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Artistas del graffiti versus autoridades de São Paulo: unos pintan y otros despintan

El nuevo alcalde de la ciudad comenzó una campaña para cubrir con pintura gris los graffitis de la avenida 23 de Maio, una de las calles murales más grandes de Latinoamérica; ésto a pesar de que al 85% de los ciudadanos les gustan.
Imagen vía Ella Jessel/VICE News

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***Todas las imágenes fueron tomadas por Ella Jessel.

A principios de este año y poco tiempo después de haber asumido el cargo como alcalde de São Paulo, João Doria posaba para unas fotografías en la avenida 23 de Maio, una de las calles murales más grandes de Latinoamérica. Poco después, frente a la prensa, sacó una máquina para rociar pintura y comenzó a cubrir de gris un colorido graffiti.

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La acción de Doria dio inicio al programa "Cidade Linda", una iniciativa que él mismo lanzó el 14 de enero para cambiar el paisaje urbano, lo cual incluye cubrir los graffitis que han caracterizado a la avenida; pero al mismo tiempo reavivó una disputa entre el gobierno de la ciudad y los artistas urbanos.

Para muchos paulistas, el hecho de cubrir los 5,3 kilómetros de arte en la 23 de Maio, que fue un proyecto de su antecesor Fernando Haddad en 2015, se trata de una manera de intentar borrar el legado cultural de su rival; pero además rompió la tregua lograda con grafiteros.

Las acciones de Doria desataron una "guerra de spray" que apenas comienza a enfriarse. En las semanas siguientes a la visita de Doria a la avenida 23 de Maio, artistas y manifestantes lucharon contra la capa gris que se había impuesto sobre los colores vivos del graffiti y esto convirtió a la ciudad en un trabajo muy pesado para los trabajadores públicos.

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El arte callejero de São Paulo, el cual llena de colores los rascacielos de concreto, es famoso en todo el mundo, pero los legisladores locales siempre lo han menospreciado.

Enivo, cuyo nombre real es Marcu Vinícius, conocido artista del graffiti del barrio Grajaú y curador del proyecto en la avenida 23 de Maio, comparó las más recientes acciones del gobierno con la criatura mítica Uróboros que se come a sí misma: "el último alcalde no está de acuerdo con los graffitis, pero antes de él, São Paulo ya tenía los mismos problemas. La ciudad estaba pintada de gris y los artistas tuvieron que luchar (para ganar espacios)".

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Doria intentó calmar el descontento general en el mes de enero y propuso la creación de un museo al aire libre dedicado al graffiti de la ciudad. Y aunque las buenas intenciones del alcalde no pasaron desapercibidas, Enivo asegura que se está perdiendo el punto central: "Si solamente pintas en áreas autorizadas, no eres artista de graffiti, eres un muralista".

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Aunque las disputas por los graffitis empiezan a calmarse, el debate continúa en las ciudades más grandes de Brasil. El pasado 23 de febrero, se rechazó una ley que prohibía al alcalde pintar sobre cualquier muro antes de consultar al departamento de preservación histórica y cultural. Esa misma semana, se implementaron leyes y multas más fuertes para todo aquel que fuera sorprendido pintando graffiti en São Paulo. También, durante el carnaval de la ciudad, varios paulistas se vistieron como muros blancos y corearon canciones de protesta contra las medidas de Doria.

Y no es de sorprender que la indignación hacia Doria continúe, ya que 85 por ciento de los habitantes de la ciudad están a favor del graffiti, de acuerdo a una encuesta publicada recientemente.

Sin embargo, existen manifestaciones artísticas con las que muchos paulistas no están de acuerdo: el Pichaçao, un estilo de graffiti nacido en los años ochenta que actualmente cubre parte de la ciudad. Este es realizado por bandas conocidas como pichadores, cuyos miembros desafían a muerte las alturas para escribir mensajes de protesta política. El objetivo: "recuperar la ciudad para quienes son excluidos".

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Los políticos han intentado dividir en dos a los grafiteros, refiriéndose a los pichadores como vándalos, y a los demás como artistas, pero aún así no existe rivalidad entre ellos. "Para algunos jóvenes, la única manera de existir es a través de su arte. Es su voz, pero Doria no lo entiende", explica Enivo.

Sin embargo, Doria no es el único que intenta "limpiar" la ciudad de pichaçao. Muchos paulistas la ven como una manifestación de vandalismo. Vera Texeiras, quien ya está retirada y ha vivido cerca del destino turístico de Beco do Batman por 30 años, es una de ellos. "El arte es una cosa. Pichaçao es otra. Esto de aquí es arte, mi muro es hermoso".

La pregunta que ahora surge en São Paulo es: "Cidade Linda pra quem? o en español: ¿Ciudad bonita para quién?"

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