015 los mexicanos conocieron a Donald Trump por sus polémicas declaraciones. "México nos manda a lo peor: criminales y violadores", dijo el ahora presidente de Estados Unidos cuando anunciaba sus intenciones para ocupar la Casa Blanca por el Partido Republicano, después de ocho años de gobierno demócrata.

Posteriormente su tono amenazante creció: en campaña prometió construir un muro en la frontera sur de su país para frenar la llegada ilegal de mexicanos. Sus promesas lo hicieron convertirse en el enemigo número uno de México. Lo acusaban de racista y xenófobo, pero su tono, en lugar de bajar, subió con el paso de los meses.

El pasado 25 de enero, Trump firmó una orden ejecutiva con la que autorizó la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México. Dentro del documento, se ordena la construcción de un "muro físico en la frontera sur para prevenir la migración ilegal hacia Estados Unidos". En la orden se especifica que por "muro" se refiere a una "pared física o alguna otra barrera segura, continua e impenetrable".

Con la orden, Trump formalizó lo prometido en su campaña, pero olvidó algo: más de la mitad de mexicanos que cruzan a Estados Unidos lo hacen de manera legal; es decir con documentos aprobados por el gobierno estadounidense, así lo afirma un estudio del Colegio de la Frontera Norte (Colef) —una institución mexicana de investigación y docencia de alto nivel—, y buena parte de ellos se quedan en el país de manera ilegal cuando vencen sus documentos migratorios.

De acuerdo con el reporte, durante 2014, último año del que se tiene registro, el 51,5 por ciento de los mexicanos que llegaron a Estados Unidos lo hicieron de manera legal, mientras que el 48,5 por ciento llegó al país sin documentos. Un año antes, sólo el 40,5 había ingresado legalmente a territorio estadounidense y 59,5 de forma ilegal.

Esto se debe a que cada año menos mexicanos pretenden cruzar ilegalmente a Estados Unidos, así lo afirma Jesús Javier Peña, especialista del Departamento de Estudios de Población del Colef y co-autor del estudio, en entrevista para VICE News.

"Debido a la falta de oportunidades laborales en el lado estadounidense y al violento control que han ejercido las organizaciones criminales en la frontera, el flujo de connacionales que intentan cruzar sin documentos a EE. UU. ha ido en descenso desde 1993", explica Peña.

El especialista señala que buena parte de los que ingresan con visas de trabajo o de estudiante, no abandonan el país cuando éstas se vencen. "Comienzan a vivir como indocumentados y durante años permanecen sin papeles que acrediten su ciudadanía, forman una familia y cuando sus hijos —nacidos en Estados Unidos— crecen, buscan obtener algunas prestaciones sociales". Sin embargo, afirma, es muy difícil calcular qué porcentaje de los mexicanos que ingresan legalmente a territorio estadounidense, se quedan a vivir como ilegales cuando vencen sus documentos.

El informe señala que en 2014 se registró el número más bajo de mexicanos que cruzaron a Estados Unidos desde el 2004. Asimismo, señala que entre julio y septiembre de 2015, el número de migrantes se redujo respecto a trimestres anteriores, lo cual confirma una tendencia a la baja.

Jesús Javier Peña explica que los datos presentados en el reporte se basan en encuestas tomadas por el Colegio en todas las principales ciudades fronterizas de México, en las que se entrevista a mexicanos que intentan cruzar a Estados Unidos, así como a los que regresan o son deportados de allá.

Para el investigador, el muro que pretende construir Donald Trump es sólo una cuestión simbólica. "Desde los años 90, Bill Clinton intentó construirlo a lo largo de la frontera pero sólo pudo hacerlo en 1.200 kilómetros de los 3.200 que abarca la línea fronteriza. Lo que nos debería de preocupar con la construcción del muro de Trump es el daño ecológico en la zona: podría haber escasez de agua y especies animales propias de la región podrían sufrir un desequilibrio en su hábitat.

Trump ha asegurado que el muro podrá detener a grupos del narcotráfico, pandilleros y criminales, pero algunos analistas consideran que los delincuentes y traficantes de droga ya han demostrado de diferentes maneras, que tienen varias estrategias para burlar el muro que existe actualmente en la frontera y traspasar sus productos o a personas: desde túneles y aviones, hasta drones cargados con droga.

A lo largo de su campaña, Trump prometió que la construcción del muro iba a ser pagada por México. El presidente estadounidense dijo que los mexicanos lo iban a saldar mediante un arancel que Estados Unidos cobraría a los productos de México. Esta declaración causó que personajes públicos, como el expresidente de México, Vicente Fox, se pronunciaran en contra del mandatario estadounidense diciendo que el muro, si es que lo hace, lo van a tener que pagar los estadounidenses. El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, señaló que con la valla fronteriza, los más afectados serían los consumidores de Estados Unidos.

Alrededor del mundo también se ha comentado la división que quiere implementar Trump con su vecino del sur. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, alabó la iniciativa de Trump por construir un muro asegurando que a él le funcionó para detener a los palestinos que pretenden ingresar a Israel.

La controversia sobre el muro incluso obligó a que Trump y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, cancelaran una reunión bilateral planeada para el 31 de enero, después de que el mandatario estadounidense señalara en su Twitter que si México no estaba dispuesto a pagar por el muro lo mejor sería cancelar la reunión. Después de la tensión diplomática que causó la cancelación, ambos presidentes hablaron por teléfono, pero hasta el momento ninguno de los dos gobiernos ha anunciado una nueva fecha para reunirse.

Dentro de la orden ejecutiva presentada el mes pasado, el presidente Trump pidió que al cumplirse 180 días de la firma de la misma, se le entregue un reporte detallado con la situación geográfica, topográfica y de seguridad en la frontera. En el mismo punto exige que se informe sobre la disponibilidad de fondos estatales y federales con los que se cuentan para para retomar el control de la frontera sur de su país.

Sin embargo, buena parte de los mexicanos coincide con Jesús Javier Peña, quien asegura que "la gente va a seguir cruzando a Estados Unidos de una forma u otra".

Con información de Pedro Hiriart.

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