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Roedores pericos: las ratas en cocaína prefieren música que silencio

Beethoven y Miles Davis son los reyes de las ratas pericas.
Composición de @sinmuchasfotos

En un experimento llevado a cabo con el apoyo del Instituto Nacional del Abuso de Drogas de Estados Unidos, por J. E. Polston y S. D. Glick, se encontró que las ratas, al igual que tú, condicionan su comportamiento al escuchar música para consumir drogas, aquí, en particular, con blanca nieves.

Según el inicio del experimento, se había descubierto que las ratas en condiciones naturales, es decir, sin drogas estimulantes, tenían una inclinación al silencio sobre la música. Para éste, titulado, “Preferencia de un contexto musical inducido después de condicionamiento con cocaína en ratas”, los investigadores crearon un aparato que les permitía a las ratas controlar la selección musical a la que estaban expuestas. La selección fue entre Für Elise de Beethoven, Four de Miles Davis y el silencio, tratando de investigar de fondo si se podía determinar si la música “es un efectivo estímulo condicionado contextual y si había una preferencia sobre algún tipo de música o si las ratas preferían la música sobre el silencio”.

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Fotografía vía Wikimedia Commons. Por Jason Snyder.

La indiferencia “original” de las ratas hacia la música, podría probar que el cambio de ambiente de sonoro, emparentado con el estímulo de la droga, generaría un nuevo comportamiento o inclinación hacia escuchar música. Los resultados mostraron que las ratas tienen una inclinación mayor hacia Beethoven que Miles Davis, pero una preferencia hacia el silencio sobre cualquiera de los dos, cuando no hay alteración alguna. Sin embargo, con el estímulo de la cocaína como recompensa en repetidas ocasiones, se hizo visible que, en efecto, las ratas comenzaron a preferir escuchar música sobre silencio y emparentar ésta con el estado generado por las drogas, en particular, el incremento de actividad locomotriz. Aún más, se comprobó que las ratas pueden diferenciar entre diferentes piezas musicales y demostrar una inclinación entre una y otra.

“Los comportamientos tradicionales de búsqueda de drogas están finamente asociados con ambientes específicos que podrían desencadenar una recaída. Estas asociaciones aprendidas toman lugar durante una repetida administración de droga, resultando en un condicionamiento reforzado”, describe la investigación, retumbando en tus oídos mientras recuerdas todas las veces que te condicionaste a hacer la asociación entre música y alteración algo necesario.

“Estos hallazgos demuestran que, después de repetida asociación con recompensa (y qué recompensa) ‘cocaína’, la música puede engendrar una preferencia de contexto en las ratas; mostrando aún más evidencia que los contextos generados por la música pueden generar comportamientos de búsqueda de droga en las ratas”.

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Imagen vía Pixabay.

Y bien, al parecer, de nuevo se demuestra que no somos nada distantes a nuestros amiguitos de las cloacas cuando se refiere a la fiesta desenfrenada. A ver si próximamente en vez de Beethoven y Miles Davis les ponen un poco de Techno y Rock. Puedes leer el estudio completo, aquí.

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